El 62% de los franceses sue?a con descansar en el extranjero
El martes pr¨®ximo, los responsables del Ministerio franc¨¦s de Econom¨ªa y los negociantes del turismo reinician sus conversaciones con el fin de bombardear el muro del dinero que ha levantado el Gobierno para que los franceses limiten sus vacaciones en el extranjero. Nada hace prever que el Gobierno pueda ceder en lo esencial (2.000 francos por persona al a?o para viajar fuera de Francia), a menos que pierda la cara ante la opini¨®n p¨²blica. Los socialistas se han topado con algo que no esperaban: el 62% de los franceses sue?a con descansar m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, lo que, sobre el terreno, a partir del momento en que se les rompe el sue?o, se ha traducido en un levantamiento nacional contra esta amenaza a la libertad de so?ar. Las consecuencias de la guerrilla clandestina, pocos d¨ªas despu¨¦s del anuncio de la limitaci¨®n de divisas, ya no se cuentan.
FELICIANO FIDALGO, "Esto es el muro de Berl¨ªn. Yo pago bastantes impuestos, m¨¢xime teniendo en cuenta que soy soltera. Economizo dinero todo el a?o para viajar, y ahora no puedo ir a Inglaterra a ver a mis amigos". Quien as¨ª se expresa es una secretaria que, sin tener nada que ver con la profesi¨®n del turismo, acudi¨® el mi¨¦rcoles pasado a la manifestaci¨®n parisiense contra las medidas antitur¨ªsticas decretadas por el Gobierno para ahorrar divisas. Un cuadro medio, que vot¨® por Mitterrand en 1981, no desfil¨® el otro d¨ªa, pero casi gritaba en un bar para que lo oyeran no s¨®lo sus amigos: "Si una medida de este tipo la ordena un Gobierno de derechas se sabe que es provisional y que es puramente econ¨®mica.Privaci¨®n de libertad
Pero con la izquierda, es otra historia. Y qui¨¦rase o no, se acuerda uno de los pa¨ªses socialistas del Este: primero, se impide viajar al extranjero restringiendo el dinero, y otro d¨ªa se impone el visado. No, la pr¨®xima vez votar¨¦ de otra manera".
Otro testimonio, tambi¨¦n de un cuadro: "Estoy dispuesto a aceptar la austeridad, a consumir menos, a pagar m¨¢s impuestos. Pero tambi¨¦n estoy dispuesto a echarme a la calle si se cierran las fronteras de mi pa¨ªs mientras se dejan entrar los productos extranjeros. S¨ª a la austeridad porque los tiempos la exigen, pero no a la privaci¨®n de una libertad elemental". El mismo razonamiento se manifiesta de otra manera cuando habla una empleada que nunca ha veraneado en el extranjero: "Yo paso mis vacaciones todos los a?os en el departamento de Correze, pero siempre pido folletos en las agencias para enterarme de las posibilidades de descanso en parajes lejanos. Hoy no tengo medios econ¨®micos, pero quiz¨¢ los tenga un d¨ªa".
"Turismo, igual a libertad". "Viajar, igual a so?ar". Estos dos lemas, gritados en la calle o impresos en los peri¨®dicos franceses desde hace una semana, parecen resumir la raz¨®n profunda del estallido de una guerra civil entre el Gobierno y sus gobernados. A pesar de sus explicaciones posteriores, se sospecha que las autoridades socialistas no hab¨ªan previsto las consecuencias. Los responsables oficiales esperaban una reacci¨®n brutal de la opini¨®n p¨²blica al anuncio del plan de austeridad pero no imaginaron que toda la ira del franc¨¦s medio iba a centrarse en la nacionalizaci¨®n de las vacaciones. Ocho millones escasos de franceses veranean en el extranjero (Espa?a es el pa¨ªs de preferencia, con dos millones aproximadamente). A pesar de que se ha barajado la cifra de 34.000 millones de francos, hechas las cuentas con exactitud, la cantidad de divisas gastadas por los turistas ser¨ªa muy inferior, ya que en la cifra precitada se incluyen los gastos de los hombres de negocios. Adem¨¢s de esta raz¨®n financiera, el Gobierno dice haberse fundado en otra, de orden psicol¨®gico, para limitar los viajes: "Para los franceses, el d¨¦ficit del comercio exterior, la inflaci¨®n son nociones abstractas. Para hacerles cobrar conciencia de que la situaci¨®n es seria y que hay que recortar el consumo hab¨ªa que encontrar una medida que les afecte individualmente".
