Un ayuntamiento belga ofrece su territorio para los euromisiles
En un gesto simb¨®lico y en contra de un movimiento antinuclear que se extiende por varios ayuntamientos belgas, uno de ellos ha adoptado una moci¨®n en la que ofrece su territorio para la instalaci¨®n de los euromisiles que le corresponden a B¨¦lgica.Por otra parte, el episcopado belga ha publicado un documento sobre la Iglesia y las armas nucleares, en el que quiz¨¢ la ¨²nica novedad sea la calificaci¨®n de estas armas "como un robo y una injusticia para los pa¨ªses pobres" y que pide un mayor papel de las naciones peque?as en la confrontaci¨®n entre las superpotencias "para relanzar el di¨¢logo y ampliar las condiciones previas".
El ayuntamiento en cuesti¨®n, en el cual no tiene representaci¨®n el partido socialista, es el de Vresse-Sur-Semois, pr¨®ximo a Luxemburgo.
El territorio alberga un dep¨®sito de armas de la OTAN que supone 160 puestos de trabajo para la poblaci¨®n local, pero que, seg¨²n todos los indicios (ni confirmados ni desmentidos), va a ser desmantelado. Por estas razones, la junta del ayuntamiento de Vresse-Sur-Semois ha asegurado que el dep¨®sito de armas ofrece una infraestructura nada despreciable y ha votado una resoluci¨®n en la que se ofrece para aceptar en su seno a los euromisiles.
El Gobierno, sin embargo, ha elegido oficiosamente otra localidad: Florennes. La decisi¨®n de Vresse-Sur-Semois viene a frenar el movilismo de los ayuntamientos que, sin ning¨²n efecto real, se han ido declarando zonas desnuclearizadas.
La declaraci¨®n de los obispos cat¨®licos belgas, titulada Desarmar para construirla paz, es mucho m¨¢s moderada que la de sus hom¨®logos estadounidenses, aunque sigue el camino emprendido por ¨¦stos.
La inmoralidad de las armas
Es un texto corto en el que los obispos belgas establecen dos posiciones fundamentales: la necesidad de la defensa leg¨ªtima y la inmoralidad de las armas nucleares, que en realidad no sirven para alcanzar la paz.La originalidad de la declaraci¨®n de los obispos belgas reside en que, por vez primera, sit¨²an el debate en un contexto Norte-Sur, al criticar indirectamente las ventas de armas modernas de los pa¨ªses desarrollados al Tercer Mundo, donde algunas naciones "siguen masacr¨¢ndose" entre ellas. Los obispos belgas invitan a un di¨¢logo generalizado, especialmente en los medios de comunicaci¨®n.
El cardenal Danneels, en una nota oral, sugiri¨® la creaci¨®n de un instituto internacional de di¨¢logo y se?al¨® asimismo que "puede ser eventualmente leg¨ªtimo el armarse con la condici¨®n expresa de preparar el desarme". Los obispos belgas quieren el desarme, pero no se atreven a dar un paso verdaderamente radical.
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