Contrabando y prosperidad la provincia de Pontevedra
La r¨ªa de Arosa vive del negocio que proporciona la venta del tabaco ilegal
La r¨ªa de Arosa es la mayor de las R¨ªas Bajas y del litoral gallego. Tiene 162 millas cuadradas y su entorno configura una comarca natural perfectamente definida en la facha atl¨¢ntica del Pa¨ªs Gallego. Frente a una gran capacidad portuaria, cuenta con una insuficiente infraestructura. Su principal fuente de riqueza ha venido siendo la pesca y el marisqueo, seguidos de cerca por la peque?a industria conservera, ahora superados por el contrabando de cajetillas de tabaco rubio. El conjunto paisaj¨ªstico de sus islas, islotes, r¨ªos y playas est¨¢ considerado como uno de los m¨¢s hermosos de Espa?a.El contrabando de tabaco de un modo sistem¨¢tico, detectado por el ciudadano com¨²n, apareci¨® en la zona hace unos cinco a?os, cobrando un inter¨¦s creciente en poco tiempo. Los vecinos de la zona se?alan que ¨¦ste se ha venido realizando pr¨¢cticamente a la luz del d¨ªa, y narran historias rocambolescas de helic¨®pteros sobrevolando y burlando las lanchas de vigilancia como en las mejores pel¨ªculas de James Bond. Las noticias de apresamientos son tan frecuentes como las de escapadas y operaciones de caza frustradas, porque los contrabandistas, cada d¨ªa m¨¢s poderosos y mejor pertrechados, utilizan potentes planeadoras con motores de elevada potencia, ante las que la vigilancia costera poco puede hacer. Seg¨²n el vecindario, el punto clave para las planeadoras, que recogen el tabaco en naves nodrizas en alta mar, es el muelle de Punta Tragove, en Cambados, donde pueden verse, a cualquier hora del d¨ªa, las planeadoras baradas, casi todas de color azul, con sus potentes motores adosados. En principio, la llegada de este El Dorado en cajetillas fue patrimonio de personas ajenas a la comarca; luego, como consecuencia de la crisis pesquera y la falta de trabajo, algunos marineros fueron introduci¨¦ndose en este mundo, que les produjo ping¨¹es beneficios.
Trabajo eventual, bien remunerado
El vecindario habla de personas vistas en las discotecas contratando a j¨®venes para realizar la descarga de las planeadoras, o la carga de los camiones; ofreciendo un trabajo eventual f¨¢cil y bien remunerado. Situaci¨®n, al parecer, superada en la actualidad, pues ya se apunta hacia una aut¨¦ntica mafia articulada en bandas, que ha dado lugar a encuentros entre s¨ª por medio de denuncias mutuas, entre las que se habr¨ªa producido alguna vendetta. Sea como fuere, la prosperidad de la zona para muchos se basa en est¨¦ contrabando, y se aventuran a sugerir nombres de implicados que trabajan abiertamente en este negocio, as¨ª como el de empresas de transportes que, ,en camiones cisternas perfectamente acondicionados, realizan la labor de introducci¨®n en otras zonas de Espa?a de la mercanc¨ªa. Han proliferado los lugares de diversi¨®n y recreo, como discotecas, barras americanas y todo tipo de tiendas propias de una zona que maneja el dinero alegremente.
No obstante, los contrabandistas, si se except¨²an algunas veleidades, como la que se cuenta de un jefe que cada a?o celebra una cena con sus muchachos en un conocido y caro hotel, suelen tomar las precauciones propias del caso. Pr¨¢cticamente no hacen ostentaci¨®n de sus riquezas y se sabe que en alguna ocasi¨®n han pagado el doble de su valor por una quiniela o un billete de loter¨ªa premiados, con el fin de luego poder justificar unos ingresos repentinos como base de su creciente fortuna, pudiendo hacer aflorar su dinero a las cuentas corrientes legales. Sin embargo, se rumorea que los contrabandistas tienen cuentas negras en algunos bancos donde depositan su dinero, en previsi¨®n de posibles inspecciones de Hacienda. De esos bancos consiguen presuntamente las divisas con las que pagar a las naves nodrizas, aunque en este punto los confidentes muestran las l¨®gicas reservas y naturalmente nada es comprobable.
