Honecker anula su visita a la RFA a causa del deterioro de relaciones entre las dos Alemanias
La noticia de la anulaci¨®n por Berl¨ªn Este de la proyectada visita a Bonn del presidente del Consejo de Estado de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, Erich Honecker, como consecuencia del s¨²bito empeoramiento, del clima pol¨ªtico, ha provocado reacciones encontradas en la Rep¨²blica Federal de Alemania.
La tensi¨®n entre las dos Alemanias aument¨® ¨²ltimamente como consecuencia de la inquietud por la muerte de dos ciudadanos germano-occidentales durante sen dos interrogatorios por la polic¨ªa del otro Estado. Ayer, el sensacionalista Bild Zeitung aseguraba que, en enero de este mismo a?o, muri¨® otro ciudadano de la RFA en el puesto fronterizo de Marienborn, tras ser obligado a descender de un tren por llevar en su maleta un jam¨®n.En una primera toma de postura, el Gobierno de Helmut Kohl aconsej¨® ayer no dramatizar la situaci¨®n, y afirm¨® que el suceso no debe repercutir en el viaje que el canciller realizar¨¢ a Mosc¨² el pr¨®ximo junio o julio a invitaci¨®n del primer dirigente sovi¨¦tico, Yuri Andropov.
Mientras tanto, la oposici¨®n socialdem¨®crata habla de "duro rev¨¦s" para los ciudadanos de ambos pa¨ªses y culpa al jefe del Gobierno b¨¢varo, Franz Josef Strauss, y al propio Kohl, en este caso por su supuesta pasividad, aunque considera al mismo tiempo exagerada la reacci¨®n de Berl¨ªn Este.
La anulaci¨®n de la visita, que obedec¨ªa a una invitaci¨®n del anterior jefe de Gobierno, el socialdem¨®crata Helmut Schmidt, la han justificado las autoridades de Berl¨ªn Este por las ¨²ltimas tensiones entre ambas capitales, de la que responsabilizaron tambi¨¦n a la Prensa. Un portavoz cristianodem¨®crata sali¨®, sin embargo, en defensa de los medios de comunicaci¨®n, de los que dijo que eran libres para informar y opinar en Occidente.
Persona no grata
En un editorial publicado aye por el muy conservador Die Welt se declaraba pr¨¢cticamente a Erich Honecker persona no grata, y se afirmaba que era preferible que no viniese mientras siguiesen "muriendo de miedo" ciudadanos germano-occidentales en los puestos fronterizos de la otra Alemania.La oposici¨®n socialdem¨®crata, pero tambi¨¦n los propios liberales, que forman parte de la coalici¨®n de Gobierno, critican al jefe del Gobierno b¨¢varo por su supuesta irresponsabilidad al afirmar que el camionero Rudolf Burkert, muerto mientras era interrogado por la policia, hab¨ªa sido, en realidad, asesinado.
Strauss no esper¨®, para lanzar su acusaci¨®n, al informe de un prestigioso forense germano-occidental, cuya presencia en el lugar de los hechos fue autorizada por las autoridades de Berl¨ªn Este, y aun despu¨¦s de que ¨¦ste admitiese la tesis de las autoridades germano-orientales, seg¨²n la cual Burkert fue v¨ªctima de un ataque cardiaco, el l¨ªder b¨¢varo se mantuvo en sus trece y afirm¨® que, posiblemente, se enga?¨® al forense al mostrarle una habitaci¨®n distinta de la utilizada en el interrogatorio.
Cuando, oficialmente al menos, comenzaban a apagarse los ecos del caso Burkert, lleg¨® la noticia de que un jubilado de 67 a?os hab¨ªa fallecido igualmente mientras era controlado por la polic¨ªa de la RDA, lo que provoc¨® una nueva lluvia de declaraciones de cristianodem¨®cratas y socialcristianos sobre la "inhumanidad" del sistema de la RDA y responsabiliz ando a Honecker de ese tipo de sucesos.
Ante las reiteraciones de Strauss, la oposici¨®n socialdem¨®crata acus¨® al dirigente b¨¢varo de tratar de resucitar la guerra fr¨ªa entre las dos Alemanias para hacer m¨¢s digerible la instalaci¨®n de los euromisiles de la OTAN, si fracasan, como muchos temen ya, las negociaciones de Ginebra. Al mismo tiempo, los socialdem¨®cratas censuraron la supuesta pasividad del canciller Kohl y le exigieron que impusiese su autoridad en el Gabinete para que Strauss no determinase el rumbo de la pol¨ªtica exterior.
Algunos dirigentes cristianodem¨®cratas, como el futuro presidente del comit¨¦ parlamentario interalem¨¢n, Gerhard Reddemann, culpan, por el contrario, enteramente a la RDA de las tensiones.
Seg¨²n el dirigente conservador, el partido comunista de la RDA trata de montar una campa?a psicol¨®gico-pol¨ªtica destinada a sembrar la inseguridad entre los ciudadanos germanoorientales, de acuerdo con una nueva estrategia del Pacto de Varsovia inspirada por el sovi¨¦tico Yuri Andropov.
Menos tajante es la afirmaci¨®n del dirigente liberal Uwe Ronneburger, seg¨²n la cual Honecker lleg¨® seguramente a la conclusi¨®n de que su visita a este pais, en las presentes circunstancias, no dar¨ªa ning¨²n fruto.
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