Per¨² respetar¨¢ la prohibici¨®n de cazar ballenas a partir de 1986
El Congreso de la Comisi¨®n Internacional Ballenera, que se celebra en Brighton, finaliz¨® el s¨¢bado con una sorpresa: Per¨² anunci¨® que respetar¨¢ el acuerdo adoptado el a?o pasado y que dejar¨¢ de cazar ballenas a partir de enero de 1986. Per¨² era uno de los cuatro pa¨ªses, junto con Jap¨®n, Noruega y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que se hab¨ªa negado a aceptar la moratoria de dos a?os aprobada por el organismo internacional, pero la rep¨²blica suramericana no ha podido resistir las presiones de Estados Unidos, firme partidario de la moratoria en favor de las ballenas.
Estados Unidos ha amenazado a Jap¨®n con sanciones econ¨®micas si no respeta la prohibici¨®n de cazar ballenas a partir de 1986.La comisi¨®n acord¨® reducir algunas de las cuotas autorizadas inicialmente para ciertos pa¨ªses, pese a las presiones de Jap¨®n y de Noruega que quer¨ªan ver aumentados sus cupos. En el caso de Espa?a, se mantiene la cifra que le fue atribuida.El organismo internacional no acept¨® tampoco las presiones para mantener las cuotas de caza atribuidas a las comunidades esquimales de Alaska, que capturan un tipo de ballena, la ballena franca, especialmente amenazada de extinci¨®n. En lugar de los 65 ejemplares que pudieron cazar en 1981-83, tendr¨¢n que limitarse ahora a 43 ejemplares, hasta 1986. El comit¨¦ de infracciones decidi¨® llamar la atenci¨®n a Chile, pa¨ªs que ha cazado el ¨²ltimo a?o muchas m¨¢s ballenas de las autorizadas.
Prohibici¨®n desde 1986 a 1990
La Comisi¨®n Internacional Ballenera, integrada por cuarenta pa¨ªses, entre ellos Espa?a, aprob¨® el a?o pasado una moci¨®n por la que se proh¨ªbe cazar ballenas con fines comerciales entre 1986 y 1990. Desde este a?o y hasta 1986 se fijaron una serie de cuotas para los pa¨ªses que tradicionalmente capturan cet¨¢ceos, Espa?a incluida. Cuatro naciones, Jap¨®n, Uni¨®n Sovi¨¦tica, Noruega y Per¨², se negaron entonces a suscribir el acuerdo de moratoria y, dado que las resoluciones de la comisi¨®n no tienen fuerza conminatoria, la ¨²nica posibilidad de obligarles a respetar el acuerdo y evitar la caza de estos mam¨ªferos mar? nos, en peligro de extinci¨®n, es que Estados Unidos ejerza una presi¨®n econ¨®mica efectiva. Al parecer, la delegaci¨®n norteamericana en Brighton cuenta con el apoyo personal de Ronald Reagan.El portavoz de la delegaci¨®n estadounidense, Robert Macmanus, insinu¨® que su Gobierno estaba estudiando la pr¨®rroga de las facilidades pesqueras que concede en sus aguas territoriales a Jap¨®n, pero que "obviamente" Washington esperaba que Tokio anunciara su intenci¨®n de respetar el acuerdo internacional.
Jap¨®n es el mayor cazador de ballenas del mundo, responsable de la muerte de la mayor parte de los 14.000 cet¨¢ceos que fueron capturados en 1982. Sometido a grandes presiones, el portavoz del Gobierno japon¨¦s afirm¨® en esta reuni¨®n que si los movimientos anticaza de ballenas " m¨¢s emotivos que cient¨ªficos" contin¨²an imponiendo sus criterios, Tokio pod¨ªa darse de baja en la comisi¨®n.
En el caso de Noruega, que no pesca casi en aguas estadounidenses, la presi¨®n podr¨ªa ejercerse a trav¨¦s de las importaciones de productos pesqueros.
Las ballenas de Alaska
La posici¨®n de fuerza de Estados Unidos ten¨ªa, sin embargo, un fallo importante: Washington defend¨ªa el derecho de los esquimales de Alaska a cazar, para su propio consumo, un tipo de ballenas que est¨¢ en especial peligro de extinci¨®n, la ballena franca. M¨¦xico propuso ayer, que la prohibici¨®n de caza se extienda tambi¨¦n a este tipo de cet¨¢ceos, de los que s¨®lo existen en el mundo 2.200 ejemplares, seg¨²n los ¨²ltimos estudios cient¨ªficos. La discusi¨®n ha resuelto bajar el cupo de las capturas.En los primeros d¨ªas de trabajo, la comisi¨®n internacional se ha dedicado al examen de las infracciones cometidas por los pa¨ªses firmantes del acuerdo. El caso m¨¢s evidente es el de Chile que, adem¨¢s de cazar diez ejemplares de un tipo de ballena que se encuentra protegido, ha exportado a Jap¨®n productos de ballena equivalentes a m¨¢s de cien ejemplares, muy por encima de su cuota legal.
Los representantes del Gobierno de Madrid se muestran dispuestos a respetar la moratoria y a conformarse con la cuota que les fue concedida: 270 ballenas a cazar entre 1983 y 1986. Los sindicatos, Comisiones Marineiras y la empresa gallega dedicada a la comercializaci¨®n de productos de cet¨¢ceos afirman que si durante los cuatro a?os de la moratoria se proh¨ªbe por completo la caza de ballenas, la empresa se ver¨¢ obligada a cerrar de forma definitiva, porque es impensable que reabra sus puertas en 1990. Propone que durante la moratoria se mantengan algunas cuotas de caza, que mantengan los puestos de trabajo.
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