'La graduada', liberada sin amor

En la primera mitad de los setenta, estas comedidas bufas, que hablaban de la represi¨®n del sexo invitando a que los espectadores se divirtieran con sus provocaciones, pero tambi¨¦n a que continuaran reprimidos, se fabricaban sin reflexi¨®n, deteriorando gravemente la calidad media del cine espa?ol. Fueron, sin embargo, pel¨ªculas de ¨¦xito.La graduada, realizada en 1972, y con una interpretaci¨®n sincera de Lina Morgan, dio pie, al a?o siguiente, a una nueva colaboraci¨®n entre la actriz y Mariano Ozores, pero ya La descarriada no alcanz¨® similares recaudaciones.

El esquema, sin embargo, era parecido: en lugar de una chica de pueblo que llega a Madrid a vivir la vida, pero que conf¨ªa en el amor puro, en La descarriada se trataba de una prostituta virgen (este cine espa?ol est¨¢ repleto de ellas), que tambi¨¦n sue?a con un hombre bueno.

El moralismo de ambas cintas se acompa?aba de una serie de secuencias donde la incipiente pornograf¨ªa del momento se aunaba a chistes, naturalmente conservadores. La graduada contiene todos los elementos del cine de Ozores que, posteriormente ha desarrollado con menos timidez. A trav¨¦s de una risa que nace de lo burdo, lo falso, propone el mantenimiento de "moralejas, sentencias y consejos", seg¨²n se dec¨ªa en Cartelera Turia.

No le fueron a la zaga P¨¦rez G¨®mez y Mart¨ªnez Montalb¨¢n cuando escribieron en su libro sobre directores espa?oles que estas comedias de Ozores son "las m¨¢s acabadas muestras de subproductos cinematogr¨¢ficos. Se juega con el espectador de forma ignominiosa, ofreci¨¦ndole unas pel¨ªculas en las que las obsesiones y represiones sexuales del espa?ol medio se utilizan corno descarado gancho comercial".