Todo Bilbao, a orillas del Nervi¨®n
Una docena de traineras y bateles escoltaron ayer a la gabarra Athl¨¦tic, pintada para la ocasi¨®n de azul-Bilbao, en la que entraron en la ciudad, r¨ªa adentro, las campeones. Ex jugadores como Panizo, Ga¨ªnza, Ir¨ªbar y otros acompa?aban a los triunfadores de la Liga. A ambas orillas del Nervi¨®n cientos de miles de personas, con banderas, bufandas y gorros, pero tambi¨¦n manteles y fundas de colchones, compon¨ªan un formidable orfe¨®n.El panorama que era dado divisar desde el puente de La Salve, a la entrada de Bilbao, recordaba las ilustraciones de las enciclopedias infantiles. En un mismo cuadro pod¨ªa verse el tren de la margen izquierda, que llegaba rebosante de personal y de euforia, el funicular de Archanda, el ascensor de Bego?a, la carretera del Campo Volant¨ªn, repleta de autom¨®viles, las traineras y las gabarras de la comitiva. S¨®lo faltaba un avi¨®n surcando la primaveral tarde -pero hab¨ªa gaviotas- para convertir la escena en vi?eta multicolor de la lecci¨®n: "La vida en las grandes ciudades".
Con mucha marcha realizaron los jugadores la traves¨ªa contagiados-contagiando entusiasmo, agitando sin cesar las banderolas, entonando una y otra vez el himno "Athl¨¦tic, rojo y blanco / eres para todos nuestro, / porque del pueblo naciste".
Desde por la ma?ana, cuadrillas de rojiblancos deten¨ªan la circulaci¨®n pidiendo salvoconducto. El santo y se?a consist¨ªa en hacer vibrar r¨ªtmicamente con la bocina los sones del "Bat, bi, iru, lau; Athl¨¦tic de Bilbao". El sonsonete de los transistores, confundido en un rumor sordo, confirmaba que la emoci¨®n la da, no el texto, sino el contexto.
Donde el locutor dec¨ªa, por ejemplo, el nombre del vencedor de la etapa de la Vuelta a Espa?a, la gente entend¨ªa "Athl¨¦tic" y respond¨ªa con un vibrante "eup".
La comitiva, tras desembarcar en el puente de San Ant¨®n, se dirigi¨®, en cami¨®n descubierto, a la bas¨ªlica de Bego?a. La cosa de la amatxu (inclu¨ªda la amatxu de Bego?a) es en Euskadi asunto muy serio. Un antrop¨®logo, Andr¨¦s Ort¨ªz Oses, hab¨ªa publicado por la ma?ana, en Egin, un art¨ªculo sobre la ra¨ªz matriarcalista de lafratria futbol¨ªstica.
Lo de ayer fue singular, intenso, emocionante y contagioso para los profanos. El Athl¨¦tic logr¨® el milagro de regenerar la r¨ªa y hasta de ponerla guapa. Ayer las sirenas que cantaron a Ulises se dejaron seducir por ¨¦l. Eran las de Altos Hornos, La Naval, Unquinesa, Zorroza. Las traineras jalonaron al autor de la m¨¢s larga, expectacular y explosiva ciaboga que se recuerda, despu¨¦s de la de Elcano en el estrecho de su predecesor Magallanes. Tambi¨¦n ¨¦stos eran vascos y su nave bien se pudo llamar Victoria. Giraron en Gran Canaria y La Sotera, y la Bizcaitarra y las otras le acompa?aron hasta el puente de San Ant¨®n, donde una especie de magia hizo que el Athl¨¦tic tocara tierra saliendo del ¨¢ngulo superior izquierdo de su propio escudo, mientras las campanas de la iglesia repicaban sin cesar y un especial¨ªsimo ¨¦mulo de Lejarreta, surcaba las aguas.
La fiesta sigui¨® en el ayuntamiento y la diputaci¨®n. Y el alir¨®n sigui¨® atronando Bilbao hasta bien entrada la madrugada.
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