ELSA: una aventura autogestionaria contra la crisis
La historia de ELSA, empresa casi centenaria, se remonta al a?o 1897, cuando la familia Vila de la Riba instala en Cornell¨¢ de Llobregat la f¨¢brica Uni¨®n Vidriera, dedicada principalmente a la fabricaci¨®n de vidrio hueco: vasos, elementos de mesa y envases. Uni¨®n Vidriera lleg¨® a ser en pocos a?os una de las empresas punteras de Espa?a en su especialidad. Su gesti¨®n familiar, sin embargo, y en opini¨®n de los actuales dirigentes del comit¨¦ de empresa, "fue la propia de un capitalismo conservador y paternalista, en el que no se tuvieron demasiado en cuenta las necesidades de renovaci¨®n e inversi¨®n". Las caracter¨ªsticas paternalistas de la familia Vila de la Riba, mallorquina de origen y accionista mayoritaria, asimismo, de otras tradicionales empresas catalanas del sector textil, como Safa de Blanes o Catex de Olesa, colocaron, seg¨²n esta versi¨®n sindical, cada vez m¨¢s a ELSA en una dificil situaci¨®n, dada la competitividad creciente del mercado, el aumento paulatino de los costes y la reducci¨®n de los beneficios de la empresa.Paternalismo y represi¨®n sindical
En 1951, los propietarios convirtieron la primitiva Uni¨®n Vidriera en una sociedad an¨®nima que adopt¨® el nombre de ELSA. Durante aquellos a?os, la sociedad fue la m¨¢s importante empresa espa?ola del sector, con una plantilla que lleg¨® a alcanzar los 1.000 puestos de trabajo. Sin embargo, su proceso productivo todav¨ªa manual o en algunos casos semiautom¨¢tico, cada vez m¨¢s desfasado, lastr¨® con el paso del tiempo la competitividad de la empresa.
Esta ¨¦poca marc¨® el inicio de un endurecimiento m¨¢ximo en las relaciones de trabajo, que cambiaron desde el inicial paternalismo hasta f¨®rmulas m¨¢s acordes con la represi¨®n sindical de entonces. Se inici¨® el aumento de los ritmos de trabajo y producci¨®n, as¨ª como la aplicaci¨®n de una pol¨ªtica de contenci¨®n de salarios. Ambas circunstancias trajeron como consecuencia un progresivo deterioro en las relaciones laborales con los trabajadores y una mayor conflictividad social.
La primera huelga general del Baix LIobregat
Las tensiones laborales alcanzaron su punto m¨¢ximo a mediados del a?o 1974. Los trabajadores de ELSA se encontraron entonces con una media de salarios inferior en un 20% al resto de los trabajadores de las dem¨¢s empresas de la comarca. Al propio tiempo, la direcci¨®n pretend¨ªa forzar a los obreros a trabajar tres domingos al mes, en lugar de los dos que hasta el momento se trabajaban. Las condiciones ambientales superaban los 40 grados de temperatura en la factor¨ªa.
Las acciones llevadas a cabo por los trabajadores de ELSA contra estas medidas y por la mejora salarial desencaden¨®, tras 50 d¨ªas de huelga en la empresa, la primera huelga general del Baix Llobregat, en la que participaron 70.000 trabajadores. ELSA se convirti¨® entonces en un s¨ªmbolo del creciente movimiento obrero en toda Espa?a, m¨¢s significativo si cabe, por cuanto los tres meses de movilizaciones siguientes coincidieron con el todav¨ªa reciente atentado mortal contra el almirante Carrero Blanco, el posterior nombramiento del presidente de Gobierno Arias Navarro, la ejecuci¨®n de Salvador Puig Antich a principios del mes de marzo de aquel a?o y las movilizaciones en la comarca del Baix Llobregat contra el Plan General Metropolitano.
La resoluci¨®n positiva del conflicto fue valorada como uno de los m¨¢s importantes ¨¦xitos sindicales de los ¨²ltimos a?os de la dictadura.
Sin embargo, fue precisamente a partir de 1974, de la mano de los primeros s¨ªntomas de la crisis econ¨®mica, cuando se inici¨® la reducci¨®n de plantilla, mediante jubilaciones y bajas voluntarias. La falta de inversiones y de iniciativas renovadoras hizo inviable, no obstante, la continuidad de la empresa, que present¨® suspensi¨®n de pagos en 1980, con un pasivo que superaba los 700 millones de pesetas.
