Portugal inicia un programa econ¨®mico de austeridad con resultados a largo plazo
Las primeras medidas econ¨®micas y financieras adoptadas por el Consejo de Ministros de Portugal, en el marco del "programa de gesti¨®n coyuntural de emerge" de 18 meses anunciado por Mario Soares en su toma de posesi¨®n, sorprendieron a los diputados cuando estos estaban todav¨ªa el programa de acci¨®n del nuevo Ejecutivo. Una devaluci¨®n un 12% del escudo portugu¨¦s, nuevos impuestos, aumentos de precio entre un 15% y un 25% en los productos de primera necesidad tales como pan, az¨²car, oleaginosos, piensos compuestos, cereales y abonos, antes subvencionados por el Estado, delimitan la nueva austeridad portuguesa.
A estos aumentos se a?adir¨¢n en las pr¨®ximas semanas las subidas provocadas por las repercusiones de la devaluaci¨®n de la divisa portuguesa en el precio de los productos importados, empezando por los derivados del petr¨®leo y, naturalmente, la gasolina.Seis minutos bastaron al nuevo y en¨¦rgico ministro de Econom¨ªa, Emani Lopes, para explicar en la televisi¨®n portuguesa las medidas adoptadas, su alcance y raz¨®n de ser. Se trata de una "terap¨¦utica dolorosa" ya que implica nuevos y concret¨ªsimos sacrificios y que los beneficios esperados no se manifestar¨¢n antes de un plazo, m¨¢s o menos dilatado. Emani Lopes reconoce el "tratamiento de rigor" que sufrir¨¢ la econom¨ªa portuguesa en los pr¨®ximos meses: el poder adquisitivo de los salarios va a bajar, el costo de la vida aumentar¨¢, el crecimiento econ¨®mico se detendr¨¢, con las inevitables consecuencias sobre el empleo (el paro alcanza al 9% de la poblaci¨®n activa, seg¨²n el Gobierno, y al 14%, seg¨²n los sindicatos).
Pero no hay m¨¢s alternativa, y de nada sirve lamentarse: ha llegado la hora de encarar la realidad frontalmente y lanzarse al trabajo. De la decisi¨®n y seriedad con que se aplique la pol¨ªtica de estabilizaci¨®n depender¨¢ su ¨¦xito y la pos?bilidad de continuar el desarrollo sobre bases sanas y modernas.
Tres programas contra la crisis
Adem¨¢s del tono decidido y del estilo sint¨¦tico, otra novedad del discurso econ¨®mico es la articulaci¨®n de la pol¨ªtica a seguir en tres programas, ligados entre s¨ª, a aplicar sucesiva o simult¨¢neamente, en funci¨®n de la "evoluci¨®n de la coyuntura":
- El programa de gesti¨®n coyuntural de emergencia, ya citado, con prioridad absoluta de la reducci¨®n del d¨¦ficit de la balanza de transacciones corrientes y del "control firme y cuidadoso del endeudamiento exterior".
- Un plan de estabilizaci¨®n intema de dos o tres a?os.
- Un programa de cuatro a?os para la modernizaci¨®n de la econom¨ªa portuguesa y la preparaci¨®n de sus estructuras para la adhesi¨®n a la CEE.
De este programa, en tres fasej, se ocupar¨¢ pr¨¢cticamente toda la legislatura -plazo que el nuevo Ejecutivo otorga a su acci¨®n-. El Gobierno Soares espera dotar a Portugal de estructuras que permitan emprender "un plan de desarrollo econ¨®mico y social".
Ahora, el nuevo Gobierno mantiene en vigor el presupuesto provisional, aprobado despu¨¦s de la dimisi¨®n del anterior Gobierno y antes de la disoluci¨®n del Parlamento, preparando ya el, presupuesto para 1984, que deber¨¢ someterse a, los diputados en octubre pr¨®ximo. Los nuevos responsables de los departamentos econ¨®micos van a dedicar toda su atenci¨®n al control de la ejecuci¨®n de los presupuestos vigentes: todos los proyectos de inversi¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica y del sector empresarial del Estado est¨¢n en suspenso, pendientes de revisi¨®n, hasta el 31 de agosto.
