El luminoso esp¨ªritu de Erice

Que Erice haya permanecido en silencio durante 10 a?os, "por razones que ni yo mismo s¨¦", seg¨²n declara, no ha alterado aquel exquisito testimonio con el que nos emocion¨® en El esp¨ªritu de la colmena. Durante la espera, en su encierro, V¨ªctor Erice ha elaborado una historia que se cuenta en im¨¢genes, recreando en la luz, en las miradas, en los peque?os gestos el mundo ¨ªntimo de una ni?a que transcurre hacia la adolescencia, que se desprende del mito.La fascinaci¨®n y el dolor son sus primeras experiencias. El viaje al sur, lugar m¨¢gico en el que se encierran las respuestas que quiere, es la perspectiva m¨¢s so?ada, el camino a su orden. Si el protagonista de La Luna necesitaba aunar la identidad de sus padres, Estrella, la muchacha de El sur, debe vivir el proceso de su desmitificaci¨®n. V¨ªctor Erice no la enfrenta a violencias f¨ªsicas; sino que la contempla en su intimidad, siguiendo el proceso de sus emociones, de su fascinaci¨®n y lento desencanto.

Melancol¨ªa y objetividad

Una Estrella ya madura va narrando el cuento. Con melancol¨ªa y objetividad, aportando el detalle que ignoraba de ni?a, su voz coloca el ¨¦nfasis en matices distintos a los que la imagen crea, enriqueciendo la poes¨ªa de toda la pel¨ªcula, aunque su descripci¨®n sea a veces innecesaria. La imagen prevalece y la pel¨ªcula comienza con un amanecer, es el recorrido por un despertar.Lo vivo es la Estrella de ocho a?os, la Estrella que crece y se transforma en una adolescente vivaz, sus amaneceres, sus observaciones del padre, al que quiere, sobre el que proyecta su curiosidad por la vida. En El sur importa la luz, no s¨®lo en la espl¨¦ndida fotograf¨ªa de Jos¨¦ Luis Alcaine, sino en su conjunto. La luz y la sombra, puesto que en penumbra transcurre la historia. Y es penumbra en el cine donde ponen pel¨ªculas que hablan de sombras, donde el padre recuerda el pasado que inquieta a la ni?a.

En negro empiezan y acaban todas las secuencias. La protagonista se llama Estrella y la gaviota que da nombre a la casa es una referencia a la luz m¨¢gica del mar, del sur.

Obra interrumpida, la pel¨ªcula de Erice no ofrece esa otra cara del padre con la que el autor hubiera redondeado su reflexionada emoci¨®n. El sur real ser¨¢, quiz¨¢, est¨ªmulo para una posible pr¨®xima pel¨ªcula, pero en la que ahora vemos es s¨®lo el sue?o de madurez de Estrella. Un sue?o fascinante, emotivo, que no se interrumpe para el espectador. Cuanto Erice pensaba filmar no es una frustraci¨®n en lo que ahora nos ofrece.

Una peque?a ciudad de provincias en los a?os cincuenta, en el norte. Un hombre callado, m¨¦dico y zahor¨ª, y su esposa, maestra depurada, que acompa?a a Estrella, la ni?a que se recuerda en su b¨²squeda del padre. Al final, el sur, la posibilidad para ella de descubrir la vida al completar la imagen de ese hombre solitario que ocultaba en silencio su debilidad por un primer y sure?o amor. Entre tanto, la complicidad, el misterio, la soledad. Historia con unidad propia, que deja abierta la esperanza de una continuaci¨®n.

Las edades de Estrella

Sonsoles Aranguren e Ic¨ªar Bolla¨ªn interpretan a Estrella en dos edades distintas. El talento de V¨ªctor Erice para dirigir a actrices muy j¨®venes fue ya demostrado en El esp¨ªritu de la colmena, pero aqu¨ª se ampl¨ªa, se hace m¨¢s complejo. La secuencia que interpreta Ic¨ªar Bollain hablando por ¨²ltima vez con su padre es asombrosa, como en la que Sonsoles Aranguren se oculta bajo la cama recibiendo a lo lejos el mensaje sonoro de un padre que comprende su soledad. Omero Antonutti compone un personaje sobrio, sensible, mientras Lola Cardona se ve condicionada por la brevedad de su papel, insinuando m¨¢s que realizando. La aparici¨®n moment¨¢nea de Rafaela Aparicio es uno de los mejores momentos de la pel¨ªcula, y probablemente de los m¨¢s brillantes de la actriz.