Miles de colombianos asistieron al entierro de 100 v¨ªctimas del terremoto de Popay¨¢n
Cerca de 10.000 personas asistieron, en la tarde del Viernes Santo, al entierro de 100 v¨ªctimas del terremoto de Popay¨¢n, en mitad del cementerio semidestruido. Al sepelio asisti¨® el presidente, Belisario Betancur, que desde el primer momento se desplaz¨® a la zona afectada. En sus declaraciones, el presidente afirm¨® que "la tragedia ha sido de tal magnitud que el pa¨ªs no la ha podido medir todav¨ªa".
Hasta cinco movimientos s¨ªsmicos se registraron ayer en el departamento de El Cauca, si bien ninguno de la potencia del que acab¨® el d¨ªa de Jueves Santo con la ciudad de Popay¨¢n que, seg¨²n los ¨²ltimos datos, a¨²n provisionales, indican que produjo entre 300 y 400 muertos. "Quiz¨¢ una guerra no hubiera dejado tan destruida la ciudad". Con esta frase abri¨® el Telediario cinevisi¨®n, del canal 1 de la televisi¨®n colombiana, su informaci¨®n ese d¨ªa.La cadena Radio Caracol describ¨ªa la situaci¨®n diciendo que la imagen de las calles de Popay¨¢n era la de una ciudad reci¨¦n bombardeada. Se teme que, cuando se retiren los escombros, la cifra de muertos aumente enormemente.
El principal centro religioso
Popay¨¢n era el principal centro religioso cat¨®lico de Colombia y uno de los m¨¢s importantes de Am¨¦rica. Este hecho, y la coincidencia del se¨ªsmo con el comienzo de los actos religiosos de Semana Santa, han provocado que en la zona la interpretaci¨®n m¨¢s generalizada de la tragedia haya sido la de que se ha tratado de un castigo de Dios. Uno de los afectados declaraba llorando ante las c¨¢maras de televisi¨®n que, en Popay¨¢n, lo que se celebraba era la parranda santa y no la Semana Santa y el Se?or hab¨ªa decidido castigar el pecado.
La capital del departamento de El Cauca era el centro del turismo colombiano en estos d¨ªas. Varias decenas de miles de personas se congregaban tradicionalmente en Semana Santa en la ciudad. En el centro de Popay¨¢n se agrupaban la mayor parte de los templos construidos en el siglo XVIII por los conquistadores espa?oles. La zona ha quedado pr¨¢cticamente destruida. Estos edificios antiguos han sido los m¨¢s afectados por el temblor. La mayor¨ªa de los turistas, alojados en hoteles modernos han podido quedar a salvo.
En 1736 ya se hab¨ªa producido en Popay¨¢n un importante terremoto, aunque no alcanz¨® las dimensiones de este. La bas¨ªlica principal, al venirse abajo, sepult¨® a buena parte de las 500 personas que en esos momentos -las ocho de la ma?ana del Jueves Santo- asist¨ªan al primer oficio religioso del d¨ªa.
El hospital de San Jos¨¦, ¨²nico en la ciudad, estuvo a punto de hundirse. Precisamente se hallaba en un per¨ªodo de reconstrucci¨®n, ya que sus instalaciones dejaban mucho que desear. En los primeros momentos, las dificultades sanitarias impidieron atender la sobrecarga de heridos, muchos de los cuales tuvieron que ser trasladados a otras ciudades cercanas.
De todas formas, los principales problemas no son ahora de asistencia a los heridos. La mayor dificultad es la subsistencia de los supervivientes. No hay luz ni agua potable. Los primeros s¨ªntomas epidemiol¨®gicos han comenzado a aparecer. El presidente de la Cruz Roja colombiana solicit¨® al embajador espa?ol en Bogot¨¢ que la ayuda de nuestro pa¨ªs se centrara en peque?as plantas port¨¢tiles el¨¦ctricas y en unidades de esterilizaci¨®n de agua.
El propio embajador, Emilio Mart¨ªn, inform¨® a este peri¨®dico que no se ten¨ªan noticias negativas sobre los integrantes de la colonia espa?ola en Popay¨¢n. Las cuatro familias que all¨ª se encontraban parecen no haber sufrido da?o alguno. S¨®lo una de ellas perdi¨® la vivienda.
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