Las subvenciones a las empresas y las pol¨ªticas de precios sociales para servicios y productos de primera necesidad ser¨¢n reducidos al m¨ªnimo estricto.
La austeridad afectar¨¢, en primer lugar, el sector p¨²blico: Emani Lopes no formula juicios pol¨ªticos acerca de los m¨¦ritos comparados delas empresas estatales y privadas, pero considera que est¨¢ "globalmente mal dirigido", ya que las p¨¦rdidas acumuladas pasaron de 3.630 millones de escudos (m¨¢s de 5.000 millones de pesetas) en 1979 a 30.840 millones de escudos (cerca de diez veces m¨¢s) en 1981.
Se espera qu¨¦ los responsables tomen las pr¨®ximas semanas medidas de excepci¨®n para la reducci¨®n de costos (desde suspensi¨®n deInversiones hasta despidos definitivos o transitorios) y la pr¨¢ctica de precios realistas.
El ejemplo m¨¢s acabado del pragmatismo del nuevo ministro de Econom¨ªa es la manera de encarar, en su programa, la anunciada apertura a la iniciativa privada de sectores que le eran hasta ahora vedados por la ley, o sea la banca, los seguros y las industrias de abonos y cementos. En los dos sectores industriales contemplados, la prioridad ser¨¢ dada al correcto aprovechamiento de la capacidad instalada para evitar inversiones in¨²tiles: nada de desmantelar el sector p¨²blico o de agravar las dificultades de las e mipresas existentes con la competencia de nuevas empresas privadas.
Austeridad en la Administraci¨®n p¨²blica, con eliminaci¨®n de los servicios superfluos, definici¨®n de una pol¨ªtica de rendimientos y precios -a la que ser¨¢n asociados los sindicatos y los gremios patronales- y medidas destinadas a limitar el consumo y las importaciones completan el cuadro de la pol¨ªtica de estabilizaci¨®n anunciada.
En la pol¨ªtica fiscal no hay innovaciones: el Gobierno portugu¨¦s se propone concluir los estudios para la introducci¨®n del IVA y acelerar los trabajos con vistas a la creaci¨®n del impuesto ¨²nico sobre la renta. En cambio, el fraude y la evasi¨®n fiscal ser¨¢n activament combatidos, en el marco de la lu cha contra la corrupci¨®n y la econom¨ªa subterr¨¢nea, uno de los platos fuertes del programa de gobierno de Soares.
El m¨¢s inesperado apoyo a la pol¨ªtica definida por Emani Lope fue dado, en el Parlamento, por su predecesor, el socialdem¨®crata Jo?o Salgueiro, que no se limit¨® a felicitar al nuevo ministro por su realismo y su competencia y su valor.
Apoyo inesperado
Con elogios a la pol¨ªtica de estabilizaci¨®n realizada por el primer Gobierno Soares, en 1976, Jo?o Salgueiro, que encabeza en el Par lamento el sector socialdem¨®crata cr¨ªtico con la actual direcci¨®n del PSD, se coloc¨® resueltamente al lado de los socialistas y de Mario Soares, contra las cr¨ªticas del sector m¨¢s radical del empresariado privado, que escogi¨® a Mota Pinto como su representante en el Gobiemo.Obviamente, el apoyo entusiasta de Salgueiro a Emani Lopes sirvi¨® de argumento a los comunistas para afirmar, una vez m¨¢s, que el Gobierno Soares va a seguir, empeor¨¢ndola, la pol¨ªtica econ¨®mica y social de los Gobiernos de Alianza Democr¨¢tica, acusada por la izquierda (socialista y comunista) de llevar a Portugal a la bancarrota y al desastre nacional.
En cambio, el CDS y los sectores tecnocr¨¢ticos del PS, que aprueban las l¨ªneas maestras de la nueva pol¨ªtica econ¨®mica, critican la imprecisi¨®n de los programa enunciados, en los aspectos cuantitativos y temporales; aseguran que, si el ministro de Econom¨ªa no cuantific¨® la reducci¨®n del ritmo de crecimiento del PIB ni las incidencias de la devaluaci¨®n sobre la inflaci¨®n ni los aumentos previsibles del paro, es porque no estudi¨® estos aspectos o, m¨¢s probablemente, porque las medidas con cretas a adoptar en el futuro inmediato no dependen de ¨¦l: ser¨¢n impuestas por el Fondo Monetario Internacional, de quien depende, en realidad, la pol¨ªtica econ¨®mica global y definitiva del nuevo Gobierno, y al que no se hizo una ¨²nica menci¨®n durante todo el debate.
