El cardenal, el ministro y el Corpus

Como creyente, y ante la ola de pol¨¦micas suscitada por la decisi¨®n del cardenal primado de no permitir al ministro de Justicia presidir la procesi¨®n del Corpus, me siento empujada a aportar mi punto de vista al respecto.Si el ministro, con este gesto, pretend¨ªa manifestar su fe personal, nada le imped¨ªa acudir a la procesi¨®n como un creyente m¨¢s. M¨¢xime cuando el cardenal se limit¨® a decir que "no hab¨ªa sido invitado a presidirla", no que no asistiera.

Si, por el contrario, el se?or Ledesma buscaba simplemente manifestar la buena disposici¨®n del Gobierno respecto a la Iglesia, me parece una postura incongruente, cuando no hip¨®crita, coincidiendo como est¨¢ con la entrada en las Cortes de un proyecto de ley que ataca fundamentalmente los principios sostenidos por la Iglesia.

El Gobierno, lamentablemente, parece decidido a acostumbramos a una pol¨ªtica de incongruencias y, contradicciones. ?sta es s¨®lo una de ellas. Si su deseo es, de verdad, mantener buenas relaciones con la religi¨®n cat¨®lica, que no olvide en ning¨²n momento que la Iglesia est¨¢ obligada a dar una respuesta clara y decidida respecto a todo, aquello que, directa o indirectamente, afecte a los principios que proclama el Evangelio, el cual de ninguna forma puede acomodarse seg¨²n el color pol¨ªtico del que est¨¦ en el poder. /