El escritor peruano Julio Ram¨®n Ribeyro se aleja de la ¨¦pica narrativa de otros autores

El escritor peruano Julio Ram¨®n Ribeyro (Lima, 1929), que ayer present¨® en Madrid tres libros suyos, hab¨ªa estado hasta ahora alejado de las grandes editoriales espa?ola y latinoamericanas "tanto por negligencia personal" como porque su estilo y sus temas no se encuadraban en las tendencias m¨¢s actuales de la literatura de estos pa¨ªses. "Mediante un lenguaje directo, nada barroco trato de reflejar la frustraci¨®n de cierta clase media urbana, de los a?os 40-50 en Lima. Comprendo que me alejo de la ¨¦pica narrativa de otros autores latinoamericanos que escriben sobre los grandes conflictos sociales, pero la actualidad a veces resulta anacr¨®nica".

La publicaci¨®n de las obras La juventud en la otra ribera (Argos Vergara) y Cr¨®nica de San Gabriel y Los geniecillos dominicales, ambas editadas por Tusquets, supera un silencio de a?os mantenido en torno a un autor de tres novelas largas y de m¨¢s de cien relatos cuyas obras eran m¨¢s conocidas en Per¨² y fuera del ¨¢mbito latinoamerica no porque hab¨ªan sido traducidas al franc¨¦s, italiano, alem¨¢n, holand¨¦s e incluso al chino. En Espa?a tan s¨®lo se hab¨ªa publicado bajo el t¨ªtulo Prosas ap¨¢tridas (Tusquets, 1975) un conjunto de textos. En la presentaci¨®n de estos tres libros, ayer en la sede del Instituto de Cooperaci¨®n Latinoamericana de Madrid, participaron, junto al propio autor, los escritores J. J. Armas Marcelo, Carlos Barral, A. Bryce Echenique y Beatriz de Moura.Ribeyro, estudi¨® literatura y derecho el la universidad cat¨®lica de Lima y a partir de 1952 su vida ha sido un continuo viajar o residir en diversas ciudades europeas (Par¨ªs, Madrid, Munich, Amberes). Ha trabajado como periodista en la agencia France-Presse y en la actualidad es consejero cultural de la delegaci¨®n de Per¨² en la UNESCO. "Todos se preguntan por el hecho de que no haya editado en Espa?a ni en los grandes circuitos latinoamericanos. Confieso que ha habido cierta negligencia por mi parte. Adem¨¢s estaba comprometido con un peque?o editor de Lima y cre¨ªa que esto me imped¨ªa ,publicar con otros. Hay que considerar tambi¨¦n que la mayor parte de mi obra es de relatos cortos y los editores han prestado m¨¢s atenci¨®n a la novela larga".

A pesar de que Julio Ram¨®n Ribeyro, admirador de Cervantes y lector de Cela y Luis Mart¨ªn Santos, lleva viviendo fuera de su pa¨ªs casi treinta a?os -tan s¨®lo viaja a Per¨² una vez al a?o durante un mes- todos sus escritos tratan de temas lime?os. "Casi todo lo que he escrito tiene como escenario Lima y despu¨¦s el Per¨². Pero en mi novela aparece un Per¨² de los a?os de la d¨¦cada 40-50. Me doy cuenta que algunos de los problemas que yo planteo, por ejemplo, los de la sexualidad, no est¨¢n en auge porque la sociedad peruana ha evolucionado, pero creo que los temas que trato son permanentes y no importa a qu¨¦ sociedad se refieran."

Clases medias urbanas

Esos temas no son otros que los problemas de la frustraci¨®n, el fracaso, la vejez, la violencia, el desencanto y la desilusi¨®n de una clase media urbana que se encuentra tambi¨¦n en Latinoam¨¦rica, de ese mundo gris¨¢ceo de las clases medias urbanas. "Aunque no planteo los temas ¨¦picos de la opresi¨®n, las dictaduras o de otros temas narrativamente atractivos que constituyen la imagen que tiene del mundo latinoamericano el lector europeo e incluso el espa?ol, creo que muestro una faceta poco conocida pero real del la vida cotidiana, por lo menos en un punto de aquel continente".Seg¨²n el autor de La juventud en otra ribera "se puede ser completamente actual escribiendo un libro sobre Bizancio o ser anticuado escribiendo sobre las ¨²ltimas elecciones municipales". Ribeyro se define como un escritor directo que se aleja del barroquismo que caracteriza a la actual narrativa latinoamericana. "Algunos han creado la ficci¨®n de que Latinoam¨¦rica es un continente barroco y que por lo tanto tiene que expresarse de una forma barroca. No dudo que puedan ser barrocas determinadas zonas de Centroam¨¦rica o el Caribe, pero pienso que hay sitio para un arte limpio, directo, en el que no predominen las formas sobre la funci¨®n".