?Huelga despreciable?

Le escribo esta carta, que querr¨ªa ver publicada en su peri¨®dico, aunque no lo espero, en respuesta apresurada al editorial del d¨ªa 10 de junio: Una huelga despreciable.En principio pens¨¦ que el editorial no me ata?¨ªa directamente, aunque nada relacionado con la ense?anza me sea ajeno, ya que no soy ni PNN de universidad ni catedr¨¢tico o agregado de bachillerato en huelga. Soy s¨®lo una despreciable agregada de instituto, que trata de tomarse su trabajo cada d¨ªa con la responsabilidad, seriedad y sentido del deber que su editorialista nos niega.

El editorial me parece inadmisible, tanto por el tono y la ignorancia que su autor demuestra, como por la petulancia -ya denunciada por Caro Baroja- de EL PA?S, cuando convierte sus opiniones (te¨®ricamente respetables como tales) en dogma o, como en este caso, en insulto, utilizando la raz¨®n de la fuerza m¨¢s que la fuerza de la raz¨®n.

Descalificar al contrario, tach¨¢ndole de corporativo, fascista,

Pasa a la p¨¢gina 12

Viene de la p¨¢gina 11

etc¨¦tera, no es democr¨¢tico, y, que yo sepa, ni siquiera inteligente. De todas formas, los amarillos, los fascistas y los corporativos son siempre los dem¨¢s. Ya lo dijo Sartre.

Nadie niega que todo el sistema de ense?anza deba mejorar, incluido el profesorado, pero no mejorar¨¢ s¨®lo cuando se invierta el dinero que nunca se podr¨¢/querr¨¢ invertir, sino cuando la carrera docente se convierta en algo estimulante y no s¨®lo en un generador de frustraciones. Mientras tanto, generalizar abusivamente y hacer del profesorado el ¨²nico. malo de la pel¨ªcula es tan injusto como demag¨®gico. /