Lo cierto es que otros negocios parecen ser la tapadera oportuna de este tr¨¢fico, al tiempo que en la zona de Vilaxoan y Vilanova de Arousa han proliferado en los ¨²ltimos a?os las construcciones residenciales y los chal¨¦s de piedra de granito, cuyos costes est¨¢n por encima de los 30 millones de pesetas. Un empuje sorprendente que arranca de hace cinco a?os y que ahora, seg¨²n apreciaciones de los vecinos, ha entrado en unaespecie de calma chicha, tras conocerse la apertura de expedientes a los n¨²meros de la Guardia Civil presuntamente implicados en el contrabando de tabaco rubio. Para los vecinos, el trasiego habitual ha descendido, y, ante un par¨¢n posible, algunos sectores tienen miedo a quedar "en el paro", mientras los m¨¢s osados especulan con la posibilidad de engrasar a los nuevos guardias civiles para continuar con el negocio.
Contrabando de verano
La Guardia es la localidad costera m¨¢s meridional de Galicia, separada de Portugal por el r¨ªo Mi?o; vive fundamentalmente de la pesca, tambi¨¦n en crisis por el agotamiento de los caladeros y los conflictos originados tras la adopci¨®n internacional de las 200 millas. En esta zona s¨®lo se registra
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la entrada de contrabando de tabaco en los meses de verano, descargando las lanchas con relativa facilidad en la zona denominada Armona, o en la playa de Area Grande. La osad¨ªa de una lancha lleg¨® el pasado verano a realizar el intento de descarga en el propio muelle del puerto. Avistada por la Guardia Civil, que realiz¨® unos disparos al aire, los contrabandistas consiguieron escapar. Meses m¨¢s tarde, la misma lancha fue abandonada en el puerto de La Guardia. Los vecinos observaron c¨®mo los tripulantes descend¨ªan sin problemas, com¨ªan en un conocido restaurante y tomaban un taxi en direcci¨®n a Villagarc¨ªa de Arosa. Al parecer, la lancha hab¨ªa sido robada. El sentir popular de la zona es que los efectivos de la Guardia Civil son insuficientes para controlar el contrabando. Los movimientos de los mismos son seguidos a trav¨¦s de miniemisoras de FM (walkie-talkies), que alertan a las lanchas y dirigen las descargas impunemente. No obstante, el contrabando de tabaco rubio en La Guardia es de reciente implantaci¨®n, y se hace la vista gorda, pues forma parte de la cotidianeidad el encontrar trabajo genuinamente americano sin la etiqueta de Tabacalera Espa?a en bares, cafeter¨ªas y establecimientos comerciales. Lo m¨¢s, significativo que los vecinos han detectado es la presencia de camiones, con matr¨ªcula de Lugo, encargados de transportar la mercanc¨ªa.
Cruzar el r¨ªo
Estos y otros camiones tambi¨¦n penetran f¨¢cilmente por pistas forestales hacia Las Mari?as, entre Bayona y Santa Mar¨ªa de Oya, por la zona de Moug¨¢s, donde peque?os puertos propician las descargas y cargas directamente de las lanchas a los propios camiones. Aunque en la actualidad ha desaparecido pr¨¢cticamente la figura de los rayanos, o vecinos de las lo calidades fronterizas que ten¨ªan un pase especial para cruzar la frontera con mercader¨ªas, el con trabando hist¨®rico en esta zona se ha realizado cruzando el r¨ªo o entre embarcaciones espa?olas y portuguesas en alta mar, propiciando algunas importantes fortunas de la comarca. Como zona fronteriza, el contrabando se centraba en el propio pescado, ruedas de bicicletas, piezas mec¨¢nicas, chatarra y cobre. Ha habido indicio de contrabando de armas y a¨²n se sigue practicando con el aceite de girasol, del que se supone que diariamente cruzan el r¨ªo unas 2.000 botellas, y de az¨²car, unos 1.000 kilos diarios procedentes de Portugal. El actual administrador de la frontera de Tuy ha cerrado el cerco sobre el contrabando de bacalao, que pasaba hac¨ªa Portugal en camiones, y en toda la desembocadura del Mi?o sigue produci¨¦ndose en peque?a escala un peque?o contrabando o contrabando fraccionado de productos como carne, bacalao y pl¨¢tanos, de los que los portugueses del norte se aprovisionaban en esta zona.
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