La segunda jornada del Open de Madrid de golf qued¨® suspendida por la lluvia
Sandy Lyle encabeza la clasificaci¨®n provisionalLa fuerte lluvia que a media tarde de ayer cay¨® sobre los terrenos del club de golf Puerta de Hierro oblig¨® a los organizadores a suspender la segunda jornada del Open de Madrid. Cuando se decidi¨® la suspensi¨®n, Severiano Ballesteros, en compa?¨ªa de Sam Torrance y Des Smyth, acomet¨ªa el hoyo n¨²mero 13. El brit¨¢nico Sandy Lyle, con 139 golpes, encabeza la clasificaci¨®n provisional del torneo.
Un total de 44 jugadores no pudieron completar ayer el recorrido, que lo finalizar¨¢n esta ma?ana a partir de las 8.00 horas. Al t¨¦rmino de esta ronda se clasificar¨¢n los 65 primeros y los empatados tras el ¨²ltimo hoyo para continuar hasta el final el campeonato.El viento y la lluvia fueron ayer protagonistas del Open de Madrid. Estas dos circunstancias meteorol¨®gicas propiciaron las deficientes actuaciones de los participantes en el torneo. Algunos de los favoritos hicieron p¨¦simos recorridos; otros, cumplieron con los hoyos con un golpe bajo par; y el brit¨¢nico Sandy Lyle fue el ¨²nico en ejecutar en 69 golpes los 18 hoyos de los terrenos de Puerta de Hierro, que tiene un par 72.
Un hoyo, un golpe
El espa?ol Manuel Moreno consigui¨® hacer un hoyo en uno. Sucedi¨® en el hoyo 11, par 3, llamado La Garita, con un palo del 4.
Severiano Ballesteros, el maestro, todo azul, atrajo vientos tempestuosos cuando comenz¨® a golpear la bola. El viento que sopl¨® durante toda la ma?ana se hizo a¨²n m¨¢s fuerte y el santanderino se anot¨® el primer bogey en el primer hoyo. A su lado, Sam Torrance -cigarrillo en ristre y lapicero tras la oreja- y Des Smyth parec¨ªan impermeabilizados frente a los elementos.
En el segundo hoyo, despu¨¦s de una corbata en el primer bogey, Ballesteros sac¨® de pista una bola atormentada por un viento que soplaba enfurecido. Se anot¨® otro bogey. En el tercero apareci¨® una mujer llamada Carmen, morena, ch¨¢ndal blanco y azul, que inspir¨® a Ballesteros. Se apunt¨® el primer birdie.
El cuarto hoyo fue un par en su tarjeta. En el quinto, Severiano Ballesteros volvi¨® a arriesgar y logr¨® otro birdie. Dos pares, un nuevo birdie y otros dos pares fueron las siguientes notas del santanderino. Comenz¨® a llover con intensidad y aquella mujer, chandal azul y blanco, abandon¨® la pista en busca de refugio. Severiano Ballesteros llor¨® su ausencia con un bogey en el hoyo 11 y un nuevo bogey en el hoyo 12.
Antonio Garrido, l¨ªder de la primera jornada, enterr¨® ayer gran parte de sus aspiraciones para alzarse con la victoria final. En un recorrido desafortunado, aciago, el golfista espa?ol hizo seis bogeis, que le sit¨²an a siete golpes del brit¨¢nico Sandy Lyle. Para Manuel Pi?ero, la jornada de ayer tambi¨¦n fue adversa.
Tom Sieckmann levant¨® en el segundo recorrido, con tres birdies, una actuaci¨®n s¨®lo regular en los nueve primeros hoyos, en los que hizo dos bogeis y un solo birdie. Con 140 golpes es el adversario m¨¢s directo de Lyle; en su cartulina firm¨® dos birdies, tres bogeis y un doble bogey.
La clasificaci¨®n provisional tras la suspensi¨®n del torneo era la siguiente: Sandy Lyle, 139 golpes; Tom Sieckmann, 140; John Bland y Gordon Brand, 142; Paul Way y Jaime Gonz¨¢lez, 144; Ronald Rafferty, 145; Martin Poxon, Warren Humphrey, Jaime Benito, Antonio Garrido, Manuel Pi?ero y Howard Clark, 146 golpes.
La imcompatibilidad del golfista y la urraca
Liverpool, Inglaterra. Un serio problema turba el sosiego de la Royal Liverpool Golf Club. Un golfista aficionado es el blanco de las iras de la Sociedad Protectora de Animales. Y todo por una urraca, m¨¢s concretamente la urraca Max.
Durante el d¨ªa de ayer, la urraca Max fue una pesadilla para los golfistas, porque se lanzaba a picotear la bola cuando ¨¦sta se acercaba a su nido. Un jugador, cuyo nombre declin¨® desvelar la direcci¨®n del club, perdi¨® los nervios y atiz¨® al animal tal golpe con el palo que la dej¨® inconsciente para siempre.
Mark Jones, monitor profesional del club, manifest¨® tras el ¨®bito que los jugadores estaban efectuando su tercer golpe del hoyo "cuando repentinamente la urraca Max se acerc¨® a los pies de uno de ellos y le picote¨® los tobillos". "El jugador ahuyent¨® al animal y el p¨¢jaro sali¨® volando, pero de repente el golfista sinti¨® un golpe en su nuca e instintivamente golpe¨® el aire con el bast¨®n, con la mala fortuna de alcanzar a Max, que muri¨® en el acto", manifest¨® el consternado Jones.
Un portavoz de la Real Sociedad para la Protecci¨®n de Animales ha puntualizado: "Es temporada de cr¨ªa y la urraca deb¨ªa estar protegiendo su nido. La gente tendr¨ªa que evitar causarles molestias".
Liverpool. Inglaterra, claro.
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