El 'conseller' de Cultura de la Generalitat propone un debate sobre la inmigraci¨®n
Seg¨²n Max Cahner, en Espa?a hay cuatro culturas y 17 autonom¨ªas
Pregunta. Una de las iniciativas m¨¢s afortunadas de su departamento, en ¨¦xito de p¨²blico y en atenci¨®n pol¨ªtica, han sido las Reflexions Cr¨ªtiques sobre la Cultura Catalana. ?Qu¨¦ balance realiza usted de estas conferencias?Respuesta. El prop¨®sito de las jornadas no era que incidieran ¨²nicamente en la pol¨ªtica cultural. Era un buen momento para plantear el presente y el futuro de la cultura catalana, entre otras razones porque en Catalu?a la cultura tiene un peso espec¨ªfico superior al que tiene en otras comunidades. En cuanto a conclusiones, creo que pueden deducirse algunas: la necesidad de hacer una cultura a la vez enraizada y abierta; la urgencia de esforzarnos en la integraci¨®n de la inmigraci¨®n; y que la difusi¨®n de la cultura integre a los nuevos medios de comunicaci¨®n y a las aportaciones de las nuevas tecnolog¨ªas.
P. Josep Maria Castellet ha se?alado que su departamento, y el Gobierno catal¨¢n mismo, no llevan a t¨¦rmino propiamente una pol¨ªtica cultural. ?Qu¨¦ concepto tiene usted de lo que deber¨ªa ser una pol¨ªtica cultural en general?
R. Mi pol¨ªtica cultural, que es la del gobierno de Catalu?a, no coincide con la del se?or Castellet, pero esto no significa que no exista una pol¨ªtica cultural. Nuestra pol¨ªtica actual tiene como objetivo hacer de la cultura el eje vertebrador de la identidad nacional. ?sta fue una de las conclusiones de las jornadas. Pero adem¨¢s hay que ver qu¨¦ hemos hecho. Part¨ªamos de una situaci¨®n de grandes d¨¦ficits culturales, y nos hemos propuesto un programa intensivo de creaci¨®n de infraestructura, que es lo que hay que hacer si deseamos tener un pa¨ªs normal culturalmente. El libro de Castellet no me ha parecido in¨²til. Pero hay alguna cuesti¨®n grave. Este consejo de notables de la cultura que ¨¦l propone, por ejemplo, significar¨ªa una iniciativa al margen del poder democr¨¢tico, que es el del Parlamento. La pol¨ªtica cultural hay que hacerla desde el Gobierno que surge de las elecciones, y desde el Parlamento.
R. Buena parte de la pol¨ªtica cultural es hoy en d¨ªa pol¨ªtica de medios de comunicaci¨®n. Su departamento no tiene en este momento competencias en radio y televisi¨®n. ?Cree conveniente la separaci¨®n entre cultura tradicional, y radio y televisi¨®n?
R. Esta separaci¨®n ya viene impuesta por el contexto institucional del Estado. La radio y la televisi¨®n son unos medios con un estatuto especial y con control parlamentario. Sin embargo, la necesaria coordinaci¨®n entre los responsables de estos medios y los de los campos tradicionales de la Cultura existe. En cine hemos previsto una utilizaci¨®n conjunta de los estudios del. Tercer Canal. La creaci¨®n de la Orquesta Nacional ser¨¢ tambi¨¦n fruto de la colaboraci¨®n con radio y televisi¨®n.
P. Sin embargo, su departamento cont¨®, hasta principios del pasado verano, con estas competencias, que dependen ahora de Presidencia, y est¨¢n mucho m¨¢s cerca del control personal del propio presidente, Jordi Pujol.
R. Cuando se habl¨® de la creaci¨®n del ente p¨²blico del Tercer Canal, de reparto de ondas, de control parlamentario pareci¨® m¨¢s id¨®neo que dependiera de Presidencia. Se necesitaba una representaci¨®n pol¨ªtica, y esto adem¨¢s entra en el aire de los tiempos.
