Las corporaciones locales, instrumentos de control de la calidad del sistema educativo
Una observaci¨®n atenta de la pol¨ªtica educativa municipal de los ¨²ltimos cuatro a?os permite percibir en qu¨¦ medida los equipos democr¨¢ticos han llevado a los ayuntamientos la proyecci¨®n de la gran preocupaci¨®n popular por el grave problema del llamado fracaso escolar. Incluso no resulta exagerado afirmar que los ayuntamientos y las diputaciones han sido mucho m¨¢s claramente sensibles que la propia Administraci¨®n central, que tendr¨ªa que haberse sentido m¨¢s directamente implicada.Muchas acciones de algunos ayuntamientos democr¨¢ticos han estado encauzadas hacia la investigaci¨®n de este problema y hacia la b¨²squeda de soluciones para el mismo. Los ayuntamientos parecen haber asumido as¨ª cierta funci¨®n de control de la calidad del servicio escolar, lo cual no ha dejado de suscitar algunas suspicacias entre los profesionales del medio, sobre todo entre quienes conciben casi siempre como intromisi¨®n el menor intento de aproximaci¨®n a su trabajo por parte de cualquier instancia ciudadana, aunque ¨¦sta sea la de las propias asociaciones de padres de alumnos. Tal vez para no exasperar esos recelos, muchas corporaciones lo cales han optado por asumir ellas mismas ciertas funciones de correcci¨®n del sistema. Desde esta perspectiva se entiende el impulso dado a los servicios de orientaci¨®n psicopedag¨®gica y la creaci¨®n de instituciones directamente encaminadas a la reflexi¨®n sobre el problema escolar y a la investigaci¨®n pedag¨®gica. Pi¨¦nsese, por ejemplo, en el madrile?o Centro Municipal de Investigaciones Pe dag¨®gicas (Cemip) o en el barcelon¨¦s Instituto Municipal de Investigaci¨®n y Psicolog¨ªa Aplicada a la Educaci¨®n (IMIPAE) o en las es cuelas catalana y valenciana de ,formaci¨®n de educadores de calle o de especialistas en los problemas de marginaci¨®n social, y en tantas otras iniciativas que han ido proliferando a lo largo de estos a?os de corporaciones democr¨¢ticas en el ¨¢mbito de la educaci¨®n y de la cultura de adultos, como las universidades populares. Por otra parte, a las corporaciones locales democr¨¢ticas se debe en buena medida el fortalecimiento de los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica extendidos por todo el pa¨ªs. Las diputaciones y los ayuntamientos han impulsado y apoyado las iniciativas de los sectores m¨¢s inquietos y valiosos del profesorado, contribuyendo a afianzar una corriente de transformaci¨®n de la escuela, cuyos precedentes habr¨ªan de buscarse en los momentos culturales m¨¢s brillantes de la II Rep¨²blica.
El ejemplo del Ayuntamiento de Tur¨ªn, la hist¨®rica ciudad italiana convertida ya en s¨ªmbolo y modelo de ciudad-escuela, ha encontrado amplio eco en los ayuntamientos y diputaciones espa?oles gobernados por la izquierda, que han arrostrado decididamente la tarea de entra?ar a la escuela con su medio.
Ahora bien, tambi¨¦n hay que registrar algunos puntos oscuros en el panorama de la gesti¨®n educativa de estos escasos primeros cuatro a?os de corporaciones locales democr¨¢ticas, en parte por su proverbial penuria econ¨®mica (derivada, muy particularmente en el caso de la pol¨ªtica educativa, de las escasas competencias atribuidas a los entes locales por la Administraci¨®n central), en parte tambi¨¦n por una evidente falta de coordinaci¨®n entre las diversas instancias administrativas implicadas en dicha pol¨ªtica.
Iniciativas municipales de orientaci¨®n escolar
As¨ª, parece cuando menos discutible la eficacia de ciertas iniciativas municipales relacionado precisamente con el mundo de la orientaci¨®n escolar y psicoped¨¢gogica, que pueden estar generando bastante desconcierto entre sus te¨®ricos usuarios. El af¨¢n por cubrir esos agujeros del sistema educativo que luego determinan tan altos ¨ªndices de fracaso escolar, est¨¢ contribuyendo a una proliferaci¨®n de servicios que se superponen unos a otros. En estos momentos existen en Madrid equipos de orientaci¨®n dependientes directamente del Ministerio de Educaci¨®n, m¨ªnimos por su estructura y dotaci¨®n junto a otros de iniciativa estrictamente local creados por determinadas delegaciones de educaci¨®n de algunos ayuntamientos concretos, con igual y semejante precariedad de medios. A estos servicios se unen los veinte equipos multiprofesionales dependientes del Instituto Nacional de Educaci¨®n Especial, creados por una decisi¨®n de la ¨²ltima Administraci¨®n centrista justamente en las ¨²ltimas semanas de su mandato. Mientras tanto, en el contexto de su programa de educaci¨®n compensatoria, el ministro de Educaci¨®n y Ciencia acaba de anunciar la creaci¨®n de unos todav¨ªa indeterminados "equipos de apoyo".El mal no reside solamente en que todos estos servicios, aisladamente, resulten insuficientes para atender a las necesidades de una poblaci¨®n escolar millonaria como la de la capital de Espa?a, sino en el hecho mucho m¨¢s grave de que, muy probablemente, sus acciones se est¨¦n interfiriendo mutuamente por falta de coordinaci¨®n.
Hace algunos meses, la Delegaci¨®n de Educaci¨®n del Ayuntamiento de Madrid emprend¨ªa la realizaci¨®n de una encuesta sobre el fracaso escolar casi al mismo tiempo que se ultimaba un estudio sobre el problema, que hab¨ªa sido realizado por la Inspecci¨®n T¨¦cnica de EGB de Madrid, que, por razones obvias, posee todos los datos necesarios sobre el mismo. Es una an¨¦cdota reveladora de la cantidad de esfuerzos de toda ¨ªndole que pueden estar malgast¨¢ndose por falta de una m¨ªnima coordinaci¨®n entre todas las instancias administrativas implicadas en la educaci¨®n.
De todos modos, la pol¨ªtica educativa de las corporaciones locales arroja un balance positivo, pese al ¨ªnfimo nivel de competencias que la actual legislaci¨®n les otorga. Y esto es igualmente v¨¢lido respecto de la Administraci¨®n central como de los Gobiernos auton¨®micos, alguno de los cuales, por lo que a esta materia educativa respecta, apenas consiguen disimular su c¨®moda instalaci¨®n en la estructura y maneras centralistas heredadas en su d¨ªa de Madrid.
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