El padre de Julio Iglesias renuncia a ser indemnizado y elogia en el juicio a una de sus secuestradoras
El doctor Julio Iglesias Puga, padre del cantante Julio Iglesias, no reconoci¨® ayer a sus presuntos secuestradores, renunci¨® a cualquier tipo de indemnizaci¨®n econ¨®mica que le pudiera corresponder y se deshizo en elogios hacia una de las acusadas. Todas estas manifestaciones las hizo el doctor Julio Iglesias ante la secci¨®n segunda de lo penal de la Audiencia Nacional, en el transcurso del juicio oral celebrado contra seis presuntos militantes de la organizaci¨®n terrorista ETA Pol¨ªtico-militar acusados de haberlo mantenido secuestrado del 29 de diciembre de 1981 al 17 de enero de 1982. El fiscal reclamaba para los procesados penas que oscilaban entre 8 y 15 a?os de prisi¨®n as¨ª como cinco millones de indemnizaci¨®n para la v¨ªctima.
La renuncia del doctor Julio iglesias Puga se produjo exactamente cinco meses despu¨¦s de qu¨¦ el futbolista Enrique Castro Quini compareciese ante la Audiencia Provincial de Barcelona -13 de enero de 1983- para perdonar a sus secuestradores y rechazar cualquier tipo de indemnizaci¨®n que pudiera corresponderle por los sufrimientos pasados en su cautiverio. Podr¨ªan ser las secuelas de lo que los psic¨®logos han bautizado con el nombre del s¨ªndrome de Estocolmo, por el que la v¨ªctima secuestrada acaba estableciendo una corriente de simpat¨ªa y de comprensi¨®n hacia sus aprehensores.La teatral renuncia del doctor Julio Iglesias a los cinco millones de pesetas que en su favor hab¨ªa solicitado el fiscal tuvo lugar a las 12.30 del mediod¨ªa, cuando hab¨ªan sido interrogado ya a los seis procesados: Juan Gregorio Egusquizaga, Jes¨²s Urrutia, Gloria Guti¨¦rrez, Alberto Mendiguren, Baltasar Calvo y Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez. Un¨¢nimemente, y de manera monotona, los acusados hab¨ªan asegurado no saber nada del hecho, a pesar de que cuatro de ellos hab¨ªan sido detenidos en la madrugada del 17 de enero de 1982, por los GEO, en el pueblecito de Trasmoz (Zaragoza), en la misma casa en que se encontraba el secuestrado, y que otro de los procesados hab¨ªa sido aprehendido en Axpe (Vizcaya) con una carta del doctor Iglesias dirigida a sus familiares.
El testimonio de los procesados fue tan sorprendente como la declaraci¨®n del doctor Julio Iglesias Puga. De pie en el centro de la sala, empez¨® asegurando que no reconoc¨ªa a ninguno de los acusados, para a continuaci¨®n contradecirse y asegurar que la procesada Gloria Guti¨¦rrez "era una chica adorable" y que le hab¨ªa "servido amablemente" el tiempo de su cautiverio. El doctor Iglesias Puga continu¨® desmintiendo que sus guardianes le requirieran 20.000 pesetas para lavar su ropa, y a?adi¨® que esta cantidad la hab¨ªa dado motu propio para comprar ropa interior de invierno.
Una carta en L¨ªbano
A trav¨¦s del testimonio del padre de Julio Iglesias se descubrieron tambi¨¦n algunos aspectos secretos de su secuestro, como esa carta que fue entregada en L¨ªbano, en una sucursal de la casa discogr¨¢fica CBS -en la que graba Julio Iglesias-, en la que se ped¨ªa el rescate, o esas otras dos cartas escritas por el propio secuestrado y encabezadas con una informaci¨®n publicada en su d¨ªa por el diario Abc y cerradas con unas frases lac¨®nicas y emotivas recordando "mi amor y mi cari?o eterno".Todas estas declaraciones fueron calificadas por el ministerio fiscal como sorprendentes. Textualmente, el representante del ministerio p¨²blico asegur¨® que "lo que hemos o¨ªdo aqu¨ª nos ha llenado de asombro y de sorpresa", y que se hab¨ªan dado "versiones inveros¨ªmiles". Se refer¨ªa el fiscal no s¨®lo a las declaraciones de la v¨ªctima, sino tambi¨¦n a las de los seis imputados, que hab¨ªan negado lo que que confesaron en su d¨ªa ante la polic¨ªa y el juez. Pero aun as¨ª, el acusador continu¨® reclamando para los procesados que se les aplicase el art¨ªculo 480 del C¨®digo Penal, con las agravantes establecidas en los p¨¢rrafos primero y segundo del 481, al haber exigido un rescate y retenido a la v¨ªctima durante m¨¢s de 15 d¨ªas. Para cuatro de los procesados, el fiscal pidi¨® una pena de once a?os de prisi¨®n por un delito de detenci¨®n ilegal; para Baltasar Calvo reclam¨® ocho, por considerarlo colaborador, y para Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez pidi¨® quince al considerarle reincidente, por haber participado con anterioridad en el secuestro del industrial valenciano Luis Su?er. El fiscal retir¨® la reclamaci¨®n de cinco millones de pesetas planteada en favor del secuestrado, por haberlo hecho as¨ª previamente el afectado.
Por su parte los abogados defensores reclamaron la libre absoluci¨®n, bas¨¢ndose en supuestos malos tratos y en las presuntas irregularidades procesales.
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