Hinault, un monstruo de la bicicleta que sue?a con guardar bosques en Breta?a
Tiene 28 a?os, aparenta 35, manos fuertes y poderosas, de le?ador, que no cuadran con su capacidad para el bricolage. Se define como un manitas en esta materia, pero al mismo tiempo, en sus tiempos de ocio durante el invierno, corta troncos. Le entretiene y, de paso, le sirve de preparaci¨®n para mantener en forma su impresionante fuerza muscular. Sobre la bicicleta s¨®lo tiene la obsesi¨®n del triunfo, "pero sin que me ciegue la obtenci¨®n de r¨¦cords o cosas de este tipo".Naci¨® en Yfiniac (C?tes du Nord, en Breta?a), pero hace unos a?os se construy¨® una especie de caser¨ªo a cinco kil¨®metros de "mi pueblo", en Le Quessoy. All¨ª respira el aire fresco del monte, junto a su mujer, Martine, y sus dos hijos, Michel, de siete a?os, y Alexandre, de dos. Siempre cerca del monte, entre los ¨¢rboles, y, como una obsesi¨®n, lejos de todo lo que huela a gran ciudad. Hinault practica con su ejemplo las tesis de los ecologistas. El ciclismo es su profesi¨®n, su vida; lo de guardabosques, su sue?o, por el momento frustrado, y los animales, su tercer hobby: le encantan, y tiene una amplia gama de ellos, sobre todo perros.
Y all¨ª se retirar¨¢ en noviembre de 1986. Nada va a hacerle cambiar su recorrido. Su meta est¨¢ perfectamente trazada. Pero, eso s¨ª, quiere retirarse como un campe¨®n, aunque est¨¢ preparado incluso para "ayudar a los j¨®venes corredores de mi pa¨ªs si en esos ¨²ltimos a?os de actividad profesional no estoy con las fuerzas necesarias para competir por triunfos en carreras tan duras como el Tour, el Giro, o como la Vuelta a Espa?a de este a?o".
Hinault tiene palabras de elogio para el resurgimiento de la ronda espa?ola. Ha sufrido para ganarla, algo que en su fuero interno no pensaba, aunque tampoco manifieste abiertamente que estaba convencido de que iba a ser un paseo, al igual que la Vuelta anterior que gan¨®, la del 78. "El recorrido ha sido perfecto, digno de una gran carrera, con monta?as importantes y tambi¨¦n con etapas llanas. Como debe ser. En Francia, incluso, suele haber m¨¢s kil¨®metros en llano, aunque, por contra, hay cimas ya hist¨®ricas en el mundo del ciclismo, como el Aubisque o el Tourmalet, dificil¨ªsimas". Y un piropo m¨¢s para la ronda espa?ola: "De seguir as¨ª, muy pronto tendr¨¢ tanta o m¨¢s categor¨ªa que el Giro". Torriani, el organizador de la prueba italiana, ya puede ir tomando nota.
Los espa?oles han plantado cara a este bret¨®n identificado con la victoria. Hinault ha sufrido, lo que ya es destacable, y Marino Lejarreta le ha hecho sudar y pasar malos momentos. "Marino ha demostrado que es el mejor escalador del momento, el m¨¢s completo. Ha tenido mala suerte con los minutos que perdi¨® en la etapa de Soria; ah¨ª creo sinceramente que perdi¨® la Vuelta. Al menos me hubiese obligado a¨²n m¨¢s en las ¨²ltimas etapas para intentar superarle". De Juli¨¢n Gorospe dice que "es la gran promesa del ciclismo espa?ol. Estoy seguro que va a ser un futuro, y no muy lejano, ganador de la Vuelta. Este a?o le perdi¨® su falta de experiencia y posiblemente los nervios, que le traicionaron en la etapa de ?vila, cuando se vio muy cerca del ¨¦xito final".
El ganador de la Vuelta s¨®lo tiene palabras duras contra el Zor, el mejor equipo espa?ol, y, posiblemente, el mejor del ciclismo mundial en la actualidad. Y ello por su guerra dial¨¦ctica con el director del equipo de los encendedores, Javier M¨ªnguez. "Le dediqu¨¦ el triunfo de Avila porque ¨¦l hab¨ªa hablado mucho. Y le demostr¨¦, no con palabras, sino con la bicicleta, que no necesito ayudas de nadie para luchar por el triunfo. Adem¨¢s, el Zor ha estado mal en los momentos decisivos. Y los espa?oles han corrido unos contra otros. Si en la bajada de Pajares hacia Le¨®n llegan a unirse de forma completa, habr¨ªan ganado la Vuelta".
Hay que abordar con Hinault dos temas pol¨¦micos, que hacen referencia a sus flojas primeras etapas y a sus problemas con algu nos aficionados, especialmente en Valladolid. "Lo que me ocurr¨ªa al principio es algo inexplicable para m¨ª. Simplemente que en carreras largas como la Vuelta pasas por momentos buenos y malos. Algunos d¨ªas tuve molestias de est¨®ma go y de h¨ªgado, pero esto no es excusa. Repito que fue algo inexplicable".
Lo de Valladolid. Casi le pegan cuando acudi¨® a firmar, minutos antes de la salida: "Eso son cosas, incidentes, que a veces ocurren en todas las pruebas. Se hab¨ªa creado un clima muy tenso contra los extranjeros, y algunas personas no saben controlarse. S¨ª, es cierto que me enfad¨¦ bastante ese d¨ªa y que pens¨¦ de todo, pero nunca pas¨® por mi cabeza la idea de abandonar. Vine a Espa?a a ganar la Vuelta y creo que lo he demostrado con mi actuaci¨®n". Hinault se opuso a su director deportivo, el ex corredor galo Guimard, que plante¨® la posibilidad de una retirada oficial del equipo Renault como prbtesta por esos incidentes.
Distinto a Merckx
Su palmar¨¦s es impresionante. Entre otros triunfos, ah¨ª est¨¢n sus dos Vueltas, dos Giros... y cuatro Tour. Este a?o pretende igualar el r¨¦cord de cinco ¨¦xitos en la ronda francesa que comparten Jacques Anquetil y Eddy Merckx. "Pero quiero ganar porque es lo que intento siempre, no por batir ning¨²n r¨¦cord. Es algo que no me preocupa". Quiz¨¢ por ello tampoco se ha planteado la posibilidad de intentar batir el r¨¦cord de la hora del propio Merckx, aunque la prensa deportiva francesa se lo recuerde con frecuencia.
La comparaci¨®n con Merckx es inevitable. Pero Hinault asegura, convencido, que su estilo no tiene nada que ver con el del belga. "Somos distintos y nuestra trayectoria tambi¨¦n ha sido diferente. Merckx era un hombre mucho m¨¢s r¨¢pido que yo y en plena carrera actuaba de forma completamente distinta a la m¨ªa". No llegaron a enfrentarse en pleno ¨¦xtasis de forma. La ascensi¨®n de Hinault a la cima del ciclismo mundial comenzaba con el declive profesional por la edad del belga.
Su forma de ganar las grandes carreras por etapas no ha variado con el paso del tiempo. Lo que hizo Hinault en la etapa de ?vila, su forma de destrozar la carrera y de llegar, por ejemplo, con m¨¢s de veinte minutos de ventaja sobre el hombre que ese d¨ªa vest¨ªa de amarillo, no es nada nuevo. El gran campe¨®n franc¨¦s ha protagonizado acciones similares. Como en la ascensi¨®n al terrible Stelvio, en un Giro de Italia, donde emple¨® la misma t¨¢ctica que en el alto de Serranillos.
Aqu¨ª, en Espa?a, utiliz¨® a su magn¨ªfico lugarteniente, Laurent Fignon, para iniciar su ataque. All¨ª, en Italia, tuvo como gregario de lujo a Bernadeau. Hinault machac¨® a sus rivales en la etapa reina del Stelvio. O aquella ocasi¨®n en la que, en un Giro de Lombard¨ªa, se jugaba el trofeo Superprestigio -que ha ganado los a?os 79, 80, 81 y 82- precisamente con el italiano Saronni. Hinault peg¨® el hachazo, algo a lo que est¨¢ acostumbrado en sus bosques de Breta?a, y se march¨® en el kil¨®metro 50. S¨®lo Contini pudo seguir su rueda. Saronni se qued¨® clavado. Tras 160 kil¨®metros de fuga, lleg¨® a la meta con m¨¢s de seis minutos sobre el resto de corredores. Qued¨® claro qui¨¦n era el ciclista m¨¢s prestigioso, el mejor.
Rafael Carrasco, director deportivo del Kelme, sentencia en una frase lo que es Bemard Hinault. "Cuando est¨¢ simplemente en un nivel de normalidad y ataca, lo destroza todo".
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