Consuelo de la final de Zaragoza
Tanto el Real Madrid como el Barcelona enfocaron la final de Zaragoza como la ¨²ltima oportunidad de la temporada para lograr un triunfo presentable. Los dos quer¨ªan llegar al momento de los balances con este premio de consolaci¨®n. 1.600 millones de pesetas de presupuesto, que fue lo anunciado por el Real Madrid a principios de temporada, y 1.450 millones del Barcelona (que, contra lo que generalmente se cree, fue un poco m¨¢s moderado que su gran rival al hacer las previsiones de gastos), estaban detr¨¢s de los jugadores que jugaron el s¨¢bado.Con su victoria, el Barcelona ha salvado efectivamente la temporada. N¨²?ez contin¨²a siendo el presidente con peor imagen de nuestro f¨²tbol, y muchos catalanes le siguen considerando como la gran mancha de la entidad, pero la verdad es que sin la hepatitis de Maradona -en un momento decisivo para la Liga y la Recopa- podr¨ªa haber alcanzado la mayor parte de sus objetivos.
Los ¨¦xitos en la Liga y la Copa de baloncesto, en la Copa de balonmano, el subcampeonato de Europa de atletismo, la Copa de rugby, suponen un balance apreciable, un balance superior al que fr¨ªvolamente le atribuyen quienes se?alan que el club catal¨¢n con ganarle un partido al Real Madrid ya cubre su expediente, y eso independientemente de que este a?o se haya impuesto al equipo blanco en las tres ocasiones en que ambos se han enfrentado. Las excesivas l¨¢grimas de N¨²?ez en La Romareda reflejan, de todas maneras, los niveles de su tensi¨®n personal.
A nivel de club, el presidente barcelonista ha vuelto a demostrar este a?o sus limitaciones en los excesivos mimos a Schuster, en el cese de Latlek -decidido m¨¢s por las presiones de los amigos de Maradona para argentinizar el equipo que por un mal rendimiento del t¨¦cnico-, y, a¨²n actuando bien al exhibir firmeza a la hora de prohibir que se desplazara nadie al homenaje de Breitner, en este incidente ha quedado patente que tiene organizado el club de una manera en que surgen f¨¢cilmente los esc¨¢ndalos.
El balance de la temporada del otro finalista de Copa es, con todo, sensiblemente peor. De Carlos sabe perder con m¨¢s dignidad que ning¨²n otro presidente de club de f¨²tbol, pero eso se puede ir atribuyendo ya a la expenen ia que tiene en ese tipo de adversidades. El Madrid necesita un replanteamiento de su pol¨ªtica economica y una renovaci¨®n a fondo del equipo, porque resulta muy burda la explicaci¨®n de que es s¨®lo falta de suerte lo que ha motivado sus cuatro finales truncadas: la de la Liga en Valencia, la de la Supercopa con la Real Sociedad, la de la Recopa en Gotemburgo, y ahora la de Zaragoza.
La desproporci¨®n entre su elevado presupuesto y sus discretas adquisiciones, y el inri que supone que tanto el m¨¢ximo goleador de la Liga, Rinc¨®n, como el autor del gol decisivo de la final de Copa, Marcos, procedan de la legi¨®n de jugadores desechados por sus servicios t¨¦cnicos, deja en mala situaci¨®n a alguien m¨¢s que Alfredo Di St¨¦fano.
Evidentemente, el camino a seguir no es la pol¨ªtica de talonario que ha estado aplicando el Barcelona, pero tampoco la continuidad.
Porque la continuidad en una pol¨ªtica de fracasos significa m¨¢s fracasos.
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