El error de Estados Unidos en Centroam¨¦rica

Las peque?as guerras en Centroam¨¦rica evolucionan con rapidez hacia una conflagraci¨®n de mayores proporciones... y la Administraci¨®n norteamericana, con cada una de las acciones que lleva a cabo, parece dispuesta a a?adir m¨¢s le?a al fuego. La decisi¨®n adoptada esta semana de enviar una flota naval a lo largo de la costa del Pac¨ªfico desde California para patrullar las aguas no jurisdiccionales de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, junto con el plan anterior de crear una gran base militar en Puerto Castilla, en aguas atl¨¢nticas, es una se?al amenazadora m¨¢s de que EE UU sigue jugando con soluciones militares apocal¨ªpticas. El mes pr¨®ximo, grandes contingentes de tropas norteamericanas llegar¨¢n a Honduras para realizar maniobras perversamente descritas como rutinarias. ( ... )Ahora la Administraci¨®n norteamericana parece dispuesta a cometer el mismo error fatal. En Washington se ha decretado que el r¨¦gimen sandinista de Nicaragua no podr¨¢ sobrevivir. A tal fin se han creado y subvencionado ej¨¦rcitos mercenarios, se han falseado prioridades de car¨¢cter global, se ha ignorado a amigos y aliados, se ha intimidado a mexicanos y venezolanos, se ha forzado a la Internacional Socialista a dar su conformidad. Se hacen intentos para captar a la reacia opini¨®n norteamericana. Se ha metido a Henry Kissinger en la refriega, para utilizar el deslucido lustre de su nombre en apoyo de la pol¨ªtica de la Administraci¨®n. ( ... )

Por toda Am¨¦rica Latina, desde Colombia hasta Chile, las mismas horribles condiciones que llevan a la gente a rebelarse en El Salvador o Guatemala pueden encontrarse en mayor o menor medida. El reto para EE UU, el reto que deber¨ªa examinar (pero que no lo har¨¢n) la comisi¨®n de Kissinger sobre Centroam¨¦rica, no viene planteado por la subversi¨®n cubana o sovi¨¦tica. Es una pregunta que tiene su respuesta en los mismos EE UU. ?C¨®mo puede aprender a vivir en paz en su propio hemisferio con unos pueblos que empiezan a advertir que su condici¨®n de oprimidos -por la que EE UU tiene una cierta responsabilidad hist¨®rica y actual- no es algo eternamente inmutable? EE UU puede adaptarse al cambio o tratar de oponerse a ¨¦l. Pero lo que no puede, ni siquiera con los marines, es impedirlo.

, 21 de julio