Las conversaciones de Ginebra sobre Afganist¨¢n pueden estimular una retirada parcial sovi¨¦tica
El pr¨®ximo jueves, d¨ªa 16, se reanudar¨¢n en Ginebra las conversaciones afgano-paquistan¨ªes sobre el problema de Afganist¨¢n. El di¨¢logo se lleva a cabo, por tercera vez en un a?o, por iniciativa de las Naciones Unidas, que se encuentran representadas por su vicesecretario general, el ecuatoriano Diego C¨®rdovez. Seg¨²n se afirma en c¨ªrculos diplom¨¢ticos occidentales de Mosc¨², los sovi¨¦ticos estar¨ªan dispuestos a disminuir su contingente en Afganist¨¢n para dar una muestra de buena voluntad a Occidente y, a la vez, intentar el inicio en ese pa¨ªs de un proceso de reconciliaci¨®n.
Como viene siendo costumbre ya en los anteriores contactos celebrados sobre este problema, los iran¨ªes prefieren permanecer ausentes, como protesta por el hecho de que los guerrilleros musulmanes afganos no se encuentran sentados en la mesa de negociaciones.Menos de una semana antes de que comenzaran en Ginebra estas consultas, el ministro de Asuntos Exteriores de Pakist¨¢n, Sahabzada Yatib Jan, visit¨® Mosc¨² y se entrevist¨® con su colega sovi¨¦tico Andrei Gromiko.
Tanto por parte sovi¨¦tica como por parte paquistan¨ª, han sido muy escasas las informaciones que se han ofrecido al respecto: se sabe que ambos ministros celebraron al menos una entrevista y que Gromiko ofreci¨® a su colega paquistan¨ª un almuerzo de bienvenida, cuyos brindis -calificados de breves por la agencia oficial de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Tass- no fueron hechos p¨²blicos.
Pakist¨¢n, que alberga tres millones de refugiados afganos -el resto, un mill¨®n y medio, vive en Ir¨¢n-, es tambi¨¦n el pa¨ªs desde el que los guerrilleros afganos operan contra las fuerzas sovi¨¦ticas y del Gobierno de Kabul, que tratan de controlar el pa¨ªs.
La postura paquistan¨ª en las negociaciones de Ginebra ha ido aumentando en flexibilidad. Hace s¨®lo dos semanas el presidente de Pakist¨¢n, general Zia Ul-Jak, calificaba de serias las intenciones del Krernlin de llegar a una sofuci¨®n del problema.
Mosc¨² sigue manteniendo su versi¨®n oficial, que afirma que sus tropas se encuentran en Afganist¨¢n s¨®lo a petici¨®n del Gobierno de Kabul, que le pidi¨® ayuda para luchar contra los que amenazaban el futuro de su revoluci¨®n.
Tal y como lo ha expuesto la agencia oficial sovi¨¦tica Tass durante la visita a Mosc¨² del ministro paquistan¨ª, los sovi¨¦ticos no han variado nada sus puntos de vista.
Seg¨²n las tesis sovi¨¦ticas, todos los problemas de Afganist¨¢n nacen de la injerencia de otros pa¨ªses -como Pakist¨¢n, Estados Unidos o algunos pa¨ªses mulsulmanes, como Arabia Saud¨ª-, que estar¨ªan poniendo en peligro "los logros de la revoluci¨®n afgaria", en cuya ayuda acudieron, en diciembre de 1979, m¨¢s de 100.000 soldados sovi¨¦ticos.
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