Adi¨®s a la 'l¨ªnea caliente' de RNE

Con acento vibrante, tristemente emocionado, Manolo Ferreras, una voz amiga, cercana, comunicaba la otra noche que otro espacio de libertad, uno de los pocos espacios verdaderos que se han ido consintiendo con temor y seguramente pesar en los medios de comunicaci¨®n oficiales en esta nueva etapa de la historia espa?ola, se cerraba, lo callaban.Se sigue probando sobre la marcha de las dificultades que a todo Gobierno inseguro, aunque con un lejano pie en el pueblo, le escuece hasta en el alma la expresi¨®n en libertad, aunque sea, por ejemplo, el juego, m¨²sica con letras ininteligibles o protestas radiadas por la l¨ªnea caliente. De ah¨ª que todo proyecto valiente, original, que enlace con la naturaleza m¨¢s aut¨¦ntica de las gentes, que comunique con corrientes sinceramente progresistas, choque con excusas de vieja demagogia patriotera, exigencias burocr¨¢ticas o normas de anquilosada moralidad.

Los poderes que se suceden administrando nuestras vidas est¨¢n lejos de querer terminar con represiones hist¨®ricas, modos autoritarios, est¨¢n lejos de querer avanzar hacia la felicidad colectiva, hacia el desarrollo del potencial creativo en libertad.

Por ello no pod¨ªan consentir ahora que en su Radio Nacional las gentes opinaran por muy chirriantes que puedan aparecer sus manifestaciones; los m¨¢rgenes son un riesgo y s¨®lo se abren si est¨¢n bajo control. /