D¨²plica de Oswaldo Market
EL PAIS public¨® el 23 de marzo una carta m¨ªa sin la m¨ªnima falta de respeto hacia Jacobo Mu?oz. ?ste respondi¨® el 26 de marzo con la virulencia del humillado (all¨¢ su problema) descubierto en una supercher¨ªa. No era error; como ahora confiesa, es que se siente investido del car¨¢cter de catedr¨¢tico. Ya lo dec¨ªa para impertinentes curiosos de su s¨²bita transformaci¨®n: "Es que he decidido asumir lo que tiene in mente el se?or ministro, mi ¨ªntimo amigo". Se trataba, pues, de un nombramiento telep¨¢tico con cierta dosis de magia. Es como un ni?o: en cuanto, inesperadamente, coge una rabieta, patalea en la m¨¢quina de escribir sin pensarlo m¨¢s.Como venganza hacia el atrevido que pinch¨® tan inflado ego (con el riesgo que corren los globos en esas circunstancias), acudi¨® a su viejo recurso: hacer caer sombras (mejor si son ideol¨®gicas) sobre el enemigo (le apasiona sentirse perseguido) y me hizo pasar por
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miembro de la filosof¨ªa oficial de la pasada autarqu¨ªa. Con esas tergiversaciones, aparte de da?ar al pr¨®jimo, busca cobrar dividendos por su autodeclarado progresismo.
Mas, ?ay!, miseria humana... El tal progresista amenaza con persecuciones acad¨¦micas de por vida a quien se atreva a deponer contra ¨¦l (por ejemplo, entre el 10 y el 12 de febrero de 1982); declara no votar desde los tribunales, por razones ideol¨®gicas, a dos eminentes profesores jam¨¢s (por ello fue excluido de un tribunal seg¨²n orden ministerial, BOE 3 de septiembre de 1982); excluye a aquellos colaboradores a los que no considere "identificados con sus criterios cient¨ªficos" (carta del 3 de febrero de 1982); trata como subordinados a quienes tengan jerarqu¨ªa acad¨¦mica inferior a la suya (carta por v¨ªa notarial del 12 de enero de 1982); no aparece a ex¨¢menes, dejando desasistidos a sus alumnos (14 de septiembre de 1981 y 10 de septiembre de 1982); durante m¨¢s de un mes deja sin clases a un curso (octubre a noviembre de 1982); da calificaciones finales de ex¨¢menes escritos sin haberlos le¨ªdo, pues se los entregaban en ese instante (junio de 198 l); monta campa?as de desprestigio (denunciadas al rector en 14 de febrero de 1982); emplea gran parte de su actividad acad¨¦mica en recogida de firmas, acciones demag¨®gicas y pol¨ªtica de pasillos; est¨¢ expedientado por el rector (desde el 18 de marzo de 1982)... Me cansa la relaci¨®n, que no cabr¨¢ en una carta. ?Pobres subordinados que caigan en manos de tan ilustre progresista, de tanta frivolidad ideol¨®gica pero de tan constante praxis autocr¨¢tica! Quiz¨¢ el Gobierno actual decida cumplir su promesa de sanar corruptelas. ?Seguir¨¢ disfrutando de patente de corso en el actual clima de regeneraci¨®n? / Catedr¨¢tico de Historia de la Filosof¨ªa.
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