Concierto barroco
Me piden urgentemente folio y me dio sobre la libertad de expresi¨®n -?qui¨¦n necesita expresarse tan urgentemente?-, los peri¨®dicos mandan sus talones como gr¨ªmpolas retrasadas o gallardetes de junio/julio, el montevideano Rub¨¦n Laza me escribe como echando el mensaje en una botella al mar, otros quieren ensayo -urgente, please- sobre "El aburrimiento y sus remedios", de modo que, en la gran ola del paro, hay quien se aburre. El ocio no es lo contrario del paro, sino s¨®lo el rev¨¦s del dinero. Era cuando los ni?os saharahuis aparec¨ªan de nuevo en el verano de Barajas, en el campo de Madrid, como la dulc¨ªsima langosta de nuestras cosechas a¨²n no socializadas, ni?os, ni?as con el pelo restregado contra los cielos del avi¨®n, ojos negramente alegres, alegremente tristes, dientes entre lechales y carn¨ªvoros, y esas tuniquitas que les ponen a todos, los angelitos negros" de mi amigo Mach¨ªn, que ya se fue, pintor que pintas iglesias, ¨¢ngeles de un ba rroquismo mulato para el Concierto barroco de Alejo Carpentier, tambi¨¦n amigo ilustre, tambi¨¦n ido, novela suya que he vuelto a comprar, la compro siempre que reaparece, porque me la cont¨® en Par¨ªs, calle de la Faisanderie, cer ca de la Estrella, embajada de Cuba, cuando la estaba escribien do, y recuerdo la gozada de Aquilino Duque cuando se lo dije en Roma, plaza del Popolo: "Concierto barroco, por Alejo Carpentier; eso ya tiene que ser el recochineo". S¨ª, algo as¨ª como la protoporcelana de los chinos a la porcelana, llegaron a las 15.20 h. de la tarde los angelitos negros de Carpentier/ Mach¨ªn.Iban de vuelo hacia el Sur los polisaritos, y era cuando los j¨®venes ingenieros presentaban su revista, Cauce 2000, como el otro d¨ªa los j¨®venes empresarios, que Juli¨¢n Rodr¨ªguez Vaciero, toc¨®logo, me escribe contra la gremializaci¨®n de las profesiones liberales, y la mejor defensa contra eso est¨¢ en los nuevos profesionales, que quieren ser, que son ya Europa, que no quieren para si, como sus padres, cuarenta a?os/siglos de autarqu¨ªa y eras imaginarias, como dec¨ªa el otro cubano barroco, Lezama Lima.
Pero all¨¢ por Maldonado, barrio de Salamanca, las antiaborto levantaban altares, y por Concha Espina ven¨ªa una manifestaci¨®n de lo mismo, cortando el tr¨¢fico, y los vietnamitas, que no se sabe qu¨¦ hacen en Madrid, se cuelan seis en un taxi, aprovechando que son muy menudos, y en el cine/aire libre del Olimpia se com¨ªan bocatas y botes frescos mientras echaban Johnny Guitart, con la perdida Joan Crawford, aquellas piernas, y sonaba una de las m¨²sicas que le pusieron letra a nuestra ?letrada adolescencia.
Hasta reviv¨ªa Jorge Llopis, en Progreso, que es por donde reviven los madrile?os, con uno de sus espect¨¢culos, y recuerdo a Llopis, en los setenta, de falso joven premuerto, con la melena larga y una mariconera al hombro, y otro angelito negro, mister Todinan, embajador USA que ha sido entre nosotros, me invita a su despedida, que es una fiesta por la Independencia. Concierto barroco o rebeli¨®n de las masas, del otro. lado ven¨ªan 4.000 madrile?os contra las centrales nucleares, como un Ortega eucar¨ªstico, repartido en calles, y los mec¨¢nicos de Boyer desmonopolizaban lentamente la Campsa, como se desmonta el motor del Rolls de Otero Besteiro, que yo lo he visto, el PSOE iniciaba su campa?a anti/OTAN, los falangistas urd¨ªan otro golpe, algunos concejales AP segu¨ªan estafando, era un ir y venir de funcionarios, en el caso Urquijo empezaban con los alguaciles alguacilados, eterno entrem¨¦s de Espa?a, y as¨ª.
A la se?ora de Meir¨¢s le suben 768 pesetas la pensi¨®n por el empleo que tuvo Franco en su autooficina de, ser Franco, Carmen Platero debutar¨¢ en la revista, con Marujita D¨ªaz siempre se lo dije, "Carmen, Carmen, t¨² en una pasarela te los comes", el verano siempre es un poco socialista, un poco obrero y muy espa?ol.
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