Llu¨ªs Armet, 'el mago' del socialismo

Parapetado tras un arom¨¢tico habano, con una mirada de picard¨ªa que recuerda a la de Groucho, cuando miraba a Margaret Dumont, y una sonrisa que se desliza bajo su generoso mostacho, Llu¨ªs Armet, ex conseller de Pol¨ªtica Territorial con Tarradellas y jefe de la oposici¨®n socialista en el Parlament de Catalu?a, ha hablado en el foro del Ateneo de las ramblas barcelonesas para arremeter contra "el monopolio de la Generalitat" y proponer que "el PSC seaa el elemento vertebrador del catalanismo progresista". Aunque no hay f¨®rmulas m¨¢gicas para nada, sus ¨ªntimos aseguran que tiene una varita para ello.

A Llu¨ªs Armet, a quien los observadores pol¨ªticos sit¨²an como conseller en cap (jefe de Gobierno) de un futuro Gabinete socialista en Catalu?a para 1984, le resulta inc¨®modo hablar de cargos. Su habilidad en el aparato del partido, que le lleva a ser un pol¨ªtico consensuado por encima de las tendencias, est¨¢ m¨¢s cerca del delantero brasile?o que del funambulista oriental. Algo tiene ello que ver con su contagiosa simpat¨ªa y su afici¨®n a la magia, aunque la prestidigitaci¨®n s¨®lo la practique en la fiesta de cumplea?os de sus dos hijos y en alg¨²n cen¨¢culo de amigos.Catalanista de origen y vocaci¨®n, laico hasta los tu¨¦tanos, respetado por sus propios adversarios pol¨ªticos en el poder, que no ponen en duda su nacionalismo, no se muerde la lengua cuando Leguina, en un mitin, toma el r¨¢bano por las hojas y habla de "las autonom¨ªas hist¨¦ricas". Hombre informado, discreto confidente, aguanta imp¨¢vido una, dos, tres, veinte llamadas telef¨®nicas, cada fin de semana que no hace las maletas y se refugia en un apartamento del Vall de la Fosca, a un tiro de piedra del Vall d'Aran. El tel¨¦fono s¨®lo le resulta insoportable los d¨ªas en que hay retransmisi¨®n futbol¨ªstica en televisi¨®n, con el Bar?a como protagonista, cuando su domicilio se convierte en un anexo de la tribuna del estadio, con su inseparable puro dibujando blancas y densas volutas.

Armet, que el d¨ªa en que dej¨® el coche oficial de conseller no se sinti¨® despojado de una parte de su ser, asegura que est¨¢ m¨¢s preocupado que entonces por la falta de soluciones que se est¨¢n dando a los problemas de Catalu?a. El d¨ªa en que perdi¨® su sill¨®n en el palacio de la Generalitat fue con unos amigos a su bar favorito, El Mundial, situado en el casco antiguo de la ciudad, uno de esos locales que eran casi desconocidos hasta que Luis Carandell los inmortaliz¨® en su Gada secreta y los ha puesto imposibles los s¨¢bados y domingos. All¨ª, entre marisco fresco, cambi¨® el mal trago pol¨ªtico por una cerveza de presi¨®n y pudo fumarse un cigarro puro de Canarias, con vitola dedicada, que le supo a gloria. Lejanos ya aquellos d¨ªas, el jefe de la oposici¨®n socialista en el Parlamento catal¨¢n est¨¢ calentando motores para la inminente campa?a pol¨ªtica catalana, que, a su juicio llega en un momento en que hace falta "un importante movimiento de progreso que acerque la raz¨®n de ser del catalanismo a las clases populares, como el marco donde todas las reivindicaciones son leg¨ªtimas, donde los ciudadanos son m¨¢s libres y donde la desigualdad entre los hombres acorta d¨ªa a d¨ªa sus extremos".

Amante de la gastronom¨ªa, con una mano inigualable para conseguir el punto en el platillo del calamar encebollado, considera que Pujol se ha equivocado de receta en el men¨² auton¨®mico. "?Qui¨¦n puede negar que el catalanismo oficial de estos ¨²ltimos a?os se ha basado en algo m¨¢s que en la sistem¨¢tica desautorizaci¨®n del contrario, el victimismo como norma pol¨ªtica y la autoexaltaci¨®n propia del m¨¢s desfasado estado de obras?".

Llu¨ªs Armet, a sus 38 a?os, se configura como uno de los barones mejor situados del socialismo catal¨¢n. Self made man, tuvo que trabajar duro desde los 14 a?os, cuando empez¨® de auxiliar de segunda en una compa?¨ªa aseguradora, donde recorri¨® todo el escalaf¨®n (auxiliar de primera, oficial de segunda, oficial de primera) mientras cursaba estudios de profesor mercantil y se licenciaba en Econ¨®micas. Despu¨¦s entr¨® en el Servicio de Estudios de Banca Catalana.

Entre sus peque?as neurosis est¨¢ la de cambiar constantemente los cuadros y acuarelas de una pared a otra de la casa. La litograf¨ªa de T¨¤pies ahora est¨¢ en el sal¨®n, pero ma?ana puede estar en el recibidor. Quienes le conocen aseguran que es una man¨ªa poco preocupante.