Conservar las zonas verdes

He le¨ªdo la carta de Mar¨ªa Gloria G¨®mez Marco en su peri¨®dico del pasado d¨ªa 17 y quisiera contestar a la misma.Comprendo su sobresalto y comprendo, aunque no comparto, su indignaci¨®n por lo sucedido.

Yo no voy a entrar en materia sobre si su postura es o no correcta; simplemente quisiera hacerle algunas observaciones, por supuesto desde mi punto de vista, que quiz¨¢ usted no comparta.

Madrid es una capital cuyo clima es excesivamente seco y caluroso durante los meses de vereno, y si a ello a?adimos la pertinaz sequ¨ªa que venimos padeciendo en estos ¨²ltimos a?os, el problema se agrava.

Todos los a?os los ayuntamientos gastan millones de pesetas en el ajardinado de nuestras ciudades. Millones que nosotros pagamos, o al menos contribuimos, cuando efectuamos el pago de los tan criticados impuestos municipales. Y yo, perd¨®n por repetir tanto mi propia persona, como contribuyente, me desespero al ver c¨®mo tanto personas adultas como niflos y perros invaden y devastan nuestros jardines.

Seamos comprensivos y colaboremos al buen mantenimiento de nuestras ciudades, ya que las zonas verdes no solamente sirven para decorar, sino que cumplen una important¨ªsima tarea de filtro y aumentan la humedad del ambiente. Y dado que dichas zonas no crecen por generaci¨®n espont¨¢nea, hay que hacer todo lo posible para conseguir su mantenimiento, aunque ello suponga sacrificar nuestros deseos de invasi¨®n. El d¨ªa que nos falten estas zonas verdes, estaremos perdidos. /