El mercado de trabajo durante la crisis
En la econom¨ªa espa?ola, la rigidez del mercado de trabajo reviste una especial gravedad y, en consecuencia, constituye un objetivo obligado de las reformas institucionales necesarias para el ajuste de la econom¨ªa espa?ola y la superaci¨®n de la crisis. En un trabajo realizado en el Servicio de Estudios del Banco de Espa?a, y publicado en parte en el n¨²mero 15 de Papeles de Econom¨ªa ("El impacto del cambio institucional en el mercado de trabajo durante la crisis"), se analiza el contenido de dicha rigidez, as¨ª como sus repercusiones durante la crisis. De los resultados alcanzados en esa investigaci¨®n se derivan algunas valoraciones de gran. inter¨¦s para la reforma de las instituciones de nuestro mercado de trabajo.Con anterioridad a 1975, la desvirtuaci¨®n de la negociaci¨®n colectiva, la ausencia de sindicatos libres y la existencia de importantes componentes variables o discrecionales dentro de la retribuci¨®n salarial dotaban al sistema de una considerable flexibilidad de salarios, tanto en el nivel como en su estructura, que actuaban con mecanismo de compensaci¨®n de las fuertes restricciones legales existentes para el ajuste del empleo a trav¨¦s de los despidos. As¨ª, el sistema institucional entonces vigente, basado en la carencia de principios democr¨¢ticos y en los mecanismos autoritarios que regulaban la fijaci¨®n de los salarios, ten¨ªa una indudable incidencia sobre la rentabilidad de la capacidad productiva instalada o sobre la rentabilidad esperada de la inversi¨®n, adapt¨¢ndose a las necesidades del crecimiento, econ¨®mico, aunque fuese mediante la acumulaci¨®n de gran n¨²mero de distorsiones e ineficiencias.
Un bajo nivel de salarios y una estructura salarial considerablemente flexibles, que permit¨ªa que las retribuciones salariales se fijasen a la medida de la ineficiencia de muchos sectores y empresas, permit¨ªa obtener ventajas comparativas en el comercio internacional a pesar del desfase de productividad de la econom¨ªa espa?ola.
Proceso de reformas
Con el cambio pol¨ªtico que se inicia en 1976 se abre un proceso de profundas modificaciones del marco institucional del mercado de trabajo con una orientaci¨®n liberal y democr¨¢tica. La aparici¨®n y progresiva implantaci¨®n de los sindicatos libres y el surgimiento de una negociaci¨®n colectiva con autonom¨ªa real de las partes supusieron el reforzamiento de los mecanismos de transmisi¨®n de las alzas salariales desde unas ramas de actividad hacia otras y la eliminaci¨®n de muchas de las posibilidades de discriminaci¨®n o diferenciaci¨®n salarial que exist¨ªan con anterioridad. Ambos procesos produjeron la p¨¦rdida de buena parte de la anterior flexibilidad salarial.
Con ello se reforzaron los procesos de elevaci¨®n de salarios, puestos en marcha a partir de 1973, y la estructura salarial se hizo m¨¢s homog¨¦nea y m¨¢s r¨ªgida. Por otra parte, aunque se introdujeron medidas orientadas a la flexibilizaci¨®n del empleo, ¨¦ste conserv¨® la mayor parte de la r¨ªgidez que ten¨ªa en la etapa anterior. De este modo el cambio institucional supuso la ruptura de un sistema de ajuste dotado de una flexibilidad salarial que compensaba, al menos parcialmente, la rigidez en el ajuste del empleo. Las transfonnaciones institucionales implicaron la p¨¦rdida de la flexibilidad salar¨ªal existente, sin que en contrapartida desapareciesen totalmente las barreras para el ajuste del empleo.