Una experiencia con ¨¦xito
Los trabajadores aceptaron un propuesta, formulada por los mismos accionistas, de constituir una cooperativa o sociedad an¨®nima laboral, como ¨²nica salida al cierre definitivo de la empresa y la consiguiente p¨¦rdida de los puestos de trabajo.
El d¨ªa 16 de julio de 1980 quedaba constituida la nueva ELSA, SAL. El comit¨¦ de empresa tuvo que enfrentarse a la primera dificultad de recuperar el mercado, abandonado en los ¨²ltimos a?os por la antigua direcci¨®n. Se realizaron nuevos estudios de venta, rentabilidad y producci¨®n, mediante un plan de viabilidad y de reconversi¨®n tecnol¨®gica, uno de cuyos aspectos m¨¢s significativos era un importante ahorro energ¨¦tico.
La plantilla se adapt¨® a las necesidades de producci¨®n. Bajas voluntarias y jubilaciones anticipadas redujeron a 500 los trabajadores de la empresa, a la par que se mantuvo, reciclada, la mayor parte de los cuadros y t¨¦cnicos anteriores de la empresa, considerados competentes por la direcci¨®n autogestionaria de los trabajadores.
La transformaci¨®n tecnol¨®gica llevada a cabo por ELSA, SAL, mediante un cr¨¦dito recibido del Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo de 168 millones de pesetas, consisti¨® b¨¢sicamente en la instalaci¨®n de un nuevo horno de vidrio autom¨¢tico, que permite la producci¨®n de 60 toneladas mensuales, en sustituci¨®n de otros dos hornos de vidrio antiguos. El cambio supuso, adem¨¢s, un ahorro energ¨¦tico cifrado en 10 millones de pesetas mensuales en relaci¨®n a la situaci¨®n anterior. El plan de viabilidad de la empresa contempla tambi¨¦n una inversi¨®n de 250 millones de pesetas para la instalaci¨®n de una nueva cabeza de arcas de recocido, que ser¨¢ financiada mediante un cr¨¦dito de 101 millones de pesetas, recibido el pasado mes de junio del Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo y con cr¨¦ditos de otras entidades bancarias.
Las perspectivas de futuro de la Sociedad An¨®nima Laboral ELSA aparecen "muy positiva?, en opini¨®n del presidente del comit¨¦, Juan Rubio.
El mercado de vidrio hueco mueve anualmente en Espa?a alrededor de 8.000 millones de pesetas, de los que ELSA, SAL factura 1.350 millones de pesetas y junto a las otras dos importantes empresas del sector, VICRILA de Bilbao, perteneciente a la multinacional francesa Duran, y VICASA de Madrid, suponen pr¨¢cticamente m¨¢s del 80% del total de la producci¨®n en Espa?a. Se mantienen negociaciones con la Generalitat de Catalunya, quien, seg¨²n Juan Rubio, est¨¢ interesada en varios proyectos de inversi¨®n, independientemente de los planes de reconversi¨®n previstos por el Gobierno.
Dentro de estas perspectivas de futuro, la actual direcci¨®n de ELSA, SAL, tiene previsto lanzarse a la fabricaci¨®n de un nuevo producto, hacia septiembre de 1984, sobre el que los estudios de mercado demuestran que su volumen econ¨®mico en Espa?a supera los 5.000 millones de pesetas anuales, y que nadie fabrica en nuestro pa¨ªs, por lo que el mercado est¨¢ totalmente cubierto por la importaci¨®n. Para la actual direcci¨®n, este proyecto significar¨¢ el definitivo relanzamiento econ¨®mico de la empresa.
Sobre los resultados del funcionamiento en r¨¦gimen autogestionario de ELSA, da idea el progresivo balance econ¨®mico de estos ¨²ltimos a?os.
En 1980, al constituirse la SAL, exist¨ªan unas deudas superiores a los 700 millones de pesetas y la producci¨®n anual representaba una facturaci¨®n de 700 millones de pesetas. En 1982 se cerr¨® el ejercicio con una facturaci¨®n de 1.100 millones de pesetas y un balance de p¨¦rdidas de 12 millones y, para este a?o de 1983, est¨¢ previsto cerrar el ejercicio con una facturaci¨®n que rondar¨¢ los 1.350 millones de pesetas.
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