El abastecimiento y saneamiento de agua, primer problema de infraestructura nacional

Si hay un problema que afecte a todo el territorio nacional y que haya cobrado carta de naturaleza tanto en la Espa?a seca como en la Espa?a h¨²meda, ¨¦ste es el del agua. Agua destinada al abastecimiento de n¨²cleos urbanos (para consumo dom¨¦stico, viario e industrial), agua para el regad¨ªo, y aguas negras o residuales resultantes de los anteriores usos. Aunque parezca extra?o, la Administraci¨®n central desconoce cu¨¢les son las actuales necesidades en el conjunto nacional y s¨®lo tiene control y conocimiento de lo que ocurre en los grandes n¨²cleos, donde el Estado, a trav¨¦s del Ministerio de Obras P¨²blicas y urbanismo act¨²a de forma directa; pero ignora qu¨¦ sucede en los abastecimientos dependientes de las diputaciones y los ayuntamientos.

Las instalaciones de abastecimiento y saneamiento de agua constituyen un pilar de importancia b¨¢sica dentro de los cimientos de la infraestructura, en los que se asienta la vida social y econ¨®mica de una naci¨®n. La r¨¢pida expansi¨®n econ¨®mica que mantuvo Espa?a entre 1960 y 1975 dio lugar a un violento incremento en la demanda de los servicios de abastecimiento y saneamiento, tanto urbano como industrial, y de infraestructura para los n¨²cleos tur¨ªsticos. A mayor desarrollo, mayor consumo. Este grave problema, en un pa¨ªs de precipitaciones no abundantes y con un enorme equilibrio espacial (grandes espacios secos, resecos y un litoral n¨®rdico y pirenaico verde y h¨²medo), dio lugar a que en 1967 se llevara a cabo la realizaci¨®n del entonces denominado Plan Nacional de Abastecimiento y Saneamiento, realizado por el MOP, actual MOPU (Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo). Pero ese plan nacional -que constaba de 42 gruesos vol¨²menes- preve¨ªa acciones puntuales y partidas presupuestarias concretas para intentar atajar nuestro atraso en abastecimiento y saneamiento de n¨²cleos urbanos que jam¨¢s se puso en pr¨¢ctica. "Todo qued¨®", ha dicho a EL PA?S un alto funcionario de Obras Hidr¨¢ulicas, "en un inventario de necesidades y de buenas voluntades". Pero lo cierto es que, al menos, dicho cat¨¢logo tuvo la virtud, aunque fuera inoperante en la pr¨¢ctica, de conocer en un momento dado cu¨¢les eran las reales o aproximadas necesidades nacionales en est¨¦ campo infraestructural tan decisivo como necesario.

"Hoy", a?ade la misma fuente informativa, "ser¨ªa casi imposible cotejarlo. Hay ayuntamientos que se resuelven el tema sin decir esta boca es m¨ªa; otros acuden en demanda de auxilio a las diputaciones, y unos terceros piden ayuda a la Administraci¨®n, al MOPU. S¨®lo de estos ¨²ltimos tenemos constancia".

El Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo puede conocer y conoce lo que sucede con los abastecimientos y saneamientos que afectan a la gran mayor¨ªa de los espa?oles; grandes n¨²cleos urbanos e industriales est¨¢n, digamos, bajo control. Pero en Espa?a existen, por ejemplo, m¨¢s de 20.000 peque?os pueblos -que tienen entre 50 y 1.000 habitantes- en los que viven m¨¢s de cuatro millones de personas; cerca de 3.000 n¨²cleos que tienen de 1.000 a 6.000 habitantes que mantienen a m¨¢s de 6.000.000 de espa?oles; cerca de 300 pueblos -o villas entre 6.000 y 12.000 con unos 3.000.000 de habitantes...

Casi un tercio de los habitantes de nuestro pa¨ªs reside todav¨ªa en estas peque?as entidades de poblaci¨®n y es especialmente a ellas a las que afecta m¨¢s directamente el abastecimiento de agua potable.

Basta repasar los nombres de los n¨²cleos en alerta roja -por la sequ¨ªa que venimos padeciendo desde hace a?os- para ver que restando dos o tres capitales (Sevilla, Ciudad Real, Albacete, etc¨¦tera) el inmenso resto son peque?as localidades.

'Servicio completo'

Por otra parte, el tema no se agota con la dotaci¨®n de agua a una determinada entidad, mayor o menor, sino que un abastecimiento de agua no tercermundista ha de cubrir una serie de obras y servicios b¨¢sicos para poder decir, en verdad, que tiene cubiertas sus necesidades de infraestructura de agua en condiciones de potabilidad y salubridad m¨ªnimas. Baste recordar que los brotes ¨²ltimos de legionella en Zaragoza, Alicante y Murcia se han originado por la contaminaci¨®n de las aguas en n¨²cleos de poblaci¨®n que contaban con dep¨®sitos y conducci¨®n de agua a domicilio.

Un servicio completo tiene que constar con siete puntos a satisfacer:

1. Regulaci¨®n y captaci¨®n de aguas potables.

2. Conducci¨®n.

3. Tratamiento de esas aguas blancas.

4. Dep¨®sitos.

5. Red de distribuci¨®n.

6. Red de alcantarillado. 7. Tratamiento de aguas residuales y vertido.

Realidad presente

Cu¨¢ndo se realiz¨® el citado Plan Nacional de Abastecimiento y Saneamiento tampeco se hizo de forma total y exhaustiva El estudio se ci?¨® a examinar 23.985 n¨²cleos de poblaci¨®n (todos los de m¨¢s de 50 habitantes) donde viv¨ªa el 85% de la poblaci¨®n nacional. En aquella ¨¦poca (1967), contaban con abasteci miento comunitario s¨®lo el 21% de las entidades de poblaci¨®n apenas llegaban al 11% los que estaban dotados de alcantarilla do y ¨²nicamente el 14% ten¨ªa red de distribuci¨®n a dornicilio. ?Cu¨¢l es la realidad presente? El MOPU la ignora, pero no es es peculaci¨®n adivinar que no han debido efectuarse avances sus tanciales y completos. Hoy como ayer, siguen pesando sobre el tema del abastecimiento y saneamiento de las aguas siete pecados capitales que nos han abocado a la situaci¨®n presente:

a) Desarrollo creciente. Pese a la crisis actual, la anterior etapa expansionista acostumbr¨® a los espa?oles a un mayor consumo de agua, creando unas necesidades crecientes como fruto de un mejor nivel de vida.

b) Coste del agua. Hasta ¨¦poca reciente se consideraba que el agua la daba la naturaleza y que su precio no pod¨ªa dispararse. Ahora se'sabe que el agua es un bien de suma necesidad que se oferta escaso y cuyas obras de captaci¨®n, regulaci¨®n, tratainiento, saneamiento, etc¨¦tera, tienen costes crecientes.

C) Inadecuada comercializaci¨®n. Los servicios de abastecimiento y saneamiento s¨®lo podr¨¢n financiarse si son pagados por los usuarios y no seguir siendo deficitarios.

d) Incapacidad econ¨®mica. La insuficiente capacidad economica de las haciendas locales ha impedido en muchos casos abordar las obras necesarias.

e) Insuficiente ayuda estatal. La petici¨®n de ayuda solicitada por los ayuntamientos al Estado que nunca destin¨® partidas presupu¨¦starias irriportantes para atender a tales peticiones.

f) Deficiente explotaci¨®n. Muchas veces, realizada la obra de abastecimiento, los ayuntarnientos han carecido de dinero o de voluntad para atender a la explotaci¨®n, mantenimiento y entretenimiento de dichas obras.

g) Chapuzas. Muchos abastecimientos se han realizado por debajo del m¨ªnimo nivel de cafidad necesario para un funcionamiento adecuado. Ello ha conducido a un servicio deficiente: y a un deterioro r¨¢pido de los mismos. En multitud de localidades, la conducci¨®n de agua que en ellas desemboca se ha prolongado, contorneando la peque?a estaci¨®n depuradora o dep¨®sito de aguas blancas para ahorrar el tratamiento con cloro...