La OTAN y el movimiento pacifista epa?ol
El movimiento por la paz se enfrenta con la inisma dureza contra la OTAN como contra el Pacto de Varsovia; pero, seg¨²n el autor, los presupuestos b¨¢sicos de un pacifismo espa?ol deben tambi¨¦n luchar por hacer del territorio nacional un espacio libre de armas nucleares.
Puede que la manifestaci¨®n pacifista del 12 de junio tuviera muchos defectos, pero ha tenido, al menos, dos virtudes nada despreciables: una, que las direcciones de las fuerzas pol¨ªticas y sociales -incluido el partido en el Gobierno- han tenido que replantearse la problem¨¢tica de la paz en el terreno de la toma de iniciativas; la otra, que la pr¨¢ctica totalidad de los grupos pacifistas y ecologistas de Madrid han encontrado la oportunidad de conocerse en torno a la elaboraci¨®n de una convocatoria com¨²n.Realizadas la convocatoria y la manifestaci¨®n, parecen ahora m¨¢s claras que antes las dos opciones que se presentan en el panorama del pacifismo de nuestro pa¨ªs: un movimiento radical minoritario, dirigido a los sectores marginales y/o a los acabadamente convencidos, y un movimiento amplio, con vocaci¨®n de alcanzar a vastos sectores de la opini¨®n p¨²blica, cuyo apoyo social residir¨ªa especialmente -seg¨²n dicen las encuestas- en el electorado de izquierda, pero no ¨²nicamente en ¨¦ste.
La primera opci¨®n pone el acento en la ruptura con los partidos tradicionales y le importa principalmente que su programa -duro, antimilitarista sin l¨ªmites- no se desvirt¨²e. La segunda opci¨®n quiere referirse no s¨®lo al joven, sino tambi¨¦n al que tiene atr¨¢s su segunda y tercera d¨¦cadas, es decir, a la poblaci¨®n preocupada, pero no especialmente motivada por estos temas. Entre otras razones, porque, llegada la ocasi¨®n de un refer¨¦ndum, ser¨¢ esta poblaci¨®n la que decida mucho m¨¢s que las minor¨ªas activas. En esa direcci¨®n, este segundo tipo de pacifismo debe entender como condici¨®n el mantenimiento del apoyo de los votantes y militantes socialistas, evitando rupturas gratuitas que pongan en peligro ese apoyo. Se trata de un movimiento por la paz que se enfrenta con la misma dureza a la dial¨¦ctica armamentista de la OTAN y del Pacto de Varsovia. Y, en fin, de un movimiento que adopta ante el Gobierno socialista, en cada caso, una actitud de apoyo o cr¨ªtica, sin hacer de las cr¨ªticas que sean precisas el eje de su acci¨®n,y mucho menos un instrumento ¨²til para la competencia pol¨ªtica entre partidos.
Ciertamente, el pacifismo visto desde esta segunda perspectiva ha de plantearse, en esta coyuntura, la cuesti¨®n OTAN como algo fundamental. Ha de manifestarse claramente por la necesidad de convocar un refer¨¦ndum para que los espa?oles puedan decidir si desean o no mantenerse en la OTAN, evitando que las preguntas de la consulta recuerden la hecha por UCD con ocasi¨®n de la autonom¨ªa andaluza. Y, como pacifistas, har¨¢n campa?a porque nuestro pa¨ªs no pertenezca a, uno de los dos bloques militares en pugna.
Pero un movimiento pacilfista que s¨®lo tuviera como elerriento program¨¢tico la cuesti¨®n de la OTAN mostrar¨ªa la pobreza de sus proposiciones y su consiguiente falta de imaginaci¨®n. Resulta necesario un programa m¨¢s amplio, que vaya desde la educaci¨®n para la pxE hasta la b¨²squeda de zonas libres de armas nucleares.
En este sentido cabe recordar que en la pasada II Convenci¨®n para el Desarme Nuclear de Europa, celebrada en Berl¨ªn occidental (convocada por la Fundaci¨®n Russell y los verdes alemanes occidentales), tuvo lugar la formaci¨®n de un foro sobre zonas desnuclearizadas, entre las que se discuti¨® el caso de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Como representante del MPDL, la convenci¨®n me encarg¨® la presentaci¨®n de un documento de tirabajo al respecto que, tras recoger las aportaciones de su grupo de estudio, ascendi¨® al foro general, donde s¨®lo recibi¨® observaciones de Carlos Zald¨ªvar, sin que se propusieran modificaciones. En lo que respecta al territorio del Estado espa?ol, el papel de trabajo comienza recordando la situaci¨®n de partida en que se encuentra nuestro pa¨ªs de cara a la posibilidad de constituirse formalmente Como zona libre de armas nucleares.
"Desdela revisi¨®n", dice su texto, "del enllonces tratado bilateral, en 1976, Estados Unidos no puede estacionar ni transportar armas nucleares por territorio espa?ol sin el permiso de las autoridades de Madrid. En cuanto a la OTAN, el mismo d¨ªa en que se aprob¨® en el Parlamento (inayo 1982), con mayor¨ªa de UCD, la petici¨®n de ingreso en la OTAN, se aprob¨® seguidamente una moci¨®n (proposici¨®n no de ley) por la que se declaraba la no nuclearizaci¨®n del territorio espa?ol. Espa?a no ha firmado el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear".
Y a continuaci¨®n expon¨ªa las siguientes propuestas para la acci¨®n:
- Pedir la elevaci¨®n a rango jur¨ªdico internacional de la decisi¨®n espa?ola de no nuclearizaci¨®n del territorio espa?ol, utilizando para ello la elevaci¨®n a rango de ley de la decisi¨®n parlamentaria de mayo de 1982 y/o la firma por parte de Espa?a del Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear.
- Completar las decisiones gubemamentales con un apoyo popular que se traduzca en decisiones adoptadas por instituciones locales. En este sentido, desarrollar la posibilidad de que los ayuntan¨²entos se declaren contrarios a la instalaci¨®n en su ¨¢mbito de armas nucleares.
- Eliminar la posible investigaci¨®n para desarrollar en Espa?a armas nucleares, as¨ª como la investigaci¨®n dirigida al uso militar de la energ¨ªa at¨®mica civil.
- Dado que el, convenio bilateral con Estados Unidos firmado en 1982 deja la implementaci¨®n del control del convenio s¨®lo en manos del Gobierno, pedir la creaci¨®n de una comisi¨®n parlamentaria de control del convenio.
Este documento finalizaba haciendo alusi¨®n a la exigencia de convocar un referfidum sobre la cuesti¨®n OTAN y, sobre la necesidad de estudiar los peligros colaterales que se ciernen sobre Espa?a: el caso de la base de Gibraltar, las posibles armas nucleares que Francia tendr¨ªa en el lado norte de los Pirineos y el ?inter¨¦s que la poblaci¨®n espa?ola iliene en que Portugal sea, al menos de hecho, un territorio libre de armas nucleares.
es miembro de la junta directiva del Movimiento por la Paz, el Desarme v la Libertad.
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