Claudio S¨¢nchez Albornoz se encuentra a gusto en Espa?a, a pesar de las molestias que le produce su enfermedad
El historiador espa?ol Claudio S¨¢nchez Albornoz, de 90 a?os, descansa tranquilamente en la habitaci¨®n n¨²mero 5.502 del Hospital Cl¨ªnico de Madrid, se siente a gusto en Espa?a, pero ayer dijo, en unas declaraciones que obtuvo Radio EL PAIS, que est¨¢ hecho "una sant¨ª sima pu?eta". Conserva su buen humor, discute con la gente, bromm y se niega a irse del hospital. Ayer le visit¨® el ministro de Sanidad y Consumo, Enest Lluch, y ambos bromearon sobre la necesidad que hay de que la cama que ahora ocupa el ilustre enfermo quede libre pronto para otro paciente.
Las ventanas de la habitaci¨®n ense?an a Claudio S¨¢nchez Albornoz la universidad Complutense, pero ¨¦l ya no la reconoce: "Desde que se fue todo esto ha cambiado mucho", coment¨® uno de sus nietos, Claudio S¨¢nchez Albornoz, como el abuelo, que le cuida permanentemente, junto con Adoraci¨®n Taranc¨®n, una mujer de Soria que, durante los ¨²ltimos cinco a?os que pas¨¦ en Buenos Aires, le cuid¨®, cocin¨® e hizo de enfermera. Ahora no se separa ni un instante de ¨¦l.En unas declaraciones obtenidas ayer por Radio EL PAIS el historiador habl¨¦ de su vida pasada en Buenos Aires y con respecto a su situaci¨®n actual declaro escuetamente, pero con buen humor: "Estoy hecho una sant¨ªsima pu?eta". Su nieto, Claudio S¨¢nchez Albornoz, se?al¨® que los m¨¦dicos piensan que lo ¨²nico que tiene su abuelo "son 90 a?os".
El doctor Domingo Espin¨®s, que dirige el equipo m¨¦dico que atiende a S¨¢nchez Albornoz, declar¨® ayer que el estado del enfermo es satisfactorio. En su informe, el doctor Espinos explica que la ditalaci¨®n esof¨¢gica que le fue practicada anteayer al historiador ha sido perfectamente tolerada por el enfermo. Esa cura se le hac¨ªa de forma peri¨®dica en Buenos Aires. Ayer, S¨¢nchez Albornoz sigui¨® con su fisioterapia respiratoria y general que contribuye a paliar los efectos de la bronconeumon¨ªa que ha padecido.
S¨¢nchez Albornoz viaj¨® a Madrid desde Argentina cuando le convencieron los m¨¦dicos de Buenos Aires de que el clima de Espa?a le. ser¨ªa m¨¢s propicio para curarse de la bronconeumon¨ªa que le aquejaba. Ahora, en Madrid, los m¨¦dicos que le atienden tienen prohibido todo tipo de visitas "porque le impiden descansar"; le han aconsejado que duerma lo m¨¢s posible para que pueda recuperarse r¨¢pidamente. Por el momento han suprimido de su medicaci¨®n todo tipo de penicilina y s¨®lo le inyectan para controlar la funci¨®n de la vejiga.
Su disc¨ªpulo el catedr¨¢tico Luis Garc¨ªa de Valdeavellanos, que le ha visitado, ha comentado que "le encontr¨¦ muy bien; est¨¢ totalmente l¨²cido y muy bien de memoria, aunque est¨¢ delicado, sobre todo debido a su avanzada edad; yo le conoc¨ª antes de la II Rep¨²blica, pero no pudimos mantener una relaci¨®n muy estrecha porque ¨¦l se exili¨® muy lejos".
El ilustre enfermo vino a Madrid pensando que ten¨ªa billete de ?da y vuelta para volver a Argentina, "a la que tanto tiene que agradecer", y para arreglar sus papeles, sus art¨ªculos, ensayos, su talonario de cheques, "por el que tanto pregunta", y para terminar el libro que tiene inconcluso y que se va a titular A¨²n.
Lo que m¨¢s le gusta a S¨¢nchez Albornoz es comer pollo con jam¨®n de york, pero tiene la garganta delicada, con una peque?a herida. Por esta raz¨®n ha de comerlo todo bien triturado y con algo de caldo para que lo pueda tragar. Tampoco se olvida del vino de moscatel; todos los d¨ªas, despu¨¦s de comer, toma un traguito.
Cuando salga del hospital, Claudio S¨¢nchez Albornoz no sabe todav¨ªa ad¨®nde ir¨¢. "No, queremos presionarle para que vaya a ning¨²n sitio determinado; le propondremos una serie de lugares. Podr¨¢ quedarse en Madrid o irse a Avila con su hija; pero todav¨ªa no ha decidido nada, aunque nosotros queremos que se quede en Espa?a definitivamente, aunque es muy cabezota y nunca se sabe qu¨¦ har¨¢".
Naci¨® en la calle de Prim, de Madrid, pero casi todo el tiempo que pas¨® en su ciudad natal vivi¨® en la plaza de Celenque. El pasado 7 de abril cumpli¨® 90 a?os y lo celebr¨® en Buenos Aires con toda su familia, su hijo Nicol¨¢s y sus hijas Conchita y Mar¨ªa Cruz, sus nueve nietos y sus siete bisnietos. Hace siete a?os, el 23 de abril de 1976, vino a Madrid con el solo prop¨®sito de reunir a toda la familia, porque viven en distintos sitios.
En octubre, parece ser que el alcalde de Madrid piensa descubrir una placa en la casa en donde vivi¨®; el propio Enrique Tierno le mand¨® un telegrama comunic¨¢ndole la noticia y fue bien recibida por S¨¢nchez Albornoz, que incluso tiene pensado ir si se encuentra bien.
Babelia
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