R¨¦plica a Gonz¨¢lez Ure?a

El profesor Gonz¨¢lez Ure?a, en carta a EL PAIS del 1 de julio de 1983, manipula descaradamente, jugando con medias verdades, una supuesta campa?a mezquina e interesada de "diversos grupos de catedr¨¢ticos de Universidad" contra "la integraci¨®n de los actuales profesores agregados de Universidad en el cuerpo de catedr¨¢ticos". La afirmaci¨®n, dicha as¨ª, es absolutamente mendaz. Ni un solo catedr¨¢tico de Universidad se opone a la integraci¨®n de los agregados en el cuerpo de catedr¨¢ticos. A lo que se oponen muchos es a que se les integre "en la misma plaza que ocupan como agregados", pequ¨¦?o detalle que se le olvida al profesor Gonz¨¢lez. Y esa oposici¨®n no es m¨¢s que la defensa de unos derechos elementales. Campa?a interesada, dice. Son los agregados los que defienden con u?as y dientes puros intereses, mientras que los catedr¨¢ticos defienden derechos, que son lesionados y atropellados sin contemplaciones. El profesor Gonz¨¢lez, erigi¨¦ndose en defensor del equipo ministerial (es l¨®gico: el que no es agradecido no es bien nacido), rechaza las imputaciones que desde diversos medios se han hecho a tres altos cargos socialistas que, casualmente, son agregados en la universidad de Madrid, y se extra?a de que nadie se meta con otros agregados de otros partidos a los que beneficia igualmente la desdichada transitoria sexta de la LRU. A m¨ª lo que me extra?a es que a ¨¦l le extra?e.

Cualquiera que no sea un agregado agradecido ve con claridad que son esos agregados altos cargos, y no los de otros partidos, los que han tenido ocasi¨®n de influir (yo no digo en absoluto que lo hayan hecho) en la redacci¨®n de dicha transitoria. /