As¨ª, la herencia del pasado hist¨®rico m¨¢s reciente del mercado de trabajo y las peculiaridades del proceso de transici¨®n inst¨ªtucional han conducido a una situaci¨®n h¨ªbrida del sistema de ajuste del mercado de trabajo que no puede funcionar por su falta de coherencia interna y por la ausencia de orientaciones capaces de articular la libertad de acci¨®n y negociaci¨®n de los agentes con las exigencias de eficiencia en el funcionamiento del sistema econ¨®mico. Todo ello ha tenido efectos traum¨¢ticos sobre el comportamiento del mercado de trabajo, que se sumaron, con una contribuci¨®n espec¨ªfica, a los efectos de la crisis econ¨®mica. Por una parte, la crisis de las anteriores instituciones laborales y su lento recambio, con largos per¨ªodos de vac¨ªo jur¨ªdico por la no aplicaci¨®n de la legislaci¨®n vigente y por la demora en el establecimiento de las instituciones alternativas, produjeron la quiebra de los mecanismos espec¨ªficos de la econom¨ªa espa?ola en la etapa anterior de contenci¨®n del crecimiento de los salar¨ªos. Junto con ello, la orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica del per¨ªodo, fuertemente condicio?ada por la crisis del sistema pol¨ªtico anterior, y posteriormente, por las exigencias del equilibrio pol¨ªtico de la reforma, dieron lugar a una etapa de fuerte inflaci¨®n de salarios, que fue especialmente intensa durante el per¨ªodo 1974-1979. As¨ª, el impacto de la crisis internacional se va a encontrar en la econom¨ªa espa?ola no ya con una rigidez de los salarios reales, sino con un choque de oferta interior generado por el aumento de los salarios reales. El comportamiento de los salarios en esos a?os tiene graves repercusiones sobre el comportamiento de los costes del trabajo por unidad de producto sobre el n¨²cleo subyacente de la inflaci¨®n interior, sobre la demanda de trabajo y sobre el empleo, y sobre la compet¨ªtividad de los productos espa?oles en el exterior.
Desde los Pactos de la Moncloa, una pol¨ªtica de rentas permanente ha pretendido moderar el comportamiento de los salarios. Sin embargo, los defectos en su forma de instrumentaci¨®n han generado una respuesta de los salarios que puede considerarse como lenta e insuficiente.
Por otra parte, las restricciones al ajuste del empleo no han impedido la reducci¨®n del mismo. Por el contrario, han podido dar lugar a un ajuste m¨¢s costoso, al afectar negativamente al choque de capacidad productiva rentable, ya que en presencia de fuertes costes por reducci¨®n de plantilla el ajuste se produce parcialmente mediante una cierta destrucci¨®n de capacidad productiva rentable, y al incidir negativamente en la creaci¨®n de puestos de trabajo fijos, ya que el coste medio esperado del despido forma parte de los costes laborales que computan las empresas en sus decisiones de demanda de trabajo. Finalmente, la mayor rigidez de la estructura salarial, que se manifiesta en un crecimiento m¨¢s intenso de los salarios m¨¢s bajos, ha repercutido en un descenso de la demanda de trabajo en aquellas ocupaciones y ramas de actividad susceptibles de generar m¨¢s empleos, contribuyendo a agravar la insuficiente capacidad de generaci¨®n de empleo de la estructura productiva espa?ola.
Recuperar el empleo
Bajo estas coordenadas, la moderaci¨®n de los salarios contin¨²a siendo una pieza imprescindible para el saneamiento de la eccinom¨ªa y para alcanzar unas tasas de crecimiento que permitan superar la crisis y recuperar el empleo. Sin embargo, desde el punto de vista del mercado de trabajo, no es una condici¨®n suficiente. Para restablecer la rentabilidad de la econom¨ªa espa?ola sobre bases m¨¢s s¨®lidas de las que sustentaron el per¨ªodo de crecimiento o industrializaci¨®n anterior a la crisis es necesaria una modificaci¨®n del marco institucional y de las conductas de los ajustes del mercado.
Esta modificaci¨®n debe basarse en una concepci¨®n plenamente democr¨¢tica de las relaciones laborales y orientarse por el principio de una mayor flexibilidad en la pol¨ªtica salarial, en la estructura de salarios, en la negociaci¨®n colectiva y en las formas de contrataci¨®n laboral, de forma que sea posible alcanzar un sistema de ajuste del mercado de trabajo econ¨®micamente m¨¢s eficiente y socialmente menos costoso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.