Pina Bausch logr¨® su segundo triunfo con el espect¨¢culo 'Nelken'.
La ¨²ltima edici¨®n del Festival Internacional de Teatro de Avi?¨®n ha ofrecido agradables sorpresas a los aficionados teatrales. Aparte del clamoroso ¨¦xito cosechado por el grupo catal¨¢n Els Comediants el d¨ªa de la clausura del festival, la estrella de este certamen franc¨¦s ha sido la actriz, core¨®grafa y bailarina alemana Pina Bausch, que con sus espect¨¢culos Walker y Tanzabend Nelken aport¨® una visi¨®n innovadora del hecho teatral. La otra revelaci¨®n del festival fue la joven bailarina y core¨®grafa belga Anne Teresa Keersmaeker.
Quince mil claveles, suavemente rosas, plantados en el escenario de la Cour d'Honneur del Palais des Papes, y cinco perros polic¨ªas que limitan y vigilan este mismo espacio con sus ladridos y su actitud agresiva, y alg¨²n que otro accesorio, constituyen toda la maquinaria esc¨¦nica que Pina Bausch necesita para el segundo espect¨¢culo presentado en el Festival de Avignon: Nelken (claveles), antes titulado Tanzabend (noche de baile).La propuesta esc¨¦nica inicial es de una belleza absolutamente nueva los claveles no son m¨¢s que claveles pero cuando vemos que a lo largo de la representaci¨®n se van aplastando, destruyendo con el ir y venir de los actores, acabamos por entender que Pina no utiliza nunca ning¨²n elemento gratuito.
En este espacio bell¨ªsimo, con la presencia vigilante de los perros polic¨ªas y la interrupci¨®n constante de alguien que pide la documentaci¨®n a los actores, Pina Bausch va construyendo una intensa met¨¢fora que se refiere a la vida, a la muerte que nos llega de pronto, a los esfuerzos que hay que hacer para crear algo de arte. Pina tambi¨¦n logra hablarnos de la sucesi¨®n de las estaciones, del amor. En este sentido, la canci¨®n The man I love, interpretada en el lenguaje de los sordomudos, adquiere una grandeza insospechada.
Sin embargo, hablar en t¨¦rminos de belleza, de emoci¨®n o de intensidad de contenido, es decir muy poca cosa. Todas estas nociones son relativas y resulta imposible valorarlas debidamente sin la referencia a partir de la cual se utiliza. Belleza, contenido y emoci¨®n son palabras demasiado gastadas y demasiado rutinarias para que, por ellas mismas, puedan darnos una idea, ni siquiera remota, de lo que Pina Bausch se propone y consigue con su danza-teatro. Y quiz¨¢ ya ni este t¨¦rmino de danza-teatro nos sirva. Lo que Pina ha hecho con Nelken-Tanzabend es una propuesta est¨¦tica, en la cual no s¨®lo cuentan los factores t¨¦cnicos, sino aquellos otros que ya hemos citado reconvertidos en verdadera emoci¨®n, en verdadera belleza y en un contenido que nos interesa de verdad. No son palabras puestas al servicio de las convenciones culturales al uso; son sentimientos e ideas que nos llegan con la fuerza de la verdad.
Pina Bausch, en su programa anterior, nos hablaba de c¨®mo se hace un espect¨¢culo en el teatro Wuppertal; en Nelken-Tanzabend nos cuenta ese punto de absurdo que representa hacer arte precisamente en una sociedad donde ni el arte ni el hombre son respetados.
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