El pacifismo y los misiles
EN CUALQUIER otra ¨¦poca de la historia, los movimientos estrat¨¦gicos, armamentistas, pol¨ªticos y diplom¨¢ticos de las dos potencias m¨¢s poderosas del mundo se hubieran calificado claramente de preparativos de guerra. Son preparativos de guerra. Hay incluso observadores que creen, que la guerra ha empezado ya, en parte por delegaci¨®n en ciertas zonas del mundo, en parte porque los movimientos de armas -menos visibles que los de grandes masas de tropas anteriores- suponen ya unos amagos y una elecci¨®n de escenario.Las manifestaciones pacifistas del fin de semana equivalen a las que se hicieron a principios de siglo y terminaron con el asesinato del pacifista Jaur¨¦s, en Par¨ªs, y a las que se reprodujeron en v¨ªsperas de 1939 con Sheppard, Joad, Bertrand Russell. Grandes movimientos que en ning¨²n caso evitaron los conflictos o tuvieron influencia en los poderes. Entonces, como ahora, los pacifistas fueron tachados de servir al enemigo, minando la moral b¨¦lica, las unidades nacionales. El pacifismo actual, mostrado estos d¨ªas de una manera masiva en Alemania Occidental y en el Reino Unido, tiene, como en las v¨ªsperas anteriores, una organizaci¨®n de la izquierda, incluso de la izquierda m¨¢s radical, a la que se suman ampl¨ªsimos grupos moderados. Adem¨¢s de estas manifestaciones hay una presi¨®n continua de la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica sobre sus Gobiernos -en Europa, en Estados Unidos, en Jap¨®n- para que se alejen de la guerra. Este origen izquierdista permite el equ¨ªvoco de que sean identificados con el comunismo y con la Uni¨®n Sovi¨¦tica: en los casos anteriores, el pacifismo iba dirigido contra poderes conservadores, y el enemigo, absolutista conservador (¨¦l k¨¢iser o Hitler). El enemigo actual, la URSS, es tambi¨¦n absolutista y conservador, aunque est¨¦ revestido de otros s¨ªmbolos y de otras palabras. La idea general del pacifismo, sin embargo, no ha variado: es claramente la de que no hay que cesar en los intentos de negociaci¨®n, de busca de otras salidas, que hay que agotar todos los medios antes de llegar a la confrontaci¨®n armada. La noci¨®n de apocalipsis es ahora m¨¢s fuerte que nunca, y eso hace que el movimiento no sea ya meramente una cuesti¨®n del pueblo, algunos intelectuales y algunos eclesi¨¢sticos, sino que se acumulen a ella otros grupos de poblaci¨®n que tienen demasiado presentes los destrozos de la guerra y que suponen que se van a multiplicar hasta el exterminio.
Es cierto que el enemigo no permite en su interior ning¨²n pacifismo como no sea el oficial -simultaneado con la fabricaci¨®n y difusi¨®n de armas- y que aprueba el pacifismo en el terreno del adversario. Esto produce dos confusiones: una, la de creer que la URSS es m¨¢s pacifista que Estados Unidos; otra, la ya citada identificaci¨®n de pacifismo con prosovietismo o con comunismo. Un error de Reagan es el situarse en la parte mala de la discusi¨®n: el de que su pol¨ªtica de rearme y de denuncia de la URS S parezca un desaf¨ªo a la paz, una renuncia continua a la negociaci¨®n. La idea de Reagan es que la URSS goza hoy de una superioridad y de que, por tanto, EE UU tiene que hacer un gran esfuerzo de rearme nuclear; aqu¨ª es donde encuentra cada vez mayores dificultades con su propia opini¨®n p¨²blica. Sobre el problema de los euromisiles, con su reciente propuesta de soluci¨®n intermedia, Reagan ha modificado su anterior actitud cerrada en pro de la opci¨®n cero. Es posible, aunque dif¨ªcil, que aparezcan as¨ª posibilidades de una negociaci¨®n seria, a pesar de que las reacciones sovi¨¦ticas iniciales han sido claramente negativas. Por otro lado, las recientes afirmaciones sovi¨¦ticas de su voluntad de paz, la oferta a Europa de un pacto de no agresi¨®n hecho por el Pacto de Varsovia no son cre¨ªbles (son imposibles), como no lo son las de Reagan. Es esta inverosimilitud de los planes de paz, de desarme o de negociaci¨®n, sumada a la multiplicaci¨®n de los armamentos y al crecimiento de los conflictos en todas las zonas del Tercer Mundo como escenario deliberado lo que hace creer que estamos en una etapa de preparativos de guerra, y que dif¨ªcilmente la guerra puede llegar nunca a ser limitada.
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