La 'ni?a mimada' de Adolfo Suarez
La candidata del Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), Rosa Posada, tiene asumido que s¨®lo puede ser concejala del Ayuntamiento de Madrid, nunca, al menos por ahora, alcaldesa. "Tengo los pies sobre la tierra", afirma, "y llevo tres meses prepar¨¢ndome, con el equipo de expertos municipales del partido, para desarrollar mi trabajo en cualquier concejal¨ªa". Lo que no parece dudar es que el CDS alcanzar¨¢ el 5% necesario de los votos para estar presente en la Casa de la Villa porque, dice, "los madrile?os me conocen muy bi¨¦n. Por algo me he recorrido la capital y la provincia, palmo a palmo, dos veces".Y es que Rosa Posada ya lleva, con estas elecciones, tres tentativas para obtener la confianza del votante madrile?o. En las dos anteriores, las campa?as para las legislativas de 1979 y 1982, la candidata al Senado por Madrid fracas¨®. En su primer envite a las urnas obtuvo 631.328 votos, y en el segundo, el doble de los que consigui¨® Adolfo Suarez en la lista para el Congreso. Pero, lejos de desanimarla, estas derrotas le impulsan a continuar pues, seg¨²n dice, siempre se ha tomado la pol¨ªtica muy en serio, por algo le ha dedicado una buena parte de su vida. A sus 43 a?os, Rosa Posada, abogada de profesi¨®n, ha sido una diplom¨¢tica fustrada -"no segu¨ª la carre ra diplom¨¢tica porque me cas¨¦"-; cinco a?os sus labores; diez meses jefa del gabi nete del presidente Adolfo Su¨¢rez, siete meses directora general de Coordinaci¨®n Administrativa y cuatro meses secretaria de Estado para la Informaci¨®n, hasta el mismo d¨ªa en que Su¨¢rez dej¨® la presidencia. Rosa Posada, siempre vinculada pol¨ªticamente a Su¨¢rez, fue calificada como la ni?a mimada del ex presidente.
Estos dos¨²ltinios cargos la convirtieron en la primera mujer que entraba en la comisi¨®n de subsecretarios y en el Consejo de Ministros, respectivamente, desde los tiempos de Federica Montseny. Tiene cuatro hijos, "que est¨¢ cuidando mi madre mientras dura la campa?a electoral para que no se rompa el equilibrio familar"; est¨¢ separada del diputado socialista Leopoldo Torres, pero no se ha divorciado por aquello de que "en casa del herrero, cuchillo de palo", dice, ri¨¦ndose, y comentando que ella es abogada especialista en separaciones y divorcios. "En serio", a?ade, "nos divorciaremos el d¨ªa en que mi exinarido quiera casarse, porque yo he tomado la firme decisi¨®n de no volver a hacerlo". No le gusta que la distingan por el hecho de ser mujer, y se pone tensa cuando se le pregunta que, entonces, porqu¨¦ las vallas publicitarias la presentan con un ramo de flores, adorno impensable en Enrique Tierno, Verstrytige, Garrigues o Pastor. "Llevo las flores porque me gusta", corta en tono seco. Y a?ade, tras una pausa silenciosa: "Tambi¨¦n llevo un expediente, que simboliza la eficacia, y un grupo de peri¨®dicos, que quieren decir que soy una mujer bien informada".
Lo que esta mujer pretende para el Ayuntamiento de Madrid es "administrar mejor y administrar para todos, de manera que podamos mejorar la calidad de vida de los madrile?os", y por la concejal¨ªa est¨¢ dispuesta a abandonar la pol¨ªtica nacional, el despacho y sus otras ocupaciones, entre ellas la presidencia de una empresa de seguridad, y tambi¨¦n la consejer¨ªa de la compa?¨ªa Transmediterr¨¢nea, "aunque esto ¨²ltimo te lo digo de broma, porque los socialistas me han echado, supongo que por no tener carn¨¦ del PSOE".
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