Los abogados creen que la sentencia del 23-F ha quedado totalmente destrozada

"La sentencia dictada por el Consejo Supremo de Justicia Militar, con relaci¨®n al 23-F, ha quedado totalmente destrozada. De ella ya no queda nada, se ha dejado sin valor la resoluci¨®n". Estas palabras fueron pronunciadas ayer por el letrado Francisco Almeida, al desarrollar el recurso de casaci¨®n del teniente coronel Pedro Mas Oliver, en la tercera y pen¨²ltima sesi¨®n.Quien pronunci¨® tan apasionadas palabras es el padre de la concejala comunista del Ayuntamiento de Madrid Cristina Almeida. No era una divagaci¨®n en solitario. La opini¨®n del letrado Francisco Almeida se extendi¨® ayer en la sala, entre los abogados defensores y entre el numeroso p¨²blico que por primera vez llenaba los bancos.

Quiz¨¢ porque este sentimiento estaba compartido un amplio sector del p¨²blico esboz¨® una sonrisa cuando el letrado Almeida, dirigi¨¦ndose a los magistrados, les requiri¨® para que redactaran una nueva sentencia con la que quedasen "tranquilizadas sus conciencias", y en la que se desestimara el recurso del fiscal general del Estado, se redujesen las penas a los procesados y se subsanasen las presuntas infracciones de la resoluci¨®n.

Francisco Almeida, con una cierta iron¨ªa, dej¨¢ndose las ces y alargando las eses, rebati¨® las afirmaciones realizadas por el fiscal general del Estado seg¨²n las cuales el juicio de Campamento hab¨ªa sido una vista "perfecta y limpia". Asegur¨® en cambio que all¨ª, sobre la mesa de la presidencia del tribunal militar, hab¨ªan quedado entre treinta y cuarenta protestas por presuntas infracciones de procedimiento, negativas de pruebas "a barullo", que en ning¨²n momento fueron justificadas y que consistieron en un lac¨®nico "no". En ese instante, el presidente de la sala, interrumpi¨® al abogado -la primera y ¨²nica interrupci¨®n ejercida durante las tres sesiones- y le record¨® que deb¨ªa ce?irse a los motivos de fondo.

La obediencia del fiscal

El letrado Julio Ortiz Ortiz, defensor del teniente Pedro Izquierdo S¨¢nchez, fue casi tan demoledor y contundente como Almeida. Pero, en este caso, el ataque del letrado se dirigi¨® hacia el fiscal general del Estado.

Fue un ataque que se abri¨® con compases dispersos y disonantes, pero que fue elev¨¢ndose para llegar a asegurar que entre la actitud de su procesado y la del ministerio fiscal pod¨ªa trazarse un paralelismo. Para Ortiz, el teniente Pedro Izquierdo S¨¢nchez hab¨ªa participado en la ocupaci¨®n del Congreso obedeciendo ¨®rdenes, de la misma manera que el fiscal togado recibi¨® en su d¨ªa ¨®rdenes estrictas del Gobierno para recurrir la sentencia. Continu¨® en esta l¨ªnea y asegur¨® que si su patrocinado se hubiera negado a cumplir el servicio que se le encomendaba hubiera podido ser sido sancionado con una pena de hasta seis a?os de prisi¨®n, de "id¨¦ntica manera que hubiera sido sancionado el fiscal si se hubiera negado a presentar el recurso, ya que el representante del ministerio p¨²blico hubiera podido ser suspendido de empleo y sueldo o incluso separado del cuerpo".

La obediencia debida

Al margen de estas escaramuzas, la sesi¨®n de ayer se centr¨® en el tema de la eximente de obediencia debida, recogida en la sentencia y gracias a la cual fueron absueltos todos los tenientes inmersos en el procedimiento. D¨ªas atr¨¢s, el fiscal general del Estado, en nombre de la ejemplaridad de la sentencia, hab¨ªa recabado de la sala la retirada de esta eximente y la imposici¨®n de una condena a los tenientes. Hab¨ªa sido una de las peticiones m¨¢s firmemente defendidas por el ministerio p¨²blico, y consecuentemente, deb¨ªa provocar una reacci¨®n contraria por parte de los defensores de los absueltos, quienes reivindicaron que se mantuviera la sentencia en todos sus t¨¦rminos.

El recurso referente al civil Juan Garc¨ªa Carr¨¦s se vio tambi¨¦n en la sesi¨®n de ayer. El letrado Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, condenado a dos a?os de prisi¨®n por un delito, de conspiraci¨®n para la rebeli¨®n militar, fue defendido por Antonio Mu?oz Perea. Asegur¨® el abogado, que el fiscal general del Estado quer¨ªa dar con la agravaci¨®n de la pena de Juan Garc¨ªa Carr¨¦s "un sentido ejemplarizador contra aquellos que la Prensa dice que forman la trama civil del 23-F". Rebati¨® esta tesis, citando a san Agust¨ªn y alegando que "no se puede hacer el mal para conseguir el bien".

Las intervenciones de los defensores finalizaron por la tarde, con los informes de los abogados Manuel Hern¨¢ndez Gra¨ª?o, que defend¨ªa a los tenientes de la Guardia Civil Ramos Rueda y Vecino N¨²?ez, y de Manuel Novalvos, que dirige la defensa del teniente del mismo cuerpo Bouza Carranco. Los dos se opusieron al recurso del fiscal.

El defensor Hern¨¢ndez Gra¨ª?o, militar de profesi¨®n y defensor del teniente Vecino N¨²?ez, hizo ostentaci¨®n de su condici¨®n profesional para extenderse en consideraciones sobre la patria, la milicia, el honor y conceptos semejantes.

Asegur¨® que su patrocinado no cometi¨® ning¨²n hecho delictivo, sino que con su actuaci¨®n trat¨® "de evitar un hecho que hubiera podido cambiar el curso de la historia de Espa?a". Se refer¨ªa al episodio del zarandeo que se propin¨® al teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado. Defendi¨®, naturalmente, la no participaci¨®n de su defendido en tales hechos.

La defensa de Bouza Carranco, a cargo del letrado Novalvos, fue dilatad¨ªsima. Fue una defensa de tono convincente, pero que no se priv¨®, en los primeros momentos, de dirigir a la sala unos ripios de Sainz Arriaza para hablar sobre la patria.

La 'sonada' del 23-F

De la tediosa y reiterativa sesi¨®n de ayer cabe, sin embargo, entresacar un elemento sorprendente, con el que se ve enriquecido el diccionario de eufemismos surgidos a ra¨ªz del proceso del 23-F. Junto a t¨¦rminos tan manidos como "reconducci¨®n nacional", "alzamiento sin armas", "amor exacerbado a la patria", "obediencia ciega" o "rebeli¨®n at¨ªpica", los especialistas podr¨¢n desde hoy alinear un nuevo t¨¦rmino: "la sonada". "La sonada de las partidas del 23-F" fue la frase textual pronunciada por el letrado Antonio Mu?oz Perea, al defender al capit¨¢n Pascual Galv¨¦s, y en un intento de eludir t¨¦rminos tan claros como "golpe de Estado" y "rebeldes".