Como constat¨® en 1976, Ernani Lopes se esfuerza en hacer aceptar a los portugueses la autodisciplina del tratamiento de choque impuesto por los medios financieros internacionales. La situaci¨®n cr¨ªtica en que se encuentran las finanzas portuguesas ha sido descrita hasta la saciedad por el propio Soares. Fue el primer ministro quien denunci¨®, antes y despu¨¦s de las elecciones, que, con un d¨¦ficit de transacciones corrientes de 3.000 millones de d¨®lares en 1982 y una deuda exterior acumulada de 13.000 millones de d¨®lares (la tercera m¨¢s importante del mundo per c¨¢pita), Portugal tiene cada vez mayores dificultades en conseguir los fondos necesarios para hacer frente a sus necesidades m¨¢s inmediatas.
Tambi¨¦n fue Mario Soares, en su discurso de toma de posesi¨®n, quien revel¨® que los dos ¨²ltimos pr¨¦stamos negociados, de 300 millones de d¨®lares y de 400 millones de d¨®lares, hab¨ªan sido conseguidos en marzo y junio a precio de oro: 30 toneladas empe?adas en la primera operaci¨®n y la promesa de vender progresivamente otras 36 toneladas para cubrir el segundo pr¨¦stamo.
En total, cerca del 10% de las sacrosantas 650 toneladas de oro depositadas en los cofres del Banco de Portugal han tomado el camino de los bancos extranjeros, probablemente para no volver, consumidas sin provecho para el pa¨ªs, ya que los cr¨¦ditos actualmente disponibles no cubren m¨¢s que algunas semanas de importaciones al ritmo actual. Hasta finales de 1983 ser¨¢n necesarios cerca de 2.500 millones de d¨®lares para que Portugal pueda hacer frente a sus obligaciones.
Entretanto, las inversiones est¨¢n paradas, as¨ª como los grandes sectores productivos -la construcci¨®n civil y la construcci¨®n naval- y la fuga de capitales, la corrupci¨®n y la econom¨ªa subterr¨¢nea desv¨ªan millones y millones del erario p¨²blico: recientemente el Banco de Portugal atribuy¨® a estos fen¨®menos cerca del 25% del montante del d¨¦ficit anual de la balanza de transacciones. Adem¨¢s, la crisis europea tiene fuertes repercusiones sobre el turismo y la emigraci¨®n.
Los emigrantes
Los cerca del mill¨®n de trabajadores portugueses en Francia eran los que m¨¢s contribu¨ªan al volumen global de transferencias de divisas de la emigraci¨®n: hace meses que sus env¨ªos vienen menguando y la situaci¨®n no va a mejorar en los pr¨®ximos meses, a pesar de la decisi¨®n reciente de devaluar el escudo en m¨¢s del 15% en relaci¨®n al franco franc¨¦s, contra el 12% o el 13% aplicado en relaci¨®n a las dem¨¢s divisas.Otro golpe ha venido con la decisi¨®n del Gobierno de Bonn de estimular a los emigrantes a regresar a sus pa¨ªses de origen. Para los comunistas, para los sindicalistas de la CGT y de la UGT -y para Mario Soares, antes de las elecciones- no se debe atribuir todas las culpas a la crisis mundial: est¨¢ tambi¨¦n el comportamiento insolidario y antinacional de una parte del empresariado privado y la in competencia y la gesti¨®n ruinosa de muchos responsables -nombrados por el Gobierno- de empresas p¨²blicas.
Simult¨¢neamente a la discusi¨®n del programa del Gobierno, la CGT (de mayor¨ªa comunista) publicaba los n¨²meros rojos de su propio balance de la situaci¨®n: 100.000 trabajadores sin salarios hace meses, 300.000 contratos temporales y un mill¨®n de trabajadores afectados por la falta de revisi¨®n, este a?o, de los convenios colectivos.
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