La microimagen avanza en el mundo de la comunicaci¨®n
Desde que en 1853 un ingl¨¦s fabricante de lentes redujera una p¨¢gina del diario The Times a un espacio de 1,5 mil¨ªmetros de di¨¢metro y desde que en 1870, en plena guerra prusiana, una paloma llevara en sus patas hasta 54.000 mensajes gracias a la habilidad en la reducci¨®n fotogr¨¢fica de un inventor franc¨¦s, ese carrete especial de pel¨ªcula llamado microfilm ha servido para innumerables actividades humanas. Espa?a tambi¨¦n desarrolla la t¨¦cnica de la microfilmaci¨®n, aunque no de forma tan exhaustiva como Estados Unidos, Gran Breta?a y otros pa¨ªses. Precisamente, acaban de finalizar en Madrid las Primeras Jornadas Nacionales del Microfilm, organizadas por la Asociaci¨®n Espa?ola de Ofim¨¢tica y el CENADEM (Centro de Desarrollo Microgr¨¢fico).
En microfilm se edita pr¨¢cticamente de todo, desde colecciones de peri¨®dicos, mapas, o incunables hasta retratos. Todo ello, en la vertiente de difusi¨®n cultural, pues la microfilmaci¨®n es una pr¨¢ctica habitual en los campos industrial y pol¨ªtico.Se considera a John Dancer y Prudent Dagron, hombres del siglo XIX, como los pioneros de la microfilmaci¨®n, o reducci¨®n fotogr¨¢fica de documentos.
Sin embargo, la balbuciente pero ya eficaz t¨¦cnica de la microfilmaci¨®n no alcanza su gran despegue hasta principios del siglo XX. En los a?os 30, la empresa norteamericana Kodak desarrolla unos sistemas semiautom¨¢ticos de fotograf¨ªa para archivar documentos. Algunos de los bancos y los peri¨®dicos m¨¢s importantes comienzan a microfilmar su acervo de datos y surgen editoriales especializadas en micropublicaci¨®n.
La segunda guerra mundial impuls¨® tambi¨¦n la utilizaci¨®n del microfilm, que les result¨® pol¨ªtica y culturalmente muy ¨²til a los distintos contendientes. En 1938 se microfilman los libros m¨¢s valiosos contenidos en el Museo Brit¨¢nico de Londres.
El Primer Congreso Internacional de Archivos, celebrado en Par¨ªs en 1950, signific¨® la homologaci¨®n de la t¨¦cnica del microfilm y el reconocimiento de los servicios microgr¨¢ficos. A ra¨ªz del congreso, se crearon en diversos pa¨ªses gabinetes de mocrofilmaci¨®n aut¨®nomos o vinculados a los grandes archivos, a las universidades o a los centros de investigaci¨®n, y Espa?a no fue ajena a ello, ya que por una orden del 14 de julio de 1950 se fund¨® el Archivo Central del Microfilm y se instal¨® en el Archivo Hist¨®rico Nacional.
Seg¨²n su finalidad, los dep¨®sitos de microfilm pueden ser de seguridad (duplicado de las series m¨¢s valiosas), de sustituci¨®n (conservaci¨®n fotogr¨¢fica de los documentos en mal estado, o destinados a la destrucci¨®n), de complemento (integraci¨®n de series que se hallan en diferentes archivos) y de informaci¨®n cient¨ªfica (al servicio del investigador).
