'Que cada palo aguante su vela'
El jurado ha roto aguas, y lo ha hecho en el vientre del Partido Nacionalista Vasco (PNV), presentando una digna iniciativa legislativa autorizada por el art¨ªculo 87 de la Constituci¨®n y el 126 del Reglamento del Congreso.Cuando el pr¨®ximo mes de septiembre se reanude la actividad parlamentaria, veremos si el PSOE, usando o abusando -seg¨²n sea el caso- de su mayor¨ªa pol¨ªtica actual, se convierte en toc¨®logo o en abortero del indicado proyecto de ley del jurado, que tambi¨¦n es promesa prioritaria de su programa electoral...
Mientras tanto, nos permitimos reconfirmar la necesidad indeclinable de que el jurado que finalmente se configure y nazca sea el espa?ol puro (o s¨¦ase, aquel en que la culpabilidad o la inocencia se determina en el veredicto y s¨®lo por los ciudadanos, sin tutela ni supervisi¨®n de jueces profesionales); a diferencia del mixto o escabinato (f¨®rmula germ¨¢nica extendida a Francia en 1945 por el Gobierno de Vichy, durante la ocupaci¨®n, luego de 200 a?os de jurado puro), en que los magistrados entran con los ciudadanos en la sala de deliberaciones, formando un solo cuerpo deliberante, con la ilusa pretensi¨®n de ser funcionalmente iguales al pronunciarse conjuntamente sobre todos los aspectos de la sentencia.
Parte de las muchas flaquezas de nuestra administraci¨®n de justicia actual han quedado evidenciadas durante el enjuiciamiento del caso Urquijo: sustracci¨®n de piezas de convicci¨®n, contactos del tribunal con la prensa antes de la publicaci¨®n de la sentencia, continuas denegaciones de informaciones suplementarias y las ya cl¨¢sicas relaciones preferentes del t¨¢ndem tribunal-fiscal frente al abogado, testigos mendigando a las puertas de la sala y comunic¨¢ndose lo ya declarado, falta de ac¨²stica, dificultando los principios de oralidad y de publicidad, etc¨¦tera. Es claro que, por m¨¢s que se quiera, estos defectos no pueden ser atribuidos hoy al jurado, puesto que desde hace m¨¢s de 46 a?os fue suspendido, no existe...
Pero quiz¨¢ desde un punto de vista ilustrativo sobre el jurado sea mucho m¨¢s digno de atenci¨®n lo sucedido pocos metros m¨¢s all¨¢, en la Audiencia Nacional, con el enjuiciamiento de los asesinatos del bar San Bao, donde una fuga de informaci¨®n sobre el resultado condenatorio de la sentencia permiti¨® que los procesados, que gozaban de libertad provisional, pusieran pies en polvorosa, frustrando la encarcelaci¨®n y, por tanto, la efectividad de la decisi¨®n judicial. Tan reprobable y poco profesional conducta ha dado lugar a la apertura de una informaci¨®n (t¨¦rmino respetuoso equivalente a investigaci¨®n) por parte del presidente de la Audiencia Nacional sobre la posibilidad de que la autor¨ªa sea atribuible a alg¨²n magistrado.
Y nos preguntamos: de existir un escabinato, esto es, de haber estado reunidos jurados y magistrados, ?cabr¨ªa alguna duda -al menos como presunci¨®n inicial- de que el autor habr¨ªa sido un jurado? De ah¨ª precisamente -sobre todo a la vista de la leyenda negra que sobre el jurado pende- que resulte imperativa la separaci¨®n total de funciones, por el propio bien y rec¨ªproco prestigio de ciudadanos y magistrados, y para que, a fin de cuentas, sin confusi¨®n ni mezcla alguna, unos y otros asuman ¨ªntegramente las responsabilidades que les son propias, sin que nadie sirva de comod¨ªn. En una palabra, para que cada palo aguante su vela.
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