Una profesora de Palma de Mallorca ser¨¢ despedida por hablar de tolerancia respecto a las abortistas
Por decisi¨®n irrevocable de la Madre Superiora, Rosa Paradinas, del colegio Madre Alberta, de la congregaci¨®n de la Pureza de Mar¨ªa, Catalina Gornals Ferr¨¢, profesora del centro, de 33 a?os, ser¨¢ despedida por "una muy grave falta" cometida ante sus alumnas de 10 a?os, al afirmar. "No podemos juzgar a nadie. La severidad no siempre nos permite alcanzar la verdad. Dividir el mundo en criminales aboristas y gente normal puede ser un error. Tenemos que ser m¨¢s tolerantes".
Catalina Gornals, natural de Porreras (Mallorca), admite que su primera reacci¨®n fue de retraimiento y hasta de penitencia: "Cuando me acusaron, con su t¨ªpica frialdad, consiguieron asustarme. Yo les promet¨ª no hacerlo m¨¢s, arrepentirme. Argument¨¦ mis 12 a?os de docencia en el centro y mi infancia de alumna especialmente aplicada en el mismo colegio. Pero todo muy in¨²til. S¨®lo la conversaci¨®n con algunos padres me permiti¨® volver a m¨ª misma para comprobar que no hab¨ªa hecho nada reprobable".La reuni¨®n urgente de los padres de las ni?as del curso 2? C de cuarto ciclo medio fue convocada por las monjas cuando comenz¨® a circular la carta de apoyo a la maestra. "Han sido ustedes convocados simplemente para que reflexionen con responsabilidad antes de firmar esa carta".
Uno de los padres asistentes a la reuni¨®n, que prefiere mantener el anonimato -"la posibilidad de perder plaza en el centro fue claramente insinuada por la direcci¨®n contra los que apoyamos a la maestra"- manifiest¨® su estupor antes las noticias que ¨²ltimamente le han llegado del centro: "La asamblea del lunes pasado super¨® ampliamente toda mi capacidad de asombro. Fue un juicio sumar¨ªsimo, inquisitorial, en el que la acusada estaba condenada de antemano. Tanto fue as¨ª que cuando las monjas comprobaron que la mayor¨ªa de los 42 padres presentes est¨¢bamos claramente a favor de la se?orita Gornals, declararon con ins¨®lita arrogancia que eso 'no era una cooperativa de padres', que de 'votaci¨®n nada' y que 'aqu¨ª mandamos nosotras'.
Y adem¨¢s, cuando nuestras intervenciones mostraron lo absurdo de su actitud extremista, se apresuraron a aclarar que 'consideramos conveniente que si no coinciden ustedes con el ideario, del centro retiren de ¨¦l a sus hijas'".
Tanto los padres como las profesoras coinciden al se?alar la g¨¦nesis de un conflicto que ya ha provocado la pol¨¦mica en la prensa local, justo antes de empezar el verano que devolver¨¢ a los muros del colegio la tranquilidad y el silencio. "En octubre de este a?o pasado las monjas repart¨ªan propaganda de Alianza Popular a las ni?as y enviaban circulares a los padres advirti¨¦ndoles sobre los peligros de la victoria socialista.
M¨¢s tarde, en abril, la carta que las ni?as recib¨ªan para entregar a sus padres iba en sobre abierto y en ella se calificaba a las personas que abortan como criminales, sin entrar en distinciones ni aclaraciones. Algunas ni?as, hijas de madres que han abortado, me preguntaron asustadas sobre el particular y fue entonces cuando les habl¨¦ de la tolerancia y el respeto", afirma la profesora.
Catalina Gornals, que no ha recibido todav¨ªa la carta de despido, refiere con especial agotamiento los esfuerzos de doce a?os por extraer pedag¨®gicamente de la religi¨®n sus aspectos humanistas y ¨¦ticos: "Ha sido in¨²til. Son una roca. No han comprendido que un colegio no es un noviciado. Para ellas lo fundamental son los rosarios y las procesiones. Prescinden de las cuestiones pedag¨®gicas y lo han afirmado as¨ª en m¨²ltiples ocasiones.
La maestra procesada atribuye la decisi¨®n del despido no s¨®lo a su pol¨¦mica intervenci¨®n sino a su actuaci¨®n como delegada sindical y a la revisi¨®n a que somete las orientaciones y decisiones de la direcci¨®n. "Yo creo que eso, por encima de todo, me ha convertido en n¨²mero de lista negra.
Antes de entrar como profesora en el colegio Madre Alberta Catalina Gornals estuvo dos a?os en una escuela en el poblado gitano de Son Banya, centro que abandon¨® al convertirse en escuela estatal. "Es cierto que en el colegio Madre Alberta hay ni?as que no pagan, que disfrutan de beca, pero puedes estar seguro que sufren su estatus de ni?as pobres. Las monjas no pierden ocasi¨®n de se?alarlas como tales, como pobres y las obligan a quedarse en la cocina despu¨¦s de comer para secar los cubiertos o limpiar los platos de sobras. No te puedes imaginar el da?o que esa discriminaci¨®n hace a las ni?as"
Rosa Paradinas, directora del centro de ense?anza Madre Alberta y Madre Superiora de la Congregaci¨®n de Mar¨ªa en Palma, lleva siete meses en su puesto al que lleg¨® procedente de Bilbao. Sus declaraciones relativas al despido de la maestra han sido breves Y escuetas: "?Por qu¨¦ no le preguntan a ella?". Ante la insistencia, Rosa Paradinas afirm¨® a este diario su firme intenci¨®n de mantener respecto al tema un silencio absoluto: "No quiero hacer ninguna declaraci¨®n". A¨²n as¨ª la directora del centro admiti¨® que el despido de Catalina Gornals "no est¨¢ formalizado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.