El abuso de medicinas

La codicia y la ignorancia son con frecuencia manifiestas en la fabricaci¨®n y consumo de las medicinas. El abuso de los medicamentos por parte del p¨²blico y por parte de los m¨¦dicos parece evidente. Este abuso debe ser controlado y se puede hacer, a m¨ª juicio, de dos maneras: mediante campa?as educativas prolongadas y en gran escala o, de forma inmediata, a trav¨¦s de una normativa legal. Sin entrar ahora en un an¨¢lisis costo / beneficio, a t¨ªtulo informativo, merece la pena dar unos datos referidos al ¨²ltimo a?o: se gastaron 150.000 millones de pesetas en medicinas; se hicieron 450 millones de recetas; hab¨ªa registrados cerca de 15.000 preparados, de los cuales m¨¢s de 10.000 son poco ¨²tiles (el 10% de estos productos correspondi¨® al 70% de los facturados por la Seguridad Social). Espa?a ocupa el s¨¦ptimo lugar en el consumo de medicinas por habitante y, por poner un solo ejemplo, el espa?ol gasta el doble en medicinas que el ingl¨¦s. Es claro que hay que empezar de alg¨²n modo para frenar esta situaci¨®n que es mala para todos. El Gobierno debe atender al control del abuso de las medicinas teniendo en cuenta que debe respetar la libertad del m¨¦dico para prescribir aquello que m¨¢s beneficie al enfermo, el buen hacer de la industria farmac¨¦utica y no interferir en la libertad de unos por al abuso de otros. El m¨¦dico es responsable de sus diagn¨®sticos y de sus decisiones terap¨¦uticas, para lo cual precisa de independencia profesional, sin reparar en las intensas presiones comerciales a que est¨¢ sometido. La independencia debe considerarse no como un privilegio del m¨¦dico, sino como un derecho del paciente, pero bien entendido que no puede ampliarse para acceder a demandas absurdas e irracionales. Los gastos de los Gobiernos y de las personas en medicamentos que no sirven para nada o son de dudosa eficacia son cuantiosos: del 10% de los gastos de farmacia en los pa¨ªses desarrollados hasta el 40% en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Hay que aplicar criterios con rectitud, buscando medicamentos eficaces y m¨¢s baratos, y conseguir un menor desperdicio de medicamentos. La experiencia ambulatoria ense?a que uno de cada tres medicamentos recetados se pierde porque no se utiliza o no se hace con arreglo a la prescripci¨®n. / M¨¦dico especialista en Medicina Interna.