La pol¨ªtica caciquil mantuvo el desequilibrio entre los de Cantabria
La correcci¨®n de las desigualdades de infraestructura patentes entre los municipios de Cantabria -de los que m¨¢s del 50% de los 102 existentes tienen menos de 2.000 habitantes, lo que es el principal freno al desarrollo econ¨®mico, social y cultural- sigue siendo cuatro a?os despu¨¦s de las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas, un deseo m¨¢s que una realidad. El neocaciquismo practica do por los m¨¢ximos dirigentes centristas desde la extinta diputaci¨®n provincial determin¨® una gesti¨®n municipal de parcheo para la mayor¨ªa de los ciudadanos de Cantabria.
Al desencanto ciudadano ha contribuido el hecho de que gran parte de las realizaciones llevadas a cabo durante los ¨²ltimos cuatro a?os fueran reivindicaciones largo tiempo acariciadas y no acciones novedosas. El cumplimiento o puesta en marcha de los proyectos fue recibido m¨¢s como una l¨®gica consecuencia que como una consecuci¨®n. Si adem¨¢s la gesti¨®n de las corporaciones, salvo en los grandes n¨²cleos de poblaci¨®n, estaba determinada no tanto por la adscripci¨®n pol¨ªtica de la mayor¨ªa municipal, sino por la capacidad de los ediles para sortear las barreras burocr¨¢ticas de una administraci¨®n provincial primero, luego regional, demasiado acostumbrada al amiguismo y al trato de favor, puede comprenderse f¨¢cilmente el por qu¨¦ de un tan elevado n¨²mero de candidaturas independientes como las que concurren a los pr¨®ximos comicios.Desde 1979, tan s¨®lo unos pocos de los ayuntamientos con mayor¨ªa de UCD -partido que obtuvo m¨¢s del 50% de las alcald¨ªas tuvieron acceso a las inversiones millonarias, al man¨¢ que la Diputaci¨®n provincial repart¨ªa a?o tras a?o a trav¨¦s de los planes de obras de cooperaci¨®n provinciales. Inversiones en muchos casos de dudosa urgencia, aunque necesarias, y sobre todo concedidas con escasa visi¨®n solidaria, mediante las gestiones directas de diputados provinciales, que ten¨ªan adem¨¢s la condici¨®n alcaldes. La redistribuci¨®n de los recursos regionales se convirti¨® as¨ª en un tema de pasillo y amiguismos, a los que no fueron ajenos los hombres ligados al entonces l¨ªder indiscutible de UCD, Justo de las Cuevas.
La ca¨ªda pol¨ªtica de De las Cuevas y el desmoronamiento de UCD, iniciado en Cantabria a primeros de febrero de 1982, desmont¨® en parte la estructura de favoritismo que hasta aquel momento hab¨ªa funcionado desde la Diputaci¨®n provincial presidida por Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez y donde los centristas gozaban de amplia mayor¨ªa. Sin embargo, no dej¨® de prevalecer, a pesar de los cambios pol¨ªticos que introdujo la constituci¨®n de Cantabria como comunidad aut¨®noma, un cierto tr¨¢fico de influencias. ¨²nicamente el Plan de Electrificaci¨®n rural de Cantabria (PEC), dise?ado por el consejero de Industria, Enrique Ambrosio Orizaola, despu¨¦s de que fuese abandonado el realizado por la comisi¨®n de la Diputaci¨®n provincial, que presidi¨® Leandro Valle -excesivamente gravoso para los vecinos, que deb¨ªan aportar 30.000 pesetas por acometida, igual cantidad que el Ayuntamiento por abonado-, inici¨® una pol¨ªtica en contra de las desigualdades en materia de infraestructura.
Santander y Torrelavega
El panorama cambia radicalmente en los dos ayuntamientos m¨¢s importantes de la regi¨®n en cuanto a n¨²mero de habitantes, Santander y Torrelavega, al margen de la pol¨ªtica de inversiones de la Diputaci¨®n provincial y dependientes, por tanto, de la Administraci¨®n central. En t¨¦rminos absolutos de realizaciones, la capital de Cantabria, con mayor¨ªa centrista, al frente de la cual se encuentra Juan Hormaechea, actual candidato a la reelecci¨®n por la coalici¨®n AP-PDP-UL, supera con creces al municipio torrelaveguense, presidido por el socialista Manuel Teira. Mientras que en la capital de Cantabria se han adquirido fincas, se han saneado playas, abierto aparcamientos subterr¨¢neos, construido nuevos accesos, remodelado plazas y un largo etc¨¦tera, en Torrelavega nada o casi nada se ha podido culminar en estos cuatro a?os, en cuanto a grandes obras o realizaciones.
Para ello ha sido determinante la actitud de la Administraci¨®n centrista, especialmente relevante en el caso de la Direcci¨®n Provincial de Obras P¨²blicas y Urbanismo, desempe?ada durante tres a?os por Roque Manres, que no escatim¨® recursos econ¨®micos para invertir en la capital de Cantabria. El municipio torrelaveguense debi¨® conformarse, entretanto, con mantener a duras penas una red de saneamiento obsoleta, al igual que la red general de distribuci¨®n de agua. Mucho m¨¢s grave es la no realizaci¨®n de las minirrondas de circunvalaci¨®n o la autopista Santander-Torrelavega, por afectar no s¨®lo al casco urbano de dicho municipio, colapsadd por el paso de veh¨ªculos que en direcci¨®n a Oviedo, Palencia y Burgos atraviesan la calle principal de la ciudad, sino a toda la regi¨®n.
Uno de los pocos temas en que hubo unanimidad entre centristas y socialistas fue el de la puesta en marcha del dispositivo constitucional necesario para acceder a la autonom¨ªa, iniciado en abril de 1979 por el Ayuntamiento de Cabez¨®n de la Sal y al que, con algunas reticencias, se sum¨® en seis meses el 80% de los municipios, que abarcaban m¨¢s del 90% de la poblaci¨®n c¨¢ntabra. Poblaci¨®n que vio con resignaci¨®n la importante elevaci¨®n de las tasas municipales de agua, basura, radicaci¨®n, etc¨¦tera, congeladas algunas de ellas desde hac¨ªa una d¨¦cada. El recurso a la emisi¨®n de deuda municipal s¨®lo fue puesto en marcha por los ayuntamientos de Santander y Torrelavega, pero si este ¨²ltimo no ha superado la capacidad de endeudamiento, la situaci¨®n del primero es bastante m¨¢s confusa.
Seg¨²n han venido denunciando los concejales socialistas, las deudas del Ayuntamiento santanderino suman bastante m¨¢s de 4.000 millones de pesetas, y superan en m¨¢s de 1.000 millones el total del patrimonio. El alcalde Hormaechea no s¨®lo niega estos hechos, sino que afirma que la capacidad de endeudamiento municipal es a¨²n importante. Entretanto, el ciudadano, que conoce directamente en su bolsillo la incidencia de las tasas e impuestos municipales, se pregunta c¨®mo se pondr¨¢n pagar los cr¨¦ditos oficiales y de la banca privada gestionados para adquirir determinadas fincas, caso de la Magdalena, Altamira, antigua f¨¢brica del gas, etc¨¦tera, o para la realizaci¨®n de las obras de embeHecimiento llevadas a cabo en las zonas residenciales tur¨ªsticas.
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