Problema cultural
Como un resorte, ante tal razonamiento los soci¨®logos se han puesto en pie, todos a una: "El Gobierno no ha entendido nada. En el caso concreto de la restricci¨®n de las posibilidades de viajar no se trata de un problema financiero, sino de un problema cultural. De 20 a?os a esta parte, la dimensi¨®n planetaria se ha convertido en uno de los valores cardinales de la modernidad. La velocidad, el audiovisual, el rock and roll, el cine, blue jean, Coca-Cola, entre otros muchos factores, han impuesto un espacio transnacional y una deambulaci¨®n planetaria, que representa una de las bases de la cultura en la que nos ba?amos diariamente".
Los sondeos de la opini¨®n p¨²blica han aportado, con urgencia igualmente, sus datos: para el 62% de los galos, su sue?o de todo el a?o es veranear en el extranjero. Para el mismo porcentaje, limitar los viajes es limitar la libertad. Y para los j¨®venes de 15 a 20 a?os, los viajes constituyen, despu¨¦s de la familia y el trabajo, su valor social m¨¢s importante, al mismo nivel que el amor y antes del deporte, de los derechos humanos, del dinero y de la m¨²sica.
De inmediato, los platos se han roto. El Gobierno socialista dice no comprender (son palabras del ministro de Econom¨ªa, Jacques Delors) la reacci¨®n de los ciudadanos, y estos ¨²ltimos tampoco aciertan a explicarse el proceder de los socialistas. Ayer los agentes de viajes le enviaron un telegrama al presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, para que "supriman inmediatamente la limitaci¨®n de las divisas a 2.000 francos, con austeridad o sin ella".
El ministro de Econom¨ªa ya ha hecho algunas concesiones en favor de los hombres de negocios, que podr¨¢n usar una carta de cr¨¦dito si ha sido expedida a nombre de su sociedad o empresa, y de los estudiantes que hacen pr¨¢cticas en el extranjero. Pero no es f¨¢cil prever un paso atr¨¢s del Gobierno en lo esencial. Y menos a¨²n si fuera cierto, como se sospecha estos ¨²ltimos d¨ªas, que el endeudamiento del Estado es mucho m¨¢s abultado de lo que se dice oficialmente. El ministro de Econom¨ªa, Delors, ha mencionado la cifra de 80.000 millones de francos. La OCDE estima que los empr¨¦stitos franceses ascienden al doble, aproximadamente. Y otras fuentes, alguna de ellas procedente de Alemania Oriental, suponen que la deuda llega a 300.000 millones de francos.
La martingala
En espera de los pr¨®ximos episodios, nadie acierta a evaluar la eficacia econ¨®mica de la medida en cuesti¨®n, pero lo que s¨ª es cierto es que los franceses ya han empezado a hacer gala de su capacidad para la martingala. Horas despu¨¦s de la entrada en vigor de la limitaci¨®n de divisas, un matrimonio, con dos hijas, que sal¨ªa de vacaciones hacia Espa?a, confiesa: "Desde hace seis meses, para este viaje a Sevilla, lo hab¨ªamos previsto todo, menos el control de cambios. ?Soluci¨®n? El dinero lo hemos metido en la mu?eca de una de las ni?as y en el oso de la otra". Durante estos ¨²ltimos d¨ªas descubrir que se es espa?ol equivale muy f¨¢cilmente a abordar inmediatamente el gran tema nacional del control de cambios: "?Sabe usted de alguien que tuviese una casa en Alicante y a quien yo le pudiera pagar en Francia?".
Por ahora en los aeropuertos los fraudes no son excesivos. Polic¨ªas de paisano vigilan, interrogan, cachean, pero a¨²n no se conoce ning¨²n caso de elevada obscenidad. La polic¨ªa de aduanas exige que se le muestre el dinero, pide los justificantes si se trata de un hombre de negocios y, en caso de pecado, se retira el dinero que excede a los 2.000 francos. Las multas pueden llegar a quintuplicar esa cantidad fraudulenta y, si se trata de sumas considerables, el encausado puede ser condenado a un arresto mayor que oscila entre uno y cinco a?os. La compa?¨ªa Air France calcula que perder¨¢ un mill¨®n de viajeros a lo largo de este a?o y se dispone a solicitar el paro del 33% de su personal comercial. La compa?¨ªa Air Marruecos ha suspendido la negociaci¨®n sobre tres aviones Airb¨²s como medida de represalia. Por igual raz¨®n, Air Canad¨¢ amenaza con la supresi¨®n de varios de sus vuelos semanales. Y los restauradores. suizos ya han hecho saber que suspenden la compra de quesos y vinos franceses.
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