P. ?C¨®mo concibe usted las relaciones entre su departamento y el Ministerio de Cultura?
R. Las relaciones hasta ahora han estado muy condicionadas. Antes, con el gobierno de UCD, hab¨ªa reticencias, pero hab¨ªa posibilidad de di¨¢logo. En la ¨²ltima etapa de UCD y despu¨¦s, las transferencias han estado bloqueadas a la espera de la fijaci¨®n de un rasante igual para todas las comunidades. Pero de hecho el ¨²nico terreno donde no estaba todo transferido era en cine, y ah¨ª ha sido donde se han producido m¨¢s interferencias y conflictos. Una vez superada esta etapa, las relaciones deben ser de colaboraci¨®n en las cuestiones de comunicaci¨®n cultural. Pero veo con preocupaci¨®n la creaci¨®n de este anunciado organismo de coordinaci¨®n cultural entre las autonom¨ªas. Si no procede de la iniciativa de cada comunidad, esto no funciona. Adem¨¢s lo importante no son las autonom¨ªas, sino las culturas, y yo creo que hay cuatro culturas espa?olas y 17 autonom¨ªas, y no 17 culturas y 17 autonom¨ªas.
P. ?C¨®mo juzga usted la actual situaci¨®n cultural de Catalu?a? ?Puede hablarse de dos culturas?
R. Estamos en una situaci¨®n de cambio cultural, que nada tiene que ver con el otro cambio. Hemos pasado de una dictadura a una situaci¨®n democr¨¢tica, y empezamos a existir. El problema m¨¢s grave es la existencia de una parte de la poblaci¨®n que no ha asimilado la lengua catalana. Eso es lo que se quiere resolver con la Ley de Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica y con la introducci¨®n del catal¨¢n en la escuela, para que dentro de 20 o 30 a?os todos hablen catal¨¢n. En Catalu?a hay una cultura, la catalana, que se expresa b¨¢sicamente en catal¨¢n, y unos ciudadanos, a los que hay que respetar, que son de cultura no catalana y cuya situaci¨®n no creo que deba considerarse como definitiva. Creo adem¨¢s que no tiene nada que ver con la inmigraci¨®n el hecho de que el castellano pertenezca tambi¨¦n a Catalu?a.
Es una lengua presente desde el siglo XVI, pero como una lengua m¨¢s de cultura, que conocemos, en la que participamos y que cultivamos. Pero la cultura es una. Es una evidencia y es una propuesta coherente, formulada pol¨ªticamente por todas las fuerzas que se manifestaron el 11 de setiembre de 1977. Visto desde este punto de vista estoy de acuerdo con la formulaci¨®n del problema que hizo Josep Termes en las Reflexions Critiques: de la integraci¨®n de los inmigrantes depende el futuro de Catalu?a.
P. ?Qu¨¦ pol¨ªtica sigue su departamento en relaci¨®n a los n¨²cleos de inmigraci¨®n m¨¢s reciente?
R. Ahora estamos preparando unas jornadas de estudio sobre la inmigraci¨®n, que se celebrar¨¢n en Terrassa. La inmigraci¨®n m¨¢s antigua no plantea tantos ni tan graves problemas. Pero para la reciente, hay que crear primero una oferta cultural previa a la catalanizaci¨®n, y luego hay que pensar tambi¨¦n que podr¨ªamos llegar a ense?ar la lengua sin que se produjera una integraci¨®n cultural. Esta inmigraci¨®n se encuentra en zonas de desertizaci¨®n cultural, donde la gente s¨®lo posee como cultura la cultura popular de sus lugares de origen, pero sin que existan otros niveles de cultura superiores.
P. ?C¨®mo valora usted la imagen de la acci¨®n de su departamento?
R. Yo no me he dedicado a vender imagen, porque me interesa mucho m¨¢s el pa¨ªs que mi imagen. El balance del departamento hasta ahora creo que es francamente positivo. Todo el mundo se atreve a opinar de cultura, y muchos partidos cre¨ªan que de CiU no pod¨ªa salir una pol¨ªtica cultural, y esto ha producido crispaci¨®n.
P. Pero su departamento ha sido tambi¨¦n el m¨¢s conflictivo....
R. Ha habido un par de conflictos muy sonados, pero ambos con escaso contenido. Se ha hablado mucho de los jefes, del Servicio de Teatro y de Bibliotecas, pero nadie ha hablado de las bibliotecas que hemos hecho, de la situaci¨®n actual del teatro, de que ahora se puede hacer y ver cine en catal¨¢n, de la campa?a de normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica o de que la edici¨®n de libros es ahora rnayor de lo que nunca lo hab¨ªa sido.
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