Ahorro de espacio
Microfilmar sale barato, pues un fotograma, que puede incluir una o dos p¨¢ginas de un texto, viene a costar unas 5 pesetas. Tambi¨¦n resulta r¨¢pido, pues, como media, se pueden pasar 300 p¨¢ginas de un texto en una hora de microfilmaci¨®n y los duplicados o copias se pueden hacer en cuesti¨®n de segundos. Otro factor que destacan quienes emplean el microfilm o la microficha es el ahorro de espacio, ya que la documentaci¨®n microfilmada reduce hasta un 98% el sitio que ocupa la impresa, al tiempo que, con una buena indizaci¨®n, hace menos dif¨ªcil el acceso a los datos. Por su reducido volumen y por la facilidad para obtener copias y distribuirlas, la microdocumentaci¨®n resulta segura, no en vano por seguridad se microfilman textos valiosos.De acuerdo con el uso posterior de la microimagen, ¨¦sta puede presentarse en distintos formatos. El rollo de 35 mil¨ªmetros, para originales dif¨ªciles y de gran tama?o, es habitual en los archivos hist¨®ricos y las hemerotecas, aunque tambi¨¦n emplean la pel¨ªcula de 16 mil¨ªmetros. Este suele utilizarse, con una variedad en cartucho, para documentaci¨®n administrativa, papel continuo de ordenador y obtenci¨®n de copias de seguridad. El formato de microficha, de f¨¢cil distribuci¨®n, es usual en las micropublicaciones. Las tarjetas de ventana, que pueden ser perforadas y clasificadas por medios electr¨®nicos, son para planos, informaci¨®n t¨¦cnica e incluso radiograf¨ªas. En sanidad suele usarse el formato jacket, especial para archivos abiertos (de empresas, expedientes personales o bancarios ...).
Las grandes empresas editoras de microfilmes est¨¢n localizadas en Gran Breta?a (Newspaper Archive Developments, NAD, que microedita The Times), Estados Unidos (University Microfilming International, UMI, y Microfilming Corporation of America MCA, que microedita The New York Times) y Holanda (Inters Documentation Company, IDC) Asimismo, importantes editoriales de letra impresa realizan microfilmaciones, como la brit¨¢nica Oxford University Press y la Pergamon Press, con central en los Estados Unidos.
En Espa?a, existen instituciones p¨²blicas y privadas que microfilman sus propios documentos y archivos, o bien encargan esta labor a empresas especializadas (oficinas de servicios).
Exigua labor en Espa?a
La labor espa?ola de microfilmaci¨®n con el ritmo y el volumen e otros pa¨ªses. Seg¨²n los datos que public¨® la Secretar¨ªa General T¨¦cnica. del Ministerio de Cultura en el n¨²mero 8 de la revista An¨¢lisis e investigaciones culturales, en 1980 los fondos de microfilm de las bibliotecas p¨²blicas provinciales eran de 731 rollos, de los que 650 correspond¨ªan a la biblioteca de Las Palmas de Gran Canaria.El Centro Nacional de Conservaci¨®n y Microfilmaci¨®n Documental y Bibliogr¨¢fica (CECOMI), organismo que depende del Ministerio de Cultura, trabaja desde hace unos treinta a?os en el rescate y la microedici¨®n de fondos manuscritos e impresos de archivos, bibliotecas y hemerotecas de patrimonio espa?ol.
Tambi¨¦n realizan tareas de microfilmaci¨®n distintos ministerios, la Hemeroteca y la Biblioteca nacionales, el Registro de la Propiedad Industrial y el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE). Cada mes, desde 1971, el BOE viene microfilmando su edici¨®n diaria, pero tambi¨¦n dispone de pel¨ªculas desde 1711, cuando era La gazeta de Madrid, hasta 1982.
Asimismo, la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a tiene microfilmados los datos que ofrece su servicio informativo del 003. Desde hace unos 10 a?os, las entidades bancarias utilizan habitualmente microfichas y microfilmes, al igual que muchas empresas de seguros y de ingenier¨ªa. Actualmente, diversos centros hospitalarios est¨¢n adaptando a microfilm sus compendios de historias cl¨ªnicas.
En el plano tecnol¨®gico, Espa?a s¨®lo fabrica lectores (aparatos ¨®pticos ampliadores en las que la microcopia se proyecta sobre una pantalla; pueden ser de bolsillo, a modo de lupa) de microfichas.
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