El Papa condena severamente en Lourdes la persecuci¨®n religiosa
Juan Pablo II hizo anoche en Lourdes una firme defensa de la libertad religiosa y una dur¨ªsima condena de las "persecuciones de nuestra ¨¦poca" contra quienes tratan de practicar su fe. Para los observadores se trat¨® de un discurso que, sin citar nombres de pa¨ªses concretos, parece apuntar hacia el Este y algunas zonas del Tercer Mundo.El presidente de la Rep¨²blica francesa, Fran?ois Mitterrand, al recibir al Papa por la tarde en el?aeropuerto, fue el primero en enunciar el principio de la libertad de conciencia, pero lo hizo m¨¢s bien en clave laica. Por otro lado, durante el encuentro mantenido por ambas personalidades, fue abordada la cuesti¨®n de la paz y del desarme.
En medio de la impresionante marcha de las antorchas, ya entrada la noche, y ante decenas de milla.res de personas que iluminaban con sus velas la explanada y las escalinatas de la bas¨ªlica del Rosario, Juan Pablo II record¨® las persecuciones y el martirio sufrido por los primeros m¨¢rtires cristianos.
Despu¨¦s, el papa Juan Pablo II a?adi¨® que "hoy, a la prisi¨®n, a los campos de concentraci¨®n o de trabajo forzado, a la expulsi¨®n de la propia patria, se han agregado otras penas m¨¢s sutiles: no la muerte sangrienta (subray¨® esta palabra), sino una especie de muerte civil, la restricci¨®n de la libertad personal o la discriminaci¨®n social".
El papa Juan Pablo II se?al¨® tambi¨¦n de que muchos creyentes cat¨®licos se ven forzados a practicar clandestinamente su religi¨®n, y agreg¨® que las nuevas formas de dicriminaci¨®n que se producen en el mundo actual "son a veces aplicadas al mismo tiempo que es reconocido el derecho a la libertad religiosa".
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Una multitud de 150.000 personas recibi¨® a Juan Pablo II en el santuario mariano franc¨¦s de Lourdes
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En su alocuci¨®n, Juan Pablo II tuvo tambi¨¦n un recuerdo "para esos hombres y mujeres que en alg¨²n lugar del universo sufren por el hambre, los destinos de la guerra... Para los que son v¨ªctimas del terrorismo, pol¨ªtico o no, que golpea a inocentes... Para quienes sufren opresiones, injusticias de toda clase, detenidos, secuestrados, torturados, condenados sin garant¨ªa de justicia... Para todos los que deben soportar ofensas intolerables a su dignidad humana y a sus derechos fundamentales".,
Juan Pablo II pis¨® suelo franc¨¦s, pero no lo bes¨®, a las 15.15 horas, y desde el primer momento, dej¨® claro el objetivo de su visita: cumplir con la promesa hecha anta?o de peregrinar a este santuario mariano de Lourdes.
"Es nuestro deber, nuestra ley y nuestra voluntad respetar la libertad de conciencia y de profesi¨®n religiosa", dijo Mitterrand, al recibir a Juan Pablo II en el aeropuerto de Tarbes, en el inicio de una visita de peregrino a Lourdes. En su respuesta, el Papa dijo que la soluci¨®n de los graves problemas econ¨®micos y sociales "supone la fidelidad de cada uno a su conciencia", con af¨¢n de justicia, de amor y de verdad.
La entrevista con el presidente franc¨¦s dur¨® unos 50 minutos. Poco tiempo para entrar a fondo en los temas tan cercanos a ambas personalidades, como la tensi¨®n internacional, la paz mundial y la carrera armamentista, con menci¨®n especial a las negociaciones entre Estados Unidos y la URSS sobre los euromisiles, seg¨²n inform¨® el portavoz de la presidencia francesa, Michel Vauzelle.
Tras el encuentro, Mitterrand dijo que la entrevista ha sido la continuaci¨®n del di¨¢logo que iniciamos en Roma el pasado a?o sobre los problemas del mundo".
En lo que se refiere a las relaciones Iglesia-Estado, Fran?ois Mitterrand dijo que ¨¦stas eran normales y que los temas de negociacion estaban en buenas manos. De esta manera alud¨ªa a los dos temas del ¨²nico contencioso existente entre la Iglesia cat¨®lica y el Estado laico de Francia: la ley de ense?anza (la famosa guerra escolar) y el aborto Juan Pablo II parece preferir tambi¨¦n que ambas cuestiones sean abordadas dentro de los cauces a que se refiri¨® el jefe del Estado franc¨¦s. Desde el primer momento, Juan Pablo II dej¨® bien claro el objetivo de su visita: cumplir la promesa hecha anta?o de peregrinar al santuario mariano. A Juan Pablo II se le ve¨ªa distendido, al mismo tiempo que emocionado. por poder cumplir su promesa, un objetivo reiterado en sus diversas alocuciones.
Si se esperaban con expectaci¨®n las palabras del Papa sobre la libertad religiosa, Mitterrand se le adelant¨® en el mismo aeropuerto: "Es nuestro deber, nuestra ley y nuestra voluntad respetar la libertad de conciencia y de profesi¨®n religiosas", dijo el jefe del Estado galo, que salud¨® al Papa como un defensor de las grandes causas de la paz ("una paz amenazada por la intolerancia y el rearrne"), la solidaridad y la justicia.
En su respuesta, Juan Pablo II record¨® expresamente algo que ya hab¨ªa dicho en Polonia. Es decir, que la soluci¨®n correcta de los graves problemas econ¨®micos y sociales "supone la fidelidad de cada uno a su conciencia, una conciencia bien formada para discernir el bien y el mal, con af¨¢n de justicia, de amor, de verdad; una conciencia respetuosa con el misterio de Dios, quien es el ¨²nico que da un sentido pleno a las exigencias morales y a la misma existencia".
Juan Pablo II hizo el recorrido Tarbes-Lourdes en helic¨®ptero, lo que no impidi¨® que la carretera entre ambas localidades estuviese cerrada y tomada por la polic¨ªa. A la entrada de Lourdes, el Papa recibi¨® las llaves de oro de la ciudad de manos del alcalde Fran?ois Abadie, un radical de izquierdas y francmas¨®n, divorciado dos veces y que como parlamentario vot¨® a favor de la ley del aborto. Esto no ha impedido que se lleve muy bien con las autoridades eclesi¨¢sticas de la ciudad y que ayer expresase su satisfacci¨®n por ser el primer alcalde de Lourdes que recibe a un papa.
Sin grandes apreturas, una multitud de unas 150.000 personas acogi¨® con tranquilidad y cari?o a Juan Pablo II en el santuario de Lourdes. Millares de paral¨ªticos se alinearon en los lugares cercanos a la gruta, donde el Papa polaco mantuvo un emotivo encuentro con "los que oran y sufren".
Entre c¨¢nticos y rezos, unas 50.000 personas esperaron al Papa durante horas en la pradera de la bas¨ªlica de Lourdes.
La mayor asistencia, de entre todos los actos previstos en la visita de Juan Pablo II, se espera para esta ma?ana. Los c¨¢lculos oscilan entre 200.000 y 250.000 personas, en la concentraci¨®n de esta ma?ana.
Los peregrinos eran encauzados hacia el interior del santuario por un imponente servicio de orden. Por cada 40 personas hab¨ªa un polic¨ªa.
A esto hay que sumar el servicio de orden interno, del santuario, a cargo de j¨®venes boy scouts, uniformados hasta el punto de que parec¨ªan paracaidistas.
Sin embargo, a pesar del atentado de la noche del s¨¢bado contra el peri¨®dico cat¨®lico La Croix, en Toulouse no exist¨ªa psicosis de atentado. En Toulouse fueron detenidas tres personas acusadas de estar implicadas en la explosi¨®n del pasado viernes en Lourdes.
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