Los trabajadores de AHM piden a Felipe Gonz¨¢lez que convenza a Solchaga para que no desmantele la siderurgia

Alrededor de 4.000 saguntinos, blandiendo y golpeando paelleras, cacerolas y otros utensilios dom¨¦sticos, se manifestaron ayer ante el palacio de la Moncloa en apoyo de una delegaci¨®n municipal que se entrevist¨® con el presidente del Gobierno durante una hora aproximadamente, en un intento contra reloj para evitar el desmantelamiento de las instalaciones de cabecera en Altos Hornos del Mediterr¨¢neo (AHM). En una carta entregada a Felipe Gonz¨¢lez, los trabajadores pidieron al presidente que persuada "a su ministro Solchaga para que desista de su intenci¨®n, de tal manera que se imponga el criterio m¨¢s racional". Mientras tanto, una huelga general paralizaba el pueblo de Sagunto y se reun¨ªa en el Ministerio de Industria la comisi¨®n de la siderurgia integral.

Un ensordecedor estruendo se extend¨ªa por el descampado situado frente a la Presidencia del Gobierno, llegando a asustar a los caballos del numeroso contingente de Polic¨ªa Nacional all¨ª concentrado, mientras la representaci¨®n municipal, formada por el alcalde socialista, Jos¨¦ Garc¨ªa Felipe, y seis concejales (tres del PSOE, uno de AP, otro del PCE y otro independiente de izquierdas), entregaba a Felipe Gonz¨¢lez el informe de los t¨¦cnicos de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo, que defiende la construcci¨®n de un nuevo tren de bandas en caliente (TBC).El encuentro entre el presidente y los representantes saguntinos fue "distendido", pero concluy¨® sin compromisos concretos sobre el futuro de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo, seg¨²n el alcalde de Sagunto, quien se?al¨® que se hab¨ªa "conseguido concienciar al presidente de que los planes de la Administraci¨®n no son los correctos y de que resultan m¨¢s viables los realizados por nuestros t¨¦cnicos". "Eso", dijo, "le ha preocupado enormemente".

Seg¨²n el alcalde, Jos¨¦ Garc¨ªa Felipe, el presidente del Gobierno prometi¨® llamar ayer mismo al ministro de Industria, Carlos Solchaga, para estudiar conjuntamente la alternativa de los t¨¦cnicos de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo. El presidente pidi¨® tambi¨¦n, siempre seg¨²n el alcalde saguntino, los nombres de varios de estos t¨¦cnicos con objeto de convocarles, y le fueron suministradas las se?as de cinco de ellos.

Fuentes de la Moncloa y del Ministerio de Industria informaron, sin embargo, que no estaba prevista para ayer ninguna reuni¨®n entre Felipe Gonz¨¢lez y Carlos Solchaga, aunque ambos hab¨ªan conversado telef¨®nicamente. Solchaga estaba reunido ayer en comisi¨®n delegada con el resto de los ministros econ¨®micos para estudiar el plan cuatrienal.

Descontento saguntino

El alcalde de Sagunto manifest¨® que Felipe Gonz¨¢lez hab¨ªa demostrado conocer el tema de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo y minutos m¨¢s tarde se?al¨® que al presidente "le hab¨ªa llamado la atenci¨®n" el que algunas personas "quisieran vender la burra" del desmantelamiento de la cabecera de Sagunto. Esta ¨²ltima afirmaci¨®n fue contestada con gritos de protesta. "?Que vea la tele!", gritaban los manifestantes.

La representaci¨®n municipal entreg¨® a Gonz¨¢lez una carta de los trabajadores de los altos hornos, pidi¨¦ndole que intercediera "persuadiendo al ministro Solchaga para que desista de su intenci¨®n".

La carta se?ala que la decisi¨®n de desmantelar la cabecera de Sagunto no responde a razones econ¨®micas y t¨¦cnicas, sino a "presiones pol¨ªticas emanadas en ¨²ltima instancia del gran capital europeo e internacional". "Nos resistimos a ser usados como carne de ca?¨®n", dice el mensaje de los saguntinos, que hab¨ªan llegado a media ma?ana a Madrid en unos 80 autobuses.

La consigna de mayor tama?o, desplegada por los manifestantes ante la Moncloa estaba firmada por CC OO, UGT, y CNT-AIT de Sagunto y, sobre un fondo rojo, rezaba: "TBC a Sagunto, ?ya!". "No volem un ninot de president" ("no queremos un mu?eco de presidente), "Solchaga, ladr¨®n, reparte la producci¨®n", "Isidoro, nos hab¨¦is salido rana" e "Isidoro, no seas Anibal" eran otros de los lemas exhibidos, que se combinaban con gritos como "Felipe, Guerra, el cambio es una mierda".

Por su parte, en la reuni¨®n de ayer de la comisi¨®n de seguimiento de la siderurgia integral qued¨® una vez m¨¢s de manifiesto que s¨®lo existe acuerdo sobre la remodelaci¨®n y ampliaci¨®n de los dos TBC existentes. La soluci¨®n propuesta por UGT, y asumida por la Administraci¨®n, de decidir ahora la instalaci¨®n de un nuevo TBC cuya construcci¨®n se iniciar¨ªa en 1987 si la demanda es positiva, no fue asumida por CC OO, que defiende que la instalaci¨®n ha de iniciarse en 1985, pues 1986 es a?o de elecciones.

Aunque la decisi¨®n de remodelar los dos TBC existentes en Ansio (Vizcaya) y Avil¨¦s es firme, a¨²n quedan dudas sobre el alcance de la ampliaci¨®n de su capacidad actual. El representante de la Administraci¨®n y director de Industrias Siderometal¨²rgicas y Navales, Eduardo Santos, se?al¨® que fijar una fecha para la instalaci¨®n de: un nuevo TBC "es hacer oposiciones a un nuevo incumplimiento del acuerdo".

Jos¨¦ Luis Corcuera, secretario de acci¨®n sindical de UGT, propuso una soluci¨®n intermedia, y que consiste en decidir la construcci¨®n del TBC ahora, e iniciarla en 1986 o 1987, si la evoluci¨®n de la demanda sigue las previsiones optimistas.

Sin embargo, Juan Ignacio Mar¨ªn, secretario general de la federaci¨®n del metal de CC OO, expuso que esta soluci¨®n no es v¨¢lida, pues se tratar¨ªa de un acuerdo a tres a?os, en el que el cumplimiento de los compromisos quedar¨ªa aplazado a flechas posteriores.

De todas formas, Corcuera se?al¨®, al expresar su propuesta, que se trata de un intento de desbloqueo de la situaci¨®n para poder pasar a negociar el "verdadero nudo gordiano" de la siderurgia integral espa?ola: las instalaciones de cabecera.

Para la planta de Segunto ofreci¨® dos soluciones. O bien se decide concederle una cuota de dos millones de toneladas anuales de acero, en cuyo caso es necesario instalar una nueva acer¨ªa, "pues la existente, por obsoleta, se cierra por s¨ª sola, o si se decide que AHM no tenga cuota de producci¨®n, es necesaria una soluci¨®n industrial alternativa, que el Gobierno debe poner sobre la mesa para su negociaci¨®n".