Julian Jacobson
Uno de los primeros extranjeros instalados en la Costa del Sol ha conseguido su sue?o de vivir sin trabajar
Podr¨ªa haber hecho mucho dinero con su negocio, desafortunadamente poco corriente en Espa?a: vender libros usados. Sin embargo, su objetivo no era ganar dinero, sino satisfacer un viejo sue?o, el de vivir sin trabajar. Su proverbial austeridad se lo ha permitido, aun manteniendo, seg¨²n declara orgulloso, los mismos precios que en 1966. En estos 17 a?os se ha convertido en una aut¨¦ntica instituci¨®n en la costa malague?a. Es el librero de la Costa del Sol.
Frente al Mercado Municipal de Fuengirola se halla la librer¨ªa Julian's, en la que el veraneante espa?ol o extranjero puede encontrar incluso tres libros por 25 pesetas, y nada menos que en 11 idiomas. Una buena parte son novelas de misterio, pero el visitante avispado puede encontrar verdaderas joyas a precios de risa. Parad¨®jicamente, a menudo los libros m¨¢s baratos son los m¨¢s interesantes, pues la mayor¨ªa de los veraneantes, principalmente ingleses, buscan novelas baratas para matar el tiempo.El propietario de la librer¨ªa, Julian Jacobson, es un neoyorquino de 62 a?os que durante un cuarto de siglo ejerci¨® el periodismo en Estados Unidos y en Par¨ªs, donde form¨® parte de la redacci¨®n del Herald Tribune y del New York Times. Jugador empedernido, el dinero que ganaba acababa siempre en las mesas de Montecarlo, en sus escapadas de fin de semana. En 1957, tras una racha de juego desastrosa, se vio obligado a aceptar una invitaci¨®n de un colega periodista que, tras retirarse, hab¨ªa abierto una pensi¨®n en Mallorca, y pas¨® all¨ª varias semanas de gorra. En Mallorca hizo un verdadero descubrimiento: una se?ora inglesa hab¨ªa abierto una biblioteca ambulante para suministrar lectura pasajera a los angloparlantes que resid¨ªan o pasaban por la isla. "Eso s¨ª que es un modo de vivir", pens¨® Julian.
El sitio adecuado
Finalmente, a principios de los sesenta, logr¨® dejar el juego y ahorrar algunos d¨®lares, con los que recorri¨® la Costa del Sol en busca del emplazamiento m¨¢s adecuado; esto es, aquel en el que se congregara un mayor n¨²mero de angloparlantes. En diciembre de 1965 se hab¨ªa decidido por Fuengirola. Se trajo de Londres 1.200 libros, adquiridos en un saldo, e instal¨® su biblioteca, logrando pronto un reducido n¨²mero de suscriptores que le permitieron sobrevivir, no sin alguna dificultad, durante algunos a?os. Un d¨ªa, un amigo americano le llev¨® un caj¨®n con 70 libros para vender, ofreci¨¦ndole la mitad de lo que sacara por ellos. As¨ª empez¨® el negocio, que ahora sobrevive, no sin antes lograr que los socios de la biblioteca ambulante se dieran de baja. En la actualidad, Julian tiene a la venta m¨¢s de 10.000 vol¨²menes.Pese a lo reducido del margen de beneficio obtenido en cada libro, Julian se las ha arreglado para sacar lo suficiente para vivir, e incluso un poco m¨¢s. Y cuando la librer¨ªa empez¨® a dar m¨¢s de lo que ¨¦l necesitaba, no lo dud¨® un segundo; busc¨® una persona que permaneciera al pie del ca?¨®n de lunes a viernes, a cambio de la mitad de los beneficios, y ¨¦l se march¨® a su chalet alquilado, a disfrutar de las maravillosas vistas, de su excelente biblioteca privada y del sol.
Pero Julian no s¨®lo es famoso por poseer la librer¨ªa. Su peculiar car¨¢cter, su inter¨¦s por Espa?a, sus excelentes relaciones con la comunidad andaluza son bien conocidos y apreciados en la Costa del Sol. A quien le conozca por primera vez le parecer¨¢ hosco. Y es que Julian desprecia abiertamente a la mayor¨ªa de sus clientes, devoradores de Agatha Christie, Harold Robbins o Alistair McLean, y ni siquiera se digna mirarles a la cara. Sin embargo, cuando el cliente ha elegido libros de los de verdad, no ser¨¢ extra?o que Julian levante la vista y le pregunte: "?Se quedar¨¢ mucho tiempo por aqu¨ª?"
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