Un a?o de parlamento en Andaluc¨ªa
Dejando a un lado las dificultades materiales (escasez de medios econ¨®micos, carencia de una sede propia del Parlamento y de sus servicios, etc¨¦tera), el Parlamento de Andaluc¨ªa, desde el primer momento, ha tenido que darse a conocer, que presentarse al andaluz medio, afirmando su identidad y sus cometidos, diferentes de los del Consejo de Gobierno. Esto requiere una breve explicaci¨®n: para todos los andaluces, la autonom¨ªa se concreta en la Junta de Andaluc¨ªa, pero dentro de ella no perciben ni distinguen entre Parlamento y Consejo de Gobierno. Esta opini¨®n generalizada, avalada por los cuatro a?os de r¨¦gimen preauton¨®nlico, tiene que modificarse, y de hecho en este ¨²ltimo a?o se han realizado grandes esfuerzos para que el hombre de la calle sepa qu¨¦ es el Parlamento, cu¨¢les son sus funciones, qu¨¦ cometidos cumple y en qu¨¦ se diferencia del Consejo de Gobierno. De todas formas, es ¨¦sta una tarea que requiere tiempo y que debe tener un car¨¢cter educativo, tarea en la que tanto parlamentarios como informadores tienen mucho que decir.En definitiva, se trata de que el ciudadano perciba y comprenda que el centro de la vida pol¨ªtica andaluza es el Parlamento, como ocurre en todos los sistemas de democracia parlamentaria, sin olvidar por ello que el Gobierno y la Administraci¨®n de la comunidad aut¨®noma corresponden al presidente de la Junta y al Consejo de Gobierno.
Tambi¨¦n se ha se?alado, desde distintos puntos de vista, como pretendido inconveniente o defecto de la c¨¢mara andaluza, la distribuci¨®n de sus esca?os entre los grupos pol¨ªticos que alcanzaron representaci¨®n parlamentaria el d¨ªa 23 de mayo.
Analizado el hecho en s¨ª mismo, objetivamente, hay que concluir que no es bueno ni malo, ni determina negativamente la vida parlamentaria.
Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que esa desigual distribuci¨®n de esca?os fue la reabnente querida por el pueblo andaluz en unas elecciones libres y democr¨¢ticas. Y, en segundo lugar, hay que afirmar que los grupos parlamentarios de la oposici¨®n, por minoritarios que sean, tienen los suficientes cauces reglamentarios para controlar, criticar y fiscalizar la acci¨®n del Consejo de Gobierno. Y la pr¨¢ctica parlamentaria en nuestra c¨¢mara as¨ª lo confirma, asumiendo los grupos parlamentarios el axioma de que desde la oposici¨®n tambi¨¦n se gobierna o, por lo menos, se contribuye a gobernar mejor.
En este primer a?o de existencia, el Parlamento de Andaluc¨ªa ha desarrollado una gran actividad, como lo demuestran los siguientes datos: se han presentado 16 proyectos de ley, 4 proposiciones de ley, 16 proposiciones no de ley, 13 interpelaciones, 6 mociones y 152 preguntas de todo tipo.
Reflejo de la realidad
Pero lo verdaderamente importante es que la actividad parlamentaria ha sabido reflejar la realidad y la vida andaluzas, sus problemas y sus preocupaciones.
As¨ª, temas como el empleo comunitario, la crisis econ¨®mica, el medio ambiente, la agricultura, la pesca, la sequ¨ªa, la educaci¨®n y la situaci¨®n sanitaria han sido objeto de debates generales o de tratamientos concretos. Por ejemplo, la incautaci¨®n de Rumasa y sus consecuencias para Andaluc¨ªa han tenido un tratamiento pormenorizado en varios Plenos, as¨ª como el affaire de la Caja Rural de Ja¨¦n hizo que se creara una comisi¨®n especial de investigaci¨®n.
La iniciativa legislativa del Consejo de Gobierno ha mostrado tambi¨¦n una especial sensibilidad hacia aquellos problemas que m¨¢s preocupan a los andaluces. Del total de proyectos de ley remitidos -unos, ya convertidos en ley; otros, en fase de tramitaci¨®n- se pueden hacer dos grupos: unos tienen un marcado car¨¢cter jur¨ªdico, organizativo o superestructural, como son la ley de Organizaci¨®n Territorial, la del Gobierno y la Administraci¨®n, etc¨¦tera. Otros, por el contrario, han tenido un profundo contenido socioecon¨®mico, como el Plan Extraordinario de Inversiones, dirigido a aquellas zonas o comarcas m¨¢s pobres de Andaluc¨ªa; la creaci¨®n del Instituto para la Promoci¨®n Industrial de Andaluc¨ªa (IPIA); la creaci¨®n del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, como organismo de concertaci¨®n y mediaci¨®n en la conflictividad laboral. Y lo mismo podr¨ªa decirse claramente de las dem¨¢s iniciativas parlamentarias.
Balance positivo
Todos estos datos vienen a constatar un hecho important¨ªsimo: la Andaluc¨ªa real, con sus inquietudes, con sus problemas y necesidades, ha estado presente en la c¨¢mara y en sus debates. Tanto el Consejo de Gobierno como los grupos parlamentarios o los diputados, a t¨ªtulo personal, han sabido llevar a los debates parlamentarios las preocupaciones y sentimientos de los andaluces. Todos los grupos parlamentarios han reconocido p¨²blicamente el balance positivo de este primer a?o. Y si bien todos debemos sentirnos satisfechos, tambi¨¦n todos estamos convencidos de que el trabajo parlamentario alcanzar¨¢ mayores cotas de brillantez y eficacia. Cuando el Parlamento tenga su sede definitiva y sus servicios administrativos a pleno rendimiento, podremos hacer un trabajo mucho mejor en bien de Andaluc¨ªa y de los andaluces. Hasta aqu¨ª, a pesar de las dificultades e incomodidades, de la precariedad de medios y de la falta de precedentes y experiencias, hemos hecho un trabajo digno y eficaz que el pueblo andaluz juzgar¨¢ en su d¨ªa.
es presidente del Parlamento de Andaluc¨ªa.
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