La Iglesia cat¨®lica en Argentina y los desaparecidos

Debe equivocarse Mart¨ªn Prieto cuando afirma desde Buenos Aires, con su titular y el contenido de su nota Los obispos argentinos rechazan los intentos de exculpaci¨®n de la Junta Militar en el poder (v¨¦ase EL PAIS de 1 de mayo de 1983, p¨¢gina 7, Internacional). En efecto, si se les lee con atenci¨®n, en dicha nota puede comprobarse que los cuatro obispos cat¨®licos (de las ciudades de Mor¨®n, R¨ªo Negro, Quilmes y Neuqu¨¦n) y el metodista, cuyas declaraciones reprobatorias sobre el ignominioso documento de la Junta en relaci¨®n a los desaparecidos Prieto resume, corresponden a los ¨²nicos cuatro prelados cat¨®licos (Zaspe, Hesayne, Novack y de Nevares) que inveteradamente, a lo largo de los ¨²ltimos a?os del drama argentino, se han marginado de la tradicional frialdad y aterradora ambig¨¹edad con que la jerarqu¨ªa argentina ha tratado la cuesti¨®n. Por otro lado, asombra que Prieto incurra en este desacierto cuando no hac¨ªa m¨¢s que seis d¨ªas hab¨ªa titulado su colaboraci¨®n Tibio pronunciamiento de la Iglesia argentina sobre los 'desaparecidos' (v¨¦ase EL PAIS del 25 de abril 1983) y cuando todav¨ªa 11 d¨ªas antes describ¨ªa con exactitud (v¨¦ase EL PAIS del 20 de abril de 1983), en su nota La Junta Militar y la Iglesia argentina evitan pronunciarse sobre los desparecidos, la actitud vergonzante de la 4611 asamblea episcopal argentina, de su presidente, cardenal Aramburu; de su secretario, monse?or Gal¨¢n, y del propio presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y obispo de Avellaneda, monse?or Quarracino, quienes pretend¨ªan solidarizarse con la Junta, y tender un manto de olvido sobre el tema.Es imprecindible dejar bien en

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