Llevar a buen t¨¦rmino, ahora, la Conferencia de Madrid

El inter¨¦s de los pa¨ªses occidentales se orienta hacia mejoras sustanciales de los distintos aspectos del acta final y hacia un mandato concreto referente a una conferencia europea de desarme. Tales objetivos contemplar¨ªan los aspectos pol¨ªticos, humanitarios y econ¨®micos de las relaciones Este-Oeste. Por otro lado, mediante la instauraci¨®n de la conferencia europea para el desarme y las correspondientes medidas de seguridad para toda Europa, desde el Atl¨¢ntico hasta los Urales, significar¨ªan asimismo un apreciable progreso en el campo de la pol¨ªtica de seguridad.1983 se revela cada vez m¨¢s como un a?o de "cambio de v¨ªas" para las relaciones Este-Oeste y tambi¨¦n para el desarme y el control de armamentos. Un t¨¦rmino positivo de la Conferencia de Madrid favorecer¨ªa un desarrollo favorable tambi¨¦n en otros campos y ser¨ªa una importante prueba de la buena voluntad existente por parte de todas las partes interesadas.

La reanudaci¨®n de la Conferencia de Madrid, que ha tenido una duraci¨®n mayor de la prevista en principio por los firmantes del acta final (dos a?os y medio, incluyendo interrupciones), ya desde finales de 1980, en la dif¨ªcil fase de las relaciones entre el Este y el Oeste, y a pesar de tantos retrocesos, desilusiones e incluso pasos en falso, ha fomentado, sin duda, una estabilizaci¨®n en este campo.

La publicaci¨®n del documento final de las reuniones de Madrid en todos los pa¨ªses firmantes -tal como propusieron los pa¨ªses neutrales y no alineados asistentes- ofrece a los ciudadanos de cada pa¨ªs la oportunidad de conocer directamente los compromisos a cuya observancia se han comprometido sus respectivos pa¨ªses. Es dif¨ªcil valorar a¨²n suficientemente las repercusiones culturales y morales que podr¨¢n derivarse de este hecho.

Ampliar la negociaci¨®n

En relaci¨®n con las negociaciones sobre desarme celebradas en Ginebra y sobre reducci¨®n de tropas en Europa Central celebradas en Viena, la conferencia europea de desarme, a trav¨¦s de medidas favorecedoras de la confianza para Europa en su conjunto, desde el Atl¨¢ntico hasta los Urales, ampliar¨ªa el campo de negociaci¨®n sobre control de armamentos, no s¨®lo en sentido cualitativo (es decir, dichas medidas favorecedoras de confianza), sino tambi¨¦n cuantitativo (o sea, comprender¨ªa toda Europa y no exclusivamente Europa Central). Este aspecto tiene asimismo una importancia extraordinaria.

Gracias a su plausible iniciativa, los pa¨ªses neutrales y no alineados han abierto la puerta a la negociaci¨®n final. Saben, no obstante, que su propuesta debe ser complementada con otros elementos y mejoras, y en esta direcci¨®n concreta se mueven actualmente los pa¨ªses occidentales.

La respuesta que se espera del Este consiste en que acepte la propuesta de las naciones neutrales y no alineadas como base adecuada de deliberaci¨®n, as¨ª como los complementos y mejoras que necesariamente deber¨¢ sufrir dicha propuesta.

Las negociaciones entre EsteOeste en Ginebra y Viena, al igual que la Conferencia de Madrid, contemplan en cualquier caso s¨®lo aspectos parciales de las relaciones entre ambos bloques. Sin embargo, no deber¨ªa ignorarse la influencia que podr¨ªan tener en su conjunto.

Por tanto, cualquier progreso posible en este sentido debe ser favorablemente acogido, pues ello posibilitar¨¢ un avance similar en otros campos. Eso es lo que esperan tanto los hombres del Este como los del Oeste. Los pa¨ªses del Este, con su disponibilidad para cumplir los compromisos contra¨ªdos en Helsinki en 1975, deber¨¢n enfrentarse a los avances vividos en este sentido por los habitantes de sus respectivos pa¨ªses.

La situaci¨®n en Polonia y muchos otros sucesos acaecidos en los pa¨ªses del Este ofrecen base m¨¢s que suficiente para demostrar esta disposici¨®n para cumplir los compromisos de Helsinki. De notros depende continuar, paso a paso, activa y constructivamente, el desarrollo positivo de la Conferencia.