Cooperaci¨®n Iglesia-Estado en materia de seguridad
La polic¨ªa, individuos con el inconfundible aspecto de pertenecer a los servicios secretos y el servicio de orden del episcopado actuaban ayer codo a codo para asegurar el transcurso ordenado de la visita del papa Juan Pablo II. La cooperaci¨®n entre la Iglesia y el Estado en Polonia en materia de seguridad se pod¨ªa palpar ayer en la calles de Varsovia.Durante la noche anterior a la llegada del Papa se llen¨® de polic¨ªas la capital polaca. Desde el mediod¨ªa de ayer, en la ciudad vieja de Varsovia, donde est¨¢ situada la catedral de San Juan en la que el Papa celebr¨® su primera misa, s¨®lo pod¨ªan entrar los residentes que mostraban su documento de identidad.
La firmeza de los encargados del orden era todav¨ªa mayor en los servicios del episcopado que en la polic¨ªa uniformada. En discreto segundo plano se manten¨ªan los servicios secretos. Stanislaw Bibanski, un mec¨¢nico metal¨²rgico de 61 a?os, llevaba, como sus compa?eros del servicio de orden del episcopado, un gorro tipo legionario de color amarillo (color del Vaticano) y una corbata azul (color de la Virgen).
Bibanski explicaba que la cooperaci¨®n con las fuerzas del orden del r¨¦gimen "es s¨®lo durante la visita del Papa y por motivos comprensibles: la seguridad del Papa".
La Iglesia polaca tiene tanto miedo a los des¨®rdenes como las propias autoridades. La Iglesia quiere que todo transcurra pac¨ªficamente y pondr¨¢ en ello todo su inter¨¦s.
Un viejo intelectual cat¨®lico muy pr¨®ximo al primado polaco, cardenal Jozef Glemp, explic¨® a EL PAIS lo que parece ser¨¢ f¨®rmula m¨¢gica para frenar los intentos de posibles manifestantes de oposici¨®n al r¨¦gimen: "Al acabar cada reuni¨®n, un sacerdote subir¨¢ al p¨²lpito para decir que se vayan a casa pac¨ªficamente y no caigan en provocaciones. El sacerdote dir¨¢ que si alguien grita es un provocador. De esta forma nadie se atrever¨¢ a empezar a dar gritos contra el Gobierno, porque podr¨ªan tomarle por un provocador".
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