Propuesta para resolver la crisis presupuestaria de la Comunidad
La Comisi¨®n Europea, ¨®rgano ejecutivo y burocr¨¢tico de la CEE, present¨® ayer sus propuestas para reventar el techo de los llamados recursos propios de la Comunidad, es decir, sus fuentes de alimentaci¨®n financiera. Ahora son los Estados miembros los que tienen que dar su opini¨®n y, si es posible, tomar una decisi¨®n sin la cual el ingreso de Espa?a se ver¨ªa pr¨¢cticamente imposibilitado. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Gaston Thorn, emplaz¨® a la cumbre europea del 6 de junio en Stuttgart a despejar el camino. La CEE est¨¢ al borde de la asfixia presupuestaria. Esto basta para Thorn, quien confes¨® que la soluci¨®n por ¨¦l propugnada no es ni ideal ni elegante.
Desde 1970, los recursos propios proven¨ªan de tres fuentes: los impuestos agr¨ªcolas, los derechos aduaneros comunes y hasta un 1 % de la recaudaci¨®n del IVA (impuesto sobre el valor a?adido) de cada pa¨ªs -un 1 % que se hab¨ªa convertido en un techo sacrosanto. Pero, lo quiera o no, con el aumento del gasto agr¨ªcola, el techo ser¨¢ alcanzado en 1984 o incluso antes poniendo en peligro otras pol¨ªticas de la CEE. Es la propia CEE la que est¨¢ en causa.
Partiendo de la base de que el IVA debe seguir constituyendo la espina dorsal de las fuentes de ingreso de la CEE, la Comisi¨®n propone ampliar el techo hasta un 1,4% en un primer momento -a trav¨¦s del necesario proceso de la ratificaci¨®n de estas decisiones por los parlamentos nacionales. Despu¨¦s, el techo podr¨ªa aumentar por rebanadas de 0,4 puntos con el acuerdo un¨¢nime del Consejo de Ministros de la CEE y de las dos terceras partes del Parlamento Europeo, sin tener que pasar por las c¨¢maras legislativas de los diez.
Una parte de este aumento puntual de los ingresos provenientes del IVA vendr¨ªa modulada, para satisfacer intereses contrapuestos y evitar soluciones ad hoc, por tres ¨ªndices: el que mide
la participaci¨®n de cada pa¨ªs en los excedentes netos, la proporci¨®n de cada pa¨ªs en la producci¨®n agr¨ªcola final y el producto nacional bruto per c¨¢pita. La soluci¨®n es complicada, dado que no existe un ¨²nico ¨ªndice cient¨ªfico que mida realmente lo que cada pa¨ªs saca y da a la CEE.
En el caso improbable de que esta propuesta fuera adoptada tal cual, su ratificaci¨®n tomar¨ªa al menos un a?o, y el cambio de sistema financiero se convertir¨ªa, seg¨²n Thorn, en una operaci¨®n masiva. Thorn fue expl¨ªcito: rebus sic stantibus (si las cosas siguen como est¨¢n) la ampliaci¨®n de la CEE ser¨ªa imposible, "pero es lo de menos, pues lo que costar¨ªa la ampliaci¨®n ser¨ªa m¨ªnimo comparado con el resto", puntualiz¨® Thorn, al se?alar los problemas internos a los que se afrontar¨ªa la Comunidad, si en ¨¦sta predomina el principio de lo que llam¨® la posada espa?ola en la que cada uno come lo que trae en su cesto.
Sin embargo, en el documento presentado por la Comisi¨®n al Consejo no se mencionaba una sola vez la palabra ampliaci¨®n.
Aunque no quiso revelarlos en p¨²blico, los c¨¢lculos oficiosos manejados por la Comisi¨®n indican que, de aplicarse el sistema propugnado, la participaci¨®n relativa de un pa¨ªs, pol¨¦mico como el Reino Unido en el presupuesto disminuir¨ªa en t¨¦rminos de IVA en un 41,8%. La RFA seguir¨ªa esta tendencia en un 4,4%. Pero, a su lado, la contribuci¨®n relativa de pa¨ªses como Francia, Dinamarca, Luxemburgo y Holanda aumentar¨ªa. La penalizaci¨®n prevista de los pa¨ªses con excedentes agr¨ªcolas perjudicar¨ªa especialmente a Dinamarca, Irlanda e Italia, aunque estos dos ¨²ltimos se vieran recompensados como pa¨ªses pobres.
La Comisi¨®n ha prometido presentar propuestas para reducir el gasto agr¨ªcola. Este es el tema que m¨¢s preocupa al Gobierno cristiano liberal en Bonn, acosado en esta cuesti¨®n por la oposici¨®n socialdem¨®crata. Y la propuesta de la Comisi¨®n de aumentar el gasto (le la CEE en t¨¦rminos absolutos llega en un clima de pesadumbre econ¨®mica.
Condenar estas propuestas, se?al¨® Thorn, "es condenar a la CEE a un debate sin salida". El presidente de la Comisi¨®n indic¨® que la cumbre de Stuttgart se ha de convertir en un consejo europeo de decisi¨®n, o al menos de orientaci¨®n en este terreno. Para Espa?a, el tiempo aprieta si quiere ingresar en 1986. Y despu¨¦s de Stuttgart, la cumbre siguiente ser¨¢ en diciembre en Atenas. Para los planes del Gobierno espa?ol puede ser tarde. Pero Thorn, con una cara triste e insistiendo en que su soluci¨®n no era ni ideal ni elegante, termin¨® con que "esta Comunidad no es una Comunidad de destino".
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