Ofensiva diplom¨¢tica egipcia sobre L¨ªbano para intentar acercarse al mundo ¨¢rabe
El r¨¦gimen egipcio de Hosni Mul barak ha desencadenado una ofensiva diplom¨¢tica en el mundo ¨¢rabe para tratar de solucionar la crisis de L¨ªbano. El Cairo pretende con esta iniciativa, entre otros objetivos, mejorar su deteriorada imagen en el mundo ¨¢rabe debida a sus lazos diplom¨¢ticos con Israel y sus relaciones estrat¨¦gicas con Washington.En primer t¨¦rmino, el nuevo rais quiere basarse en los v¨ªnculos establecidos con Israel para actuar de intermediario entre una parte de las capitales ¨¢rabes, que han vuelto a reanudar sus contactos con el r¨¦gimen egipcio tras el asesinato de Anuar el Sadat, y los c¨ªrculos de poder que propician la acci¨®n conjunta norteamericanoisrael¨ª en L¨ªbano.
En segundo lugar, el presidente egipcio desea implantar un nuevo perfil diplom¨¢tico ante la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), aludiendo al con.flicto que enfrenta al l¨ªder palestino, Yasir Arafat, y una parte de los dirigentes militares del movimiento Al Fatah, sostenidos por Damasco, para preconizar la elaboraci¨®n de una f¨®rmula ¨¢rabe susceptible de imponer un alto el fuego en el valle de la Bekaa.
Mubarak ha enviado mensajes personales al rey Hussein de Jordania y los presidentes de L¨ªbano, Irak y Sud¨¢n, en una primera fase de la ofensiva, que el rotativo progubernamental Al Ahram presenta como una contribuci¨®n de El Ca¨ªro a impedir que Israel mantenga permanentemente una presencia militar en L¨ªbano, amenazando de este modo al pa¨ªs con una partici¨®n.
Escaso eco
Aun cuando la iniciativa del rais ha suscitado un escaso eco en la mayor¨ªa de las capitales ¨¢rabes, la canciller¨ªa egipcia entiende que la misma ha demostrado el peso creciente de su pa¨ªs, en lo que califica de "salvaguardia de los derechos ¨¢rabes leg¨ªtimos".
El lenguaje, claramente optimista, de los diplom¨¢ticos cairotas contrasta con la cautela con que todav¨ªa la mayor parte de las capitales ¨¢rabes sigue tratando a Mubarak, a pesar de que, aun con gran discreci¨®n, hayan enviado a la capital egipcia, tras la muerte de Anuar el Sadat, a representantes m¨¢s o menos oficiosos.
La propia Libia mantiene un representante, sin connotaci¨®n diplom¨¢tica, en la capital egipcia, donde, meses atr¨¢s, se celebraron conversaciones secretas entre las autoridades egipcias y una misi¨®n militar libia dirigida por uncoronel, seg¨²n medios diplom¨¢ticos ¨¢rabes, generalmente bien informados.
En enero de este a?o el jefe de la diplomacia egipcia, Karnal Hasan Al¨ª, daba por descartado que, aw tes del inicio de 1984, El Cairo habr¨ªa restablecido relaciones con Irak, Jordania, L¨ªbano, Marruecos y la OLP. El ministro egipcio ha admitido, recientemente, que esas relaciones existen de facto, aun cuando no se hayan formalizado oficialmente.
Coincidiendo con esta ofensiva diplom¨¢tica se ha praticado una nueva ola de detenciones en el seno del movimiento isl¨¢mico egipcio, al que se acusa de fomentar un golpe de Estado que establezca un r¨¦gimen isl¨¢